WarioWare: Move It!
Intelligent Systems / Nintendo
3 de noviembre de 2023
Dentro de un mes se publica la nueva entrega de una de las sagas más desternillantes de Nintendo. La versión retorcida y socarrona de Mario regresa con WarioWare: Move It! el 3 de noviembre y ayer mismo pudimos probarlo entre risas, sentadillas y un sinfín de microjuegos.
Tendemos a percibir la innovación como algo bueno, algo deseable de cara al desarrollo de una saga; si la siguiente entrega va a ser continuista y no va a aportar nada nuevo, ¿qué sentido tiene? Es una corriente de pensamiento que suelo compartir, pero no se trata de una verdad absoluta. WarioWare: Move It! es la prueba de que se puede aplicar eso de si algo funciona, no lo toques; por concluir con las frases hechas. Una propuesta segura para quienes busquen en esta entrega de Switch aquello que ya vivieron en anteriores juegos como —en mi caso— WarioWare: Smooth Moves en Wii.
No obstante, sí que hay ciertos aspectos a tener en cuenta de cara a este WarioWare. Encontramos un amplio plantel de personajes, formado por todos aquellos que podáis imaginar del universo de Wario, pero ninguno cuenta con habilidades particulares. La elección de cada uno se basará, por tanto, en el gusto particular, sin efecto alguno en la partida. Estas particularidades, las distintas habilidades de otras entregas, son sustituidas por determinadas posturas, posiciones concretas que debemos adoptar antes de cada microjuego. Son tan intuitivas como necesarias para tener éxito en cada nivel.
Estas posturas se presentan poco a poco en el modo Historia: Wario no tarda mucho en liarla al llegar al paradisíaco destino vacacional que vimos en el tráiler y da comienzo a una serie de capítulos protagonizados por cada personaje. En la demo pudimos probar uno de Wario y otro de Mona, gracias a los cuales aprendimos la postura de la Locomotora, la de Manos arriba y una suerte de katana que consiste en sujetar los joycons como si fuéramos un samurai. Son puntos de partida necesarios para que el breve desafío que debemos afrontar sea realizable.
La apuesta por el movimiento en WarioWare: Move It! es total y, aunque parezca de Perogrullo, es una decisión noticiable. Sin ir más lejos Samba de Amigo: Party Central ofrecía la opción del control con los botones, entendemos que por cuestiones de accesibilidad y para no dejar fuera a los usuarios de Nintendo Switch Lite. Aquí hay que moverse y mucho, en el rato que pudimos jugar tuvimos que realizar gestos y posturas asumibles, pero que se benefician de cierto control del ritmo y de la entrega total a cada microjuego. Dejar que el frenesí de la sucesión de microjuegos nos invada es la mejor forma de divertirse y brillar en cada prueba.
Detengámonos un momento en el ingrediente principal de todo WarioWare que se precie: los microjuegos. En Move It! podremos probar más de 200, tanto en el orden que propone el modo Historia como a nuestro gusto si accedemos a ellos a través del museo. Una vez añadamos uno a nuestra colección, podemos revisitarlo eligiendo tanto la dificultad como la velocidad del mismo. Un microjuego ya te avisa de su brevedad en el nombre, pero si probáis la máxima velocidad —hay cinco niveles, el intermedio ya se llama «rápido», imaginad el último— descubriréis una experiencia encapsulada entre parpadeos. Pude probar esta sensación con un nivel llamado «Super Mario Bros. 3», en el que debemos adoptar la postura que recuerda a una gallina, pico por delante y plumas de cola por detrás, para menear la cola del tanooki y evitar los peligros de tres pantallas. Bastante divertido, incluso con la velocidad subida.
Por embargo no podemos comentar todos los microjuegos que probamos, pero la sensación general con todos ellos fue una diversión bastante pura, una alegría aderezada con la satisfacción de la sorpresa por el movimiento que has tenido que realizar o por el girito que ha tenido la escena que acabas de realizar. Sí podemos decir que son lo suficientemente claros como para que tengamos que actuar sin perder tiempo en pensar. Además, las posturas que descubrimos en el modo Historia cuentan con una cinemática de presentación —calmada e importante, al menos así lo vende la deliciosa voz que cuenta la arcana historia tras cada postura, una voz que a muchos os sonará si habéis jugado a Tears of the Kingdom— idónea para asimilar qué va a pedir de nosotros el juego.
Encontraréis microjuegos que os recordarán a entregas pasadas, pero no por ello desaparece el factor sorpresa. La frenética sucesión de pruebas, en cada capítulo del modo Historia debemos superar más de una decena de microjuegos sin descanso, ayuda a que cada desafío resulte entretenido; no hay tiempo para pensamientos poco útiles como si esta postura se ha repetido más que aquella o si el humor de Wario es quizá demasiado zafio. Con este humor nos referimos a cosas bastante blandas, como lo que encontramos en «Culógrafo»: un microjuego en el que a partir de la postura «Sumo» (esta posición es sinónimo de hacer sentadillas, ¡cuidado con ella!) debemos dibujar con nuestro culo una serie de formas que terminan convirtiéndose en constelaciones. Dentro de lo suyo, inmejorable.
Jugar acompañado tiene premio, en más de un sentido. El modo Historia permite el cooperativo de dos jugadores y esto facilita el avance en cada nivel. Partimos con una serie de vidas y si fallamos en un microjuego, perderemos una vida. Lógico. Ahora bien, si el microjuego es para un único jugador y éste falla, el segundo jugador puede recuperar esa vida perdida si completa el desafío con éxito. Una buena forma de solventar errores más que lógicos al enfrentarse por primera vez a estos microjuegos. Si contáis con más amigos en el grupo, el modo Fiesta permite partidas de entre dos y cuatro jugadores. Este modo tiene una serie de tableros que pueden recordar a Mario Party; tanto por las casillas trampa y los dados, como por el pique y la competición sana (esperamos) entre los participantes. Aquí el ritmo baja un poco, ya que quien se alce vencedor en cada prueba tiene que tirar un dado, por lo que podemos respirar y prepararnos para el siguiente microjuego.
La propuesta de WarioWare: Move It! es tan descacharrante como cabía esperar. Un juego divertido que encuentra su brillantez en las partidas multijugador, ideales para generar un ambiente hilarante bien trabajado con la sucesión de microjuegos. Un juego, en definitiva, ideal para quien busque un título que compartir con amigos, familiares y demás visitas al hogar; puede que el que más se aproxime a esa experiencia «ideal» que muestran los anuncios de Nintendo.
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