E3 2014: La California de Dead Island 2 está llena de muertos vivientes

Dead Island se presentó con un tráiler tremendo que no se parecía demasiado al juego final. Seguro que lo recordáis: el de la niña, la cámara lenta, la música melancólica. Sé de muchos que disfrutaron de esa primera parte, pero yo no fui uno de ellos; por eso me alegro de que Dead Island 2 no sea de Techland. Son Yager, los de Spec Ops: The Line, los que están creando la California zombie de la segunda parte.

El tráiler que enseñaron en el E3 quizá sí tenga algo más que ver con el sentido del humor y el dedo en la llaga de Dead Island 2. La premisa tiene potencial: la infección que comenzó en Banoi, la isla ficticia del primer juego, se ha extendido y los Estados Unidos están sufriendo la plaga, en mayor o menor medida. Una de las zonas donde la zombificación es más fuerte es el estado de California, que ha sido puesto en cuarentena y convenientemente apartado del resto del país; de ahí lo de island, claro. «Para algunos el apocalipsis es mejor que la vida que llevaban antes», nos explican en la presentación del juego a puerta cerrada. Héroes improvisados que pueden aportar más en un mundo en ruinas que en la sociedad en la que vivían antes; el tipo de gente, imagino, que se pasea por Venice Beach matando muertos vivientes y paran su furgoneta letal para robarle las zapatillas de uno de los zombies a los que acaban de mandar al otro otro barrio.

«We are cool and we are kickass», nos dicen. El escenario es el ideal para mezclar la acción de Dead Island con la crítica de Spec Ops: The Line; en la presentación se centraron más en mecánicas y tecnología, pero la oportunidad para hacer un comentario más o menos punzante sobre el Golden State es de oro. «Esta gente estaba viviendo el sueño americano», comenta Max, el conductor de la furgoneta en la que nos movemos, mientras recorre una zona suburbana de San Francisco al principio de la demo, «pero supongo que se acaban de despertar», y ríe.

Lo que se pudo ver en la presentación era material bastante antiguo, aunque prometedor. Faltaban cosas (como el amigo felino de Max, Nick Furry: el primer gato, nos dijeron, animado con motion capture) pero se iban viendo las intenciones. El humor, por ejemplo: de camino a nuestro objetivo, entrábamos por las bravas en una boda que había terminado antes de tiempo por culpa de los muertos vivientes; en el tocadiscos suena Love Is In The Air, de John Paul Young, y mientras eliminamos zombis caen globos del techo. Es una situación grotesca y muy cómica: es un tipo de humor muy similar al del tráiler, ese que busca mezclar situaciones bonitas con el horror de estar arrancando cabezas y brazos con una sierra enganchada a una tubería.

Me invento este arma, pero sí parece que Yager quiere poner énfasis en la creación de armas, a lo Dead Rising. Parece un juego considerablemente más complejo: las armas motorizadas son más poderosas, pero consumen combustible y hacen más ruido; lo primero es escaso y lo segundo es peligroso, porque llama la atención de más zombies. El escenario se puede usar a nuestro favor de formas más creativas: el fuego se expande si quemamos las zonas apropiadas, así que unos zombies en un jardín pueden convertirse en una barbacoa podrida si hacemos que la hierba y los árboles ardan. Los ataques contextuales añaden variedad al combate cuerpo a cuerpo: un zombi inmovilizado por un disparo en las piernas es blanco fácil para un ataque que lo lance por los aires, por ejemplo, aunque falta ver hasta dónde llevan esta idea; la demo estaba muy controlada, seguramente por la inestabilidad del código antiguo (el juego se colgó en medio de la presentación), pero parece que la cosa va por ahí, por hacer que el combate sea más que aporrear en la cara a los muertos vivientes como quien golpea ciego a una piñata.

Debe de ser difícil hacer Dead Island 2, pero el camino que está siguiendo Yager parece apropiado: añadir variedad y dinamismo a un sistema de combate al que casi por necesidad se le escapa la satisfacción de la precisión quirúrgica a la que sí pueden aspirar otros géneros. Tienen un año para terminar el juego, y, menos mal, apuntan solo a PC y consolas de nueva generación. Pongámosle un par de velas a San Romero para que salga todo bien.