Avance del multijugador de Red Dead Redemption

Estimado Cohaagen: Rockstar le invita a probar el multijugador de Red Dead Redemption. Para asistir a este evento, le rogamos se persone en el lugar y el momento indicados en el reverso de esta tarjeta portando los siguientes objetos: * Su persona. * Un clip. * Una foto de Reggie Fills-Aime. * Dos paquetes de pañuelos de papel. * Un cojín. * Una toalla. * Dos huevos duros. Le agradecemos su participación y esperamos recibirle pronto en nuestras oficinas en Londres.

Atentamente suyos,

Rockstar.

Y allí estaba yo: bajo el brazo llevaba en una cesta, cual Paco Martínez Soria, todas aquellas cosas, esperando a que la gente de Rockstar viniese a buscarme. Vi pasar un taxi, una furgoneta privada, un par de coches. Nadie paró para recogerme. Entonces llegó una lujosa limusina blanca, pero también pasó de largo. Cuando pensaba que se habían olvidado de mí, un tipo me preguntó si yo era Cohaagen. Le respondí que sí y entonces me dijo que le siguiera. Caminamos hasta una cabina telefónica cercana y me dijo: «Habitualmente les acompañamos en el viaje, pero está usted demasiado orondo. Le veré allí.» Pulsó varios botones en el teclado del teléfono y me desmaterialicé, apareciendo acto seguido en mitad de Victoria Station con un ligero mareo. Un par de minutos después apareció mi contacto, diciendo: «Lo ha dejado usted todo hecho un asco, caballero.» Subimos hasta la última planta de un aparcamiento de superficie cercano y allí montamos en un unicornio volador ((La foto de Reggie era, efectivamente, para alimentar al unicornio.)) que nos llevó hasta el búnker súper-secreto de Rockstar en Chelsea. Entonces me dieron un mando, me pusieron el multi del Red Dead Redemption y fue cuando empezó lo increíble de verdad. Seguro que la mayoría de vosotros sabe ya que este simulador de joven pinjed renegado del oeste americano es la gran apuesta de Rockstar para este año. Si queréis saberlo todo sobre los detalles del argumento y de la historia del juego sólo tenéis… que esperar a que salga, porque en Rockstar nos aseguraron que no nos iban a decir ni pío: aquí hemos venido a hablar sobre el multijugador y punto pelota. Los gráficos ya los habréis visto en cualquiera de los setenta vídeos promocionales del juego, así que ahí no hay mucho que contar, porque el modo multi es exactamente igual. Tan igual, de hecho, que no hay estrictamente hablando “mapas” para este modo de juego, sino emplazamientos del mapa completo, así que podremos ronear y hacer el macarra por todos los lugares que pueblan el estado de Nuevo Paraiso. Y lo podremos hacer de varias maneras, además. Para empezar, está el modo Free Roam ((Es decir, “roneo gratis” o, también: “el roneo de Free”.)). En este modo lo que tenemos es Nuevo Paraiso entero, con sus animalillos, sus pueblos, sus cantinas y sus furcias para hacer el cabra de la peor manera posible junto con otros 15 malnacidos. Se aplicarán nociones como el nivel de búsqueda y demás, así que podremos dedicarnos a vivir como una horda de bandidos si eso es lo que nos apetece. Aun a pesar de que está claro que esto servirá principalmente para pelarse el culo a balazos los unos a los otros —propiciando todo tipo de cómicas situaciones, rivalidades e insultos a las madres de los demás jugadores—, se han metido en el modo Free anda suelto algunos retos para intentar que las partidas no degeneren en un sucio torbellino de sangre y disparos traicioneros por la espalda (Letras: te estoy mirando a ti). Los retos son el resultado de mezclar las inclinaciones naturales de un asesino en serie con el decálogo de los Jóvenes Castores: por un lado masacres (de animales y personas) y por el otro recoger florecitas y hacer pruebas de puntería. Las masacres son partidas de caza, asaltos a guaridas de forajidos, pruebas de cazarrecompensas o desafíos de maleante. Los retos de puntería son tirando a chungos (sobre todo para mancos como yo), pero son también divertidos. Además de todo esto, podremos embarcarnos en peligrosas y desafiantes misiones de búsqueda de plantas, algo así como una banda de Txumari Alfaros, pero armados con rifles Winchester y ganas de bronca entre ramillete y ramillete. Llevar a cabo estos retos irá haciéndonos ganar puntos de experiencia, acumulables hasta un total de 50 niveles. Nuestro nivel influirá en el armamento que tendremos disponible, pero también determinará nuestra montura: comenzaremos con un triste borrico y, con el tiempo y la muerte de decenas de personas y animales, nos haremos merecedores de poderosos corceles de brillantes crines. También desbloquearemos nuevos avatares y demás pijadas, que son siempre cosa de agradecer. Pero, ¿qué sería de la vida sin el incentivo de aplastar los sueños de los demás, haciéndoles tragar el amargo caldo de la derrota? También tendremos modos de juego competitivo. ¿Cuántos? Ni idea. En directo, sólo pudimos probar cuatro: deathmatch, deathmatch por equipos, Fiebre del oro y Trifulca entre bandas; en el fuck shit fact sheet que nos han mandado no se detallan el resto, aunque en su momento se nos dijo que habría más. Los dos primeros no requieren mayor explicación: al fin y al cabo sois todos chicarrones curtidos en mil batallas. Fiebre del oro es, por su parte, una brillante metáfora del sistema financiero mundial: trinca las bolsas de oro y trata de llevarlas hasta tu baúl. Si no consigues tu bolsa, pégale un tiro a quien la lleve. Si la tienes, quítate de encima a la competencia a base de volarles la cabeza. Trifulca entre bandas es un modo algo más estratégico: parte del equipo debe proteger la base propia y la otra parte, debe intentar mangar las bolsas de oro de la base del equipo contrario. No es que haga falta ser Von Clausewitz para jugar a esto, pero es menos alocado y pandiloco que los otros modos que pudimos probar. Además, en este modo hay ametralladoras Gatling y… CAÑONES. Ahí queda eso. Lo mejor lo he guardado para el final: antes de cada ronda en los modos competitivos hay duelos multitudinarios. Pueden ser “todos contra todos” o por bandos, en función de la partida que se vaya a disputar a continuación. Tanto en un caso como en el otro, el jugador o el bando vencedor del duelo tendrá ventaja sobre los rivales. Así, antes de empezar, hay un momento de descarga de adrenalina como no he visto antes: es un desquiciado apretar el gatillo como si no hubiera un mañana, con balas por todas partes, sangre a borbotones y mucho odio, todo concentrado en un minirreto que rara vez dura más de quince segundos. Todos los presentes en la prueba coincidimos en que era tan salvajemente divertido que podrían haber hecho todo el juego sólo a base de estos miniduelos. Y, para terminar, la intendencia: las partidas —por fin— son fáciles de organizar, fáciles de manejar y fáciles de jugar. Los equipos (de hasta ocho jugadores) se manejan y administran sin problemas. Si hay un integrante especialmente torpe, hasta se le puede teletransportar a donde esté el líder del grupo para darle una colleja por lento. En ese sentido, el sistema de partidas está mucho mejor pensado que el de GTA IV, por ejemplo. Resumiendo: el multijugador de Red Dead Redemption no es un mero añadido. Está bastante claro que lo han pensado como una ampliación fundamental de la vida del juego y pretenden que se sustente por sí mismo: esto habrá que verlo, porque no sólo hará falta que funcione, sino que guste y que sea capaz de hacer comunidad. La build que pudimos probar era de mediados-finales de enero, así que la verdad es que estaba un poco verde todavía, con algunas caídas de framerate en escenarios muy concurridos (hablamos de doce jugadores más unos veinte enemigos, caballos y demás). Había también algunos bugs —la mayoría muy cachondos—, pero es de suponer que estas cosas se podrán solucionar a tiempo. En cualquier caso, en AnaitGames abogamos por que el hecho de que los burros vuelen por el escenario nunca debe ser considerado como un bug, sino más bien como una feature.