Comienza la leyenda de Zelda, al fin

Avance de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom
Nintendo/ Nintendo Switch
26 de septiembre de 2024


Hablar de Zelda es cosa seria, pero la presión que pueda sentir cualquier crítico al acercarse a una saga catedralicia como la protagonizada por Link dudo que se compare con la que sentirán quienes desarrollen cada nueva entrega. Esta presión aumenta si la dirección elegida nos lleva por una senda algo diferente, si se toman una serie de decisiones poco conformistas ya sea a nivel estético —como pasó con Link’s Awakening— o mecánico —no todo el mundo llevó bien la durabilidad de las armas en Breath of the Wild o la construcción en Tears of the Kingdom—. Con The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom Nintendo ha dado un paso aún más valiente (también oportuno, ya tocaba) al apostar por sacar al espadachín legendario de la ecuación y dejarnos jugar, al fin, con la princesa Zelda.

Ponernos en la piel de Zelda es un paso que, por tardío que sea, merece un juego redondo; puede que la primera vez que se mostró este Echoes of Wisdom hubiera ciertas dudas, pero tras lo mostrado en los vídeos posteriores —algo que además sabemos de primera mano que supone un porcentaje ínfimo de todas las posibilidades que contiene la nueva entrega de The Legend of Zelda— parece que cada vez impera más la sensación de que estamos ante uno de los juegos del mes. Tras probarlo durante algo más de una hora podemos llevar esa afirmación un poco más allá y asegurar sin miedo que estamos ante uno de los mejores juegos del año.

Tras una serie de malentendidos, la princesa Zelda termina entre rejas —el asunto es algo más grave que el que llevó a Mario a prisión en Mario Sunshine, ¡Hyrule está en juego!—. Para poder escapar de los calabozos contaremos con Tri, la compañía de Zelda en esta aventura, una suerte de hada que nos enseñará a utilizar el poder básico de Echoes of Wisdom: memorizar y replicar. Pulsando un botón memorizamos un objeto o a una criatura que hayamos derrotado —queda muy claro a nivel visual qué se puede memorizar y qué no—, para después poder crear una réplica si pulsamos la Y.

El número de réplicas que podemos crear depende de dos cosas: el número de triángulos que flotan detrás de Tri (al principio del juego son tres, pero aumentarán) y la cantidad de triángulos que supone la creación de cada réplica. Por ejemplo: replicar una caja supone el gasto de un triángulo, por lo que sólo podremos crear tres a la vez; al generar una cuarta caja, desaparecerá la primera. Esta mecánica, sencilla, fácil de asimilar, supone un ramillete de posibilidades inmenso.

Con los objetos y criaturas que memorizamos en los primeros compases de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom podremos superar un sinfín de situaciones de muchas formas diferentes. No se trata de encontrar la solución, ya que no hay una forma buena de superar cada entuerto. El juego nos invita a hacer aquello que se nos ocurra, a probar, a alimentar nuestra curiosidad y encontrar nuestra forma de progresar por su mundo. Además, cuanto más crezca nuestro inventario, cuantas más herramientas tengamos a nuestra disposición, más formas se nos ocurrirán de abordar un problema. De nuevo, Nintendo consigue que tengamos la sensación de que podemos romper el juego y superar un rompecabezas de la forma más original posible, pero de nuevo se trata de un ejercicio de diseño soberbio.

Esta sensación de poder afrontar cada puzle de múltiples formas no deja de crecer, ya que nuestro inventario de objetos y criaturas se nutre a toda velocidad. Tanto es así que echamos en falta alguna forma de marcar aquellas réplicas más interesantes en el inventario para poder acceder rápidamente a ellas. No es un problema grave, ya que al abrir el inventario la acción se detiene y no corremos peligro. Además, si ordenamos el inventario en función de las réplicas más utilizadas tarde o temprano nuestras favoritas acabarán por ocupar los primeros puestos. Aunque mucho ojo, que recurrir siempre a las mismas réplicas puede hacer que olvidemos un objeto que, llegado el momento, puede ser clave para salir de un aprieto.

Afirmar que cada situación se puede resolver de muchas maneras no es una idea elaborada por el departamento de marketing de Nintendo, es algo que pudimos constatar tanto por lo que jugamos como por lo que pudimos comentar con otros compañeros tras la sesión de prueba. Para superar ciertas zonas con enemigos hubo quien optó por replicar a cierto lancero malhumorado —mucho ojo a cómo se relacionan con el mundo nuestras réplicas, porque esta criatura es más miedosa de lo que parece y puede no querer enfrentarse a ciertos enemigos—, otra persona optó por combinar la réplica con el vínculo y mover así a placer a las criaturas y hubo un tercero que prefirió recurrir a lanzar piedras, sin esconder la mano. Yo opté por moverme con tres keeses —los murciélagos— como escolta, aunque la velocidad de las cuerdas —las serpientes— y la contundencia del rebotadillo —el armadillo— me salvaron de más de un entuerto.

Unas líneas más arriba he mencionado la segunda habilidad que obtenemos en el juego: vincular. Al pulsar la X lanzaremos a Tri hacia un objeto o criatura, logrando así que imite los movimientos de Zelda. En el tráiler de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom se muestra cómo la princesa utiliza esta habilidad para retirar una roca gigantesca del camino, pero haremos bien en tenerla en cuenta para otras situaciones menos evidentes. Poder vincularnos con otros seres vivos puede permitirnos hacer que se precipiten al vacío o valernos de su movimiento para superar obstáculos imposibles sin su ayuda si invertimos el vínculo para que sea Zelda quien imite el movimiento de la otra parte implicada.

El proceso de aprendizaje es tan rápido y natural que en pocos minutos habremos dejado de pensar en dónde está qué y cómo se hace esto otro para fluir a través de este colorido y rematadamente divertido The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom. Algo de diseño sabe la gente de Nintendo, ya que cuando hemos logrado esta soltura dentro del juego nuestro viaje nos lleva a la primera mazmorra, situada al otro lado. Tras adentrarnos al fin en una de las brechas oscuras que asolan Hyrule, como se mostró en el último tráiler del juego, recorreremos un mundo enrevesado y corrompido —un entorno de pesadilla que haría las delicias del mismísimo Giratina.

La mazmorra con la que terminamos la sesión de prueba, la primera que encontraremos en The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom, es realmente entretenida. Además de aprender la habilidad de vincular en esta localización, encontraremos criaturas que potencian la verticalidad de las zonas en dos dimensiones como las arañas o una serie de puzles que nos permiten mezclar todo lo aprendido hasta ahora. Cada pequeña resolución viene de la mano de una sonrisa de satisfacción, pero la clave está en que cada fallo no es más que otra oportunidad para probar con una nueva réplica. 

Más allá de explorar y resolver puzles, en esta mazmorra nos enfrentaremos a los primeros combates complicados del juego. Memorizar un ferrus —el guerrero, cuya invocación supone el total de los triángulos que tenemos al principio del juego— es una señal inequívoca de que las cosas se van a poner serias. No tardaremos en enfrentarnos a un mini-jefe bastante familiar que, de nuevo, podremos superar siguiendo la estrategia que nos plazca. Sé de primera mano que hubo quien optó por lanzarle piedras y jarrones, mientras que otro aprovechó el poder del vínculo para debilitar a su rival con mucho ingenio. Yo repliqué al guerrero como distracción para poder atacar después por la retaguardia, habrá quien lo considere cobarde, yo prefiero verlo como un movimiento muy bien calculado.

El báculo con el que comenzamos el juego, el objeto que nos permite canalizar la magia de Zelda para manifestar las réplicas, no es el único arma de nuestro inventario. Tras este combate podremos utilizar una nueva habilidad al transformar a Zelda en una espadachina. Mientras dure este modo temporal —depende de una barra de energía que podemos llenar con ciertos objetos flotantes— podremos romper ciertos obstáculos del escenario y combatir con una espada con un estilo calcado al de Link. Utilizar la espada no hace que las réplicas desaparezcan, por lo que combinar ambas habilidades es la mejor forma de afrontar el combate final con el que pusimos fin a la sesión de prueba.

Pese a todo lo comentado en este avance, me he dejado muchísimas cosas sin mencionar: Hay multitud de objetos curativos que, tras utilizarse siguen presentes en el inventario pese a no poder acceder a ellos. Es posible que el fuego que genere una de nuestras réplicas acabe con un enemigo, pero también nos puede quemar a nosotros —parece lógico, ¿no?—. Conseguir ciertos cofres nos llevará a estrujarnos la cabeza un poco más y jugar con la profundidad de nuestro inventario —no os olvidéis de la cama elástica, de ninguna cama de hecho—. A todo esto hay que sumar otros elementos que ya hemos visto en vídeos promocionales como los accesorios o los atuendos, por no hablar de los caballos… ¡y a saber cuántas sorpresas más!

El mero hecho de pensar en cómo seguirá creciendo el juego tras esta hora inicial hace que un cosquilleo invada mi cuerpo. ¿Qué otros poderes habrá? ¿Qué sinergias descubriremos tras memorizar nuevos objetos y criaturas? ¿Qué tipo de rompecabezas planteará este nuevo Zelda? ¿Conseguirá la historia estar a la altura? Tras haberlo probado es difícil no confiar en la nueva propuesta de Nintendo.

Será interesante ver cómo se desarrolla Zelda ahora que al fin goza de un protagonismo que las calles llevaban años reclamando. Por el momento podemos estar tranquilos al haber comprobado de primera mano que el gameplay de este The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es muy entretenido, que las nuevas mecánicas son de lo más estimulante y el diseño de niveles puede presumir del habitual pulido nintendero. El 26 de septiembre comienza la leyenda de Zelda, al fin.

Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la universidad de lo de Cifuentes, Juan es una de las voces de NAT Moderada y ha colaborado en medios como BreakFast, Desayuno Continental y Cocinando Fandoms. Observador nato, le encantan los gatos y si algún día ves que te mira intensamente es porque quiere grabar un podcast contigo.

  1. Dela

    (…)poder afrontar cada puzle de múltiples formas

    Quizá esta sea la gran diferencia con los Zelda más clásicos cuyos puzzles solo admitían una única solución.

    Tengo muchas ganas de probar las mazmorras que han diseñado para este Zelda

    .

    1. Juan Salas

      @dela
      Es cierto que puede recordar en algunas cosas a los santuarios de los juegos modernos, donde la solución canónica parece clara, pero la que optemos por hacer (o la que podamos hacer) quizá difiera un poco.

  2. sauron

    El juego no invita a hacer aquello que se nos ocurra

    Se te ha escapado un “no”, en realidad querías decir “nos” 😉

  3. jotagesaurus

    Se ve venir un fuerte candidatos goty. Nintendo al final del ciclo de vida de su generación sigue llevando a cuestas una industria que cada vez parece más empeñada en aburrirnos y sacarnos.

    1. Juan Salas

      @julian6732
      Por suerte este mes está repleto de juegos lindos para recuperar el buen sabor de boca. El Zeldita a la cabeza, claro.

  4. rotoso

    Desde que lo anunciaron he estado evitando vídeos y noticias, quiero llegar lo más en blanco que pueda y experimentarlo lo más de cero posible. Así que, lo confieso, he leído a saltos. Y me quedo con que pinta requetebién.

    1. Juan Salas

      @rotoso
      Veremos qué tal sale, pero sin duda pinta muy bien.