Un avance de RoadCraft

Yo para ser feliz quiero un camión (autocargante)

RoadCraft
Saber Interactive, Focus Entertainment / PC, Xbox Series X|S y PlayStation 5
20 de mayo de 2025


Adoro SnowRunner, y todavía hoy juego a Expeditions, que no es una secuela pero sí, como dice su propio subtítulo, «a MudRunner game». RoadCraft, el más reciente miembro de la familia, quizá no se llame a sí mismo «a MudRunner game», pero lo es de facto, en el sentido de que Saber puede meter los tres juegos en una misma newsletter y no solo no es que ninguno desentone, sino que en cierto sentido se llevan bien, se potencian los unos a los otros; como poco, personalmente me siento parte de un solo fandom, casi de una sola demográfica, cuando pienso en mi relación con estos juegos. Hay algo en RoadCraft que es muy definitorio del carácter único de estos juegos, que son simuladores de manejar maquinaria pesada, de conducir camionacos —moles de muchas toneladas, a priori en ventaja contra cualquier obstáculo que se les ponga delante—, pero también juegos meditativos, pausados, en los que es importantísimo tener en cuenta por dónde te mueves y de qué manera tus características masivas van a cruzarse con la tierra, el lodo o el agua que te toca atravesar para alcanzar tu objetivo.

Esos dos lobos se ven ya claros en la demo de RoadCraft, que se publicará dentro de unos días y que propone un primer y amplio vistazo al juego de Saber. Suficiente para hacerse una idea de por dónde van los tiros esta vez, o como mínimo para imaginarlo, y también una excusa para dedicar unas cuantas horas a talar árboles, triturar tocones, transportar troncos y mojar los pies, en definitiva, en los a veces inexplicables placeres de manejar estas portentosas máquinas.

Con Expeditions, Saber extrajo un sabor específico de SnowRunner (el vehículo ligero, la exploración off-road, los pedregales y el fango) para ensayar cómo podría funcionar por separado; confieso que es un juego que me encanta, aunque soy consciente de que una parte muy vocal de la comunidad no está especialmente satisfecha con el experimento. RoadCraft es, en ese sentido, muy parecido, aunque poniendo el foco en otra de las formas en que se presentaba SnowRunner: la de la reconstrucción de infraestructuras. Aquí la cosa va menos de explorar que de organizar bien el trabajo. RoadCraft nos propone recuperar una serie de zonas devastadas por catástrofes naturales, despejando, construyendo y poniendo en marcha las instalaciones necesarias para que los trabajos de reconstrucción. En la primera misión de la demo, por ejemplo, tenemos que conectar de nuevo a la red eléctrica unas instalaciones que proveerán materiales; en la segunda, la cosa va de construir las carreteras necesarias; en la tercera, hay que reparar tuberías, como se ha visto en algún tráiler.

Queda claro que una parte importante de la fascinación que produce RoadCraft tiene que ver con la maquinaria que usas, cada una especializada en una tarea muy concreta. Las primeras sensaciones son muy familiares: con un coche pequeño, tienes que atravesar un bosque inundado hasta llegar a la primera instalación a reparar; si has jugado a alguno de estos juegos, ya sabes lo del freno de mano, el cabrestante y los problemas que pueden presentarse cuando toca recorrer medio kilómetro cuando el terreno no pone de su parte. Una vez en el sitio, la cosa empieza a tener otro tono. Ahí, el objetivo pasa a ser despejar la zona usando los distintos vehículos que tienes a tu disposición: una procesadora forestal, una trituradora de tocones y un camión autocargante. Cada vehículo tiene una función, y cada uno se usa de una manera. Con la procesadora arrancas los árboles y limpias los troncos, dejándolos listos para recogerlos con el camión autocargante; antes, conviene pasar la trituradora para deshacerte de los tocones y facilitar el paso del camión, que es muy grande y puede tener dificultades para llegar a algunos sitios.

En ese momento de la demo se ven muchos de los puntos clave de RoadCraft, que separan a este nuevo juego de sus antecesores. Cada vehículo se maneja de una manera distinta; además de por sus características propias (su peso, su tamaño, etc.), cada uno tiene una serie de herramientas que vas aprendiendo a usar. Las funcionalidades básicas son comunes en todos los vehículos (el freno de mano, la marcha baja, la tracción total; todo este sistema está simplificado respecto a SnowRunner, así como la gestión de combustible), pero los usos específicos tienen su proceso de aprendizaje más concreto. El camión autocargante es quizá el más representativo, por cómo te exige colocar la grúa, moverla hacia delante, atrás, arriba y abajo e incluso rotar el gancho para posicionar, a mano, los troncos en el remolque, uno a uno; no solo eso, sino que también tienes que fijarlos, para asegurar que no se caen al moverte, y controlar la estabilidad de todo el vehículo con las patas hidráulicas. Cada vehículo tiene sus cosas, con distintos niveles de complejidad (la trituradora, por ejemplo, no tiene mucha complicación; la procesadora está en un punto intermedio, con algún movimiento más fino que sí está más automatizado), y una parte importante de la demo se centra en familiarizarte con ellos.

Es fascinante y hace un encaje perfecto con los ritmos pausados y los pesos mastodónticos que acaban siendo los más representativos de la demo, y seguramente también de estos juegos, en general; uno de los motivos por los que bastante gente, más de la que podría haber imaginado, no terminó de conectar con Expeditions fue precisamente que el juego ponga el foco en los vehículos más ligeros. No creo que RoadCraft sea fundamentalmente distinto a Expeditions, aunque su exploración parece ir, a juzgar por lo que se ve en la demo, en la otra dirección: esta vez los protagonistas son los vehículos más pesados, los que en SnowRunner se usan precisamente para construcciones y reparación de estructuras. Es cierto que esa es la parte más llamativa de SnowRunner, y posiblemente la que más afín es con mi manera preferida de jugar a estos juegos: lento, escuchando la radio, dejándome mecer por los sonidos de los camiones. Es slow gaming en estado puro. Las varias horas que dura la demo (cinco, en mi caso; diría que no debería durar tanto, pero soy muy lento: disfruto de esa lentitud extrema) no tienen que ver con que esté repleta de contenido o porque incluya medio juego, sino con ese ritmo pausadísimo tan memorable. Decía antes que me siento parte de una misma comunidad cuando pienso en mi relación con estos juegos, pero lo cierto es que, pequeña confesión, mis preocupaciones tienen mucho menos que ver con algunos aspectos más técnicos o estratégicos del minuto a minuto (por ejemplo la gestión del combustible, que acepto y asumo pero que no me parece principal; a falta de ver cómo le queda al juego final, en la demo no lo he echado mucho de menos) que con unas vibes que en RoadCraft, por la escala colosal de los vehículos y el ambiente catastrófico pero optimista (al fin y al cabo, hemos venido aquí a reconstruir, a reparar, a arreglarlo todo), son impecables, una vez más. No parece ser el SnowRunner 2 que tendrá que llegar en algún momento, imagino, pero me encanta cómo Saber está explorando colores concretos de una paleta que se ve más viva y variada cuando la examinas así, por separado y a fondo.

  1. Woodpeck3r

    Esto tiene pinta que va a ser un pepino tremendo cuando salga. Una de las cosas que mas me gustaba del Snowrunner son los vehículos grandes que tienen aparatos específicos como grúas y tienes que posicionarte y calcular bien el peso para que no se vaya todo a la mierda, además de sudar la gota gorda para cruzar un camino de subida con un poco mas de barro de lo normal.
    La demo me va a venir de lujo para escucharme unos cuantos podcasts pendientes.

  2. borjasnake1

    Soy de los que expeditions no me llegó a entrar pero tú tres o cuatro cosas que mezcladas con Snowrunner puede hacer evolucionar el juego que más paz en el mundo que me da. Roadcraft espero que sea la mezcla perfecta y este texto nos dice parece que encamina a esto.

  3. Gordobellavista

    Yo otro que Expeditions me pareció muy malo. Entré con la mejor predisposición pero al poco ya me dio una bajona grande, incluso jugándolo cooperativo. No sé muy bien qué es lo que falla, me da la sensación de que está demasiado casualizado, no sufres las fatiguitas iniciales del Snowrunner que son la esencia de estos juegos, supongo.

    Mi teoría/fantasía es que ese lo hiciese el equipo B, los novatos, mientras los pata negra hacían este de las obras. Voy a entrar a tope con la demo, otra vez con el mejor hype, cero trauma. Otra vez ganazas.