Desde Los Angeles: No tengo amigos suficientes como para jugar a Battlefield 4

El speech previo a la sesión de juego de Battlefield 4 en el E3 me parecía excesivo para una continuación tan aparentemente continuista, tan familiar ahora que ya llevamos un tiempo acostumbrados a Battlefield 3, pero quizá no lo fue tanto: los cambios y novedades son más o menos sutiles y quizá sólo los más acostumbrados a los combates masivos los noten de primeras. Al final, se agradeció la charla: ayudó a ver mejor lo que ha cambiado en la nueva entrega del shooter bélico de DICE, más allá de los rascacielos derrumbándose y el, de nuevo, impresionante apartado gráfico.

Ya sabemos que se ve bien, así que saltemos directos a los detalles. Jugué en PC, pero no tengo problemas a la hora de confiar en DICE cuando aseguran que los 64 jugadores estarán también en las consolas de próxima generación, y que los 60 frames por segundo serán la norma. Es lo que íbamos necesitando, por supuesto: hasta ahora, la desventaja con que jugaban las versiones para consola era tal que hacía que jugar en cualquier plataforma que no fuera el PC tuviera muy poco sentido; tengamos en cuenta que Battlefield 3, como ocurre con otros shooters que juegan a su mismo deporte (léase: Call of Duty), es lo que es por el multijugador, y que la campaña tiene un peso muy relativo.

Hay algunas diferencias en las clases. La función de médico la lleva ahora una clase llamada Asalto, en la que (al menos por defecto) no es necesario elegir entre botiquín y M320; la clase Apoyo no parece tener C4 de primeras, aunque se vio a alguno que otro utilizándolo. Quizá la novedad más grande sea la vuelta del Commander, uno por equipo e independientes de los que combaten en tierra (lo que hace que sean 66 el total de jugadores que puede haber por partida), que puede dar información y echar un cable desde su posición ventajosa a sus compañeros de equipo. El modo de utilizar este modo también tiene otra peculiaridad: en lugar de controlarse desde otro ordenador (o consola), los comandos se dan desde una tablet. En la demo que pude jugar, este puesto lo ocupaban representantes de DICE desde plataformas elevadas, así que no sé qué tal será ser comandante.

Sí es cierto que la posibilidad de estar tirado en el sofá con el iPad echando un cable en las partidas resulta interesante. Nunca he llegado a profundizar tanto en Battlefield como para saber de primera mano si el papel del Commander es significativo en una partida, pero pude hablar con jugadores muy asiduos que reconocieron que cuando había alguien que sabía lo que hacía vigilando el campo de combate desde las alturas la cosa se notaba, y mucho.

Otro tema es el de la destrucción. En Battlefield 3 ya enfilaron este camino, pero aquí parecen haber ido por fin un paso más allá. La destrucción no está determinada por el número de tickets que le quedan a los equipos, sino que tienen que buscarla los jugadores. Imagino que el edificio de Shangái que se derruía en el vídeo que ya todos deberíais haber visto nos pareció a todos vistoso, cuando menos, pero DICE busca que no sea todo maquillaje y artificio; ese rascacielos sólo cae cuando es atacado, y una vez se derrumba la destrucción forma nuevos caminos y terrenos que obligan a modificar la estrategia para dominar la bandera que hay en él, tanto cuando está erguido como cuando es un montón de ruinas. Lo mismo con, por ejemplo, los techos que podemos tirar abajo cuando estamos en niveles subterráneos, para formar rutas alternativas de acceso a la superficie. Estas destrucciones, claro, están controladas para que exista un orden que haga que las partidas puedan continuar desarrollándose con normalidad, y de la capacidad de DICE para sorprender y hacer que este gimmick no se agote demasiado rápido dependerá que no se quede en una forma espectacular de hacer que los tráilers se vean bonitos.

Por lo demás, Battlefield 4 no parece intentar cambiar más de la cuenta las dinámicas que le han llevado a ser lo que es ahora mismo; el avance va más hacia el redondeo, hacia la solidez, hacia el perfeccionamiento de fórmulas. Es un shooter bélico, claro, y uno en el que la campaña, imagino (por desgracia no pude ver demasiado del modo para un jugador), volverá a tener un papel totalmente secundario; no es un shooter bélico más, sin embargo, y creo que a estas alturas es atrevido intentar colgarle a DICE un sambenito así. Guste o no, han demostrado saber mantener una comunidad muy activa a la que sin duda quieren seducir para que dé el salto a Battlefield 4; tengo ganas de ver cómo le sienta estar en buena forma en consolas de próxima generación, y ver qué acogida le dan los jugadores, que son, y mucho más en este tipo de juegos que buscan tener enganchados a mucha gente durante el máximo tiempo posible, los que tienen la última palabra.