Desde Los Angeles: Avance de Nintendo Land

La peor forma posible que tenía Nintendo de terminar su conferencia de este E3 era presentando como fin de fiesta con Nintendo Land, el parque de atracciones en el que Nintendo confía para poder demostrar qué posibilidades tiene su nueva máquina. No puedo decir que saliera del todo contento de la conferencia de Nintendo, pero la cosa cambió ligeramente después de dedicarle un tiempo a los minijuegos temáticos de esta recopilación, de la que poco sabemos más allá de su existencia: ni si estará incluida con la consola, ni si tendrá entidad de juego en disco, ni nada. La cosa es que hemos jugado, y a hablaros de ello venimos. Vamos a darle un repaso a lo que hemos probado.

Donkey Kong’s Crash Course

Mi primer contacto con Nintendo Land fue el minijuego de Donkey Kong, en el que manejamos un carro inclinando el mando de Wii U. En la tele vemos el mapa completo, de unas dimensiones realmente bárbaras, pero nuestra atención ha de fijarse en la pantalla del mando: ahí es donde está la parte importante de la acción, el juego per se. Es quizá el minijuego más sencillo, pero tiene ciertas mecánicas complejas en las que se concentra su auténtica chicha: en algunas zonas tenemos que usar los gatillos para mover plataformas, por ejemplo, y la cosa se complica mucho antes de lo que, quizá, cabría esperar. Es un minijuego de recorrido corto (al ser de juego individual no hay mucho motivo por el que jugar más de una vez, pero superarlo es bien jodido; yo no pude, vaya), pero que deja ver, de alguna forma como el Panorama View, la función del mando de Wii U como ventana a una perspectiva diferente a la que se ve en la televisión. Puede que no sea la forma más resultona de mostrar esto, pero sirve para entender el concepto.

Luigi’s Ghost Mansion

Al contrario que en el de Donkey Kong, en este la acción es totalmente multijugador: cuatro mandos de Wii controlan a cuatro personajes que han de capturar, y escapar, de un fantasma controlado con el mando de Wii U. Los que usan los wiimotes no ven al fantasma, pero el fantasma puede ver dónde está todo el mundo en la pantalla de su mando tableta; en este caso, la intención parece enseñar cómo el que juega con la tableta puede tener un punto de vista, y una función en la partida, diferente a la del resto de jugadores. Está bastante bien llevado el rollo de ser un fantasma: ves todo, pero te mueves lento, y si corres los demás jugadores te ven. Es una manera interesante de mostrar una de las posibilidades del nuevo control.

Animal Crossing: Sweet Day

De manera similar al minijuego de Luigi’s Mansion, en el de Animal Crossing somos unos bichos que tienen que recoger caramelos que caen de los árboles; para que los caramelos caigan hay que activar al mismo tiempo los interruptores que tienen debajo, y es esencial que los cuatro jugadores que utilizan el mando de Wii para controlar a sus bichos se coordinen no sólo para activar los interruptores sino también para desarrollar estrategias más avanzadas, como distraer al que controla el mando tableta de Wii U; ese jugador toma el rol de dos bichos armados con un tenedor y un cuchillo, y la parte curiosa es que cada uno se controla con un stick. La clave es formar emboscadas a los que van a por los caramelos y coordinar el control de ambos personajes al mismo tiempo, tarea mucho más complicada de lo que puede parecer en un principio. De nuevo, la idea es mostrar cómo se pueden combinar esquemas de control y perspectivas de juego diferentes para crear una experiencia multijugador diferente; y otra vez funciona, pero sirve más para insinuar potencial que para demostrar maneras de ejecución de mayor calado. A pesar de todo, un buen minijuego.

The Legend of Zelda: Battle Quest

A caballo entre Four Swords y Skyward Sword, el último de los minijuegos que pudimos probar nos pone en la piel de una serie de Links de distintos colores que tienen que cooperar para avanzar exitosamente. La premisa es básica: los personajes se mueven sobre railes y nuestro cometido es básicamente dar espadazos con el wiimote o lanzar flechas con el mando tableta de Wii U. La cooperación se refuerza gracias a que la barra de vida es compartida: cada corazón que nos eliminan influye en todo el grupo, con lo que conviene jugar bien para no repercutir negativamente en los demás jugadores, que mueren al mismo tiempo en cuanto se agota el indicador de vida. La mecánica de espadas funciona porque es como la de Skyward Sword, formidable: algunos enemigos se cubren con el escudo en posiciones que nos obligan a lanzar los ataques en una dirección determinada, otros cambian obligándonos a adaptar los espadazos a su forma, etc.; es el arco la gran novedad y otra de las muestras de lo que Wii U puede dar de sí. Con la pantalla, apuntando en unos 180º a los enemigos que nos vienen a atacar (nunca vi enemigos llegando por la espalda), servimos de apoyo al resto del grupo y colaboramos en determinados puzzles, muy sencillos, que requieren la participación de todo el equipo. En definitiva, parece que Nintendo Land está pensado para que veamos, los asistentes al E3, algunas de las maneras en las que puede funcionar Wii U; si las cosas van como espero, imagino que también tendrá la función de enseñar a los que no sepan cómo funciona la consola a aquellos que no acaben de aclararse antes de comprarla, o para que los que se la compren enseñen a sus amigos las posibilidades del hardware. Ninguno de los minijuegos parece tener demasiado recorrido, pero como demostración funcionan bastante bien; quizá sea por lo poco que esperaba después de la catastrófica conferencia de Nintendo, pero me ha parecido ver una serie de ideas muy interesantes y que pueden explotarse mucho de cara a futuros juegos tanto de Nintendo como de otras compañías que puedan aprovechar la peculiaridad de Wii U a su favor. De momento todo son posibilidades sin ejecución real clara; esperamos ver la verdadera chicha más pronto que tarde, porque de momento, y me duele decirlo, esto sólo retrasa un poco lo inevitable.