E3 2014: Primeras impresiones de Battlefield: Hardline

Le sienta de maravilla el cambio de ambientación a Battlefield: Hardline. Eso lo primero: es un juego considerablemente más caótico, distinto a Battlefield 4 de una forma que no me esperaba. Imagino que son inevitables las voces en su contra: seguro que más de uno prefería que DICE se dedicara a hacer estable su propio juego en lugar de ayudar a Visceral, los de Dead Space, a crear su FPS de policías contra ladrones, pero lo que hemos podido probar de la versión beta (también disponible en PC y PS4: podéis jugar vosotros mismos) funciona.

Funciona por escala, por modos de juego, por tipo de partidas, por entornos; es una sensación rara la de pegar tiros por las calles de Los Angeles, más parecida, por ponerlo de alguna manera, a la comicidad de Team Fortress que a la seriedad de Battlefield 4. En Blood Money, uno de los modos de juego nuevos, tenemos que llevar fajos de billetes de una caja fuerte hasta el camión blindado de nuestro equipo; cuando acumulamos 500.000 dólares (el máximo que podemos cargar de una vez), toca correr con la mochila llena a nuestra espalda: los billetes vuelan mientras corremos, una forma inteligente de hacer que sea más fácil identificar y atacar al que lleva el dinero y también una caricaturización del robo que ayuda a que Hardline sea más juego, más juguetón, que su hermano bélico.

Hay más ejemplos. La destrucción de los entornos es aquí, sin guerra de por medio, disparatada y herencia de las películas de acción más exageradas: la grúa que cae destrozando rascacielos a su paso (y creando nuevas vías por las que movernos de un lado a otro) es espectacular de una manera definitivamente menos solemne que en Battlefield 4. Los coches de policía vuelan sobre nuestra cabeza con el humor de un GTA, las furgonetas saltan por los aires con una facilidad que hace que algunas partidas mezclen el disparate de Michael Bay con el estilo de Guy Ritchie.

Así como en Battlefield 4 los distintos modos ofrecen variaciones a distintas escalas del modo Conquista, pero siempre manteniendo cierto tono y ciertas bases, aquí parecen querer diferenciarse lo más posible de su competencia, que son ellos mismos: es obvio que quieren que Hardline tenga un valor propio, que se parezca lo menos posible a un mod de la última entrega.

Es un reto considerable, porque Hardline es Battlefield, después de todo. Se juega como Battlefield, suena como Battlefield, tiene todos los distintivos de Battlefield. Los cambios en el ritmo y la intensidad no lo acercan más a, digamos, Call of Duty; hacen que sea una variación de algo que ya conocíamos, con todo lo bueno y malo que conlleva. Lo que he jugado hasta ahora me ha gustado mucho, aunque entiendo que queda mucho por hacer: no creo que necesite la suciedad y el barroquismo de los Battlefield bélicos, pero sí le iría bien diferenciarse más en diseño gráfico; la campaña para un jugador, un punto en el que Visceral puede hacer mucho bien, todavía está por ver; quizá contextualizar la desolación del centro de Los Angeles, totalmente vacío y con una sensación a medio camino entre la zona muerta y el escenario de película en el que se desarrollan los combates a muerte entre polis y cacos, podría ser una buena idea.

De momento, creo que merece la pena darle una oportunidad a la beta. Una idea muy buena, por cierto: si crees que tus jugadores pueden desconfiar cuando les propones algo nuevo, ofrecerles un bocado de una forma tan abierta ayuda a dejar claro que tus intenciones son buenas. Son Viceral y DICE, al fin y al cabo; no todos los días vemos combinaciones así firmando un juego.