E3 2017: Mario + Rabbids: Kingdom Battle = XCOM

Justo cuando empezábamos a asumir que sí, que los personajes más queridos de Nintendo iban a mezclarse con el odioso subproducto de la franquicia Rayman, llegó el golpe de gracia: Miyamoto en la conferencia de Ubisoft. Sé perfectamente que Davide Soliani, el emocionado director creativo de este crossover, no fue el único que lloró en ese momento. Y sin embargo, las cosas como son, Ubi y Ninty sí tienen algo en común: una facilidad casi desesperante para salirse con la suya. Mario + Rabbids: Kingdom Rabbids recuerda a XCOM más de lo que cualquiera podría haber pensado al leer las filtraciones que, efectivamente, lo describían como un juego de estrategia por turnos. Las batallas a cañonazos por el control del Reino Champiñón se desarrollan sobre una cuadrícula casi idéntica a la que vemos en los juegos de Firaxis y las tácticas para liquidar a los del otro bando –los conejos se teletransportan de vuelta a su mundo con un efecto holográfico– son las mismas: aprovechar las coberturas (que también pueden ser medias o altas; que también son destructibles) para flanquear a los enemigos y plantarse en posiciones que aseguren un buen porcentaje de acierto en cada disparo. El desplazamiento en cada turno está acotado, solo puedes moverte por el área sombreada que te queda cerca, pero aquí hay una ayudita que no tenían los soldados de XCOM: si pasas por una casilla donde ya había un amiguete, puede hacer la catapulta de los gemelos Derrick para impulsarte hacia donde quieras. Parece un recurso especialmente generoso, con un alcance muy considerable sin límite de usos. El slapstick es un recurso fundamental para suavizar la violencia aquí, de manera que los combates que se vuelven más físicos. Puedes pasar también por encima de un enemigo para hacerle una segada sin perder la oportunidad de dispararle en ese mismo turno. Más: las distintas armas tienen un atributo relacionado con el rebote, que te permite realizar ataques críticos si consigues lanzar al rival más allá de los límites del escenario. Lo que no se mantiene, claro, es aquello de la muerte permanente. La narrativa emergente no es una prioridad para esa cosa llamada Rabbid Peach, que se quedó inmóvil con las típicas estrellitas sobre la cabeza cuando un conejo de enormes bíceps la aplastó con una losa. Kingdom Battle no parece ni demasiado fácil ni demasiado simple, pero sabe que no puede seguir los pasos de XCOM en todo: no habrá niveles de experiencia ni un equivalente a los laboratorios de investigación, de manera que el progreso debería ser mucho más lineal –las pistolas, los personajes y las habilidades de desbloquean cuando toca, al superar un nivel concreto. Pero quizás el cambio más significativo tiene que ver con la extensión, en todos los sentidos, del campo de batalla. En vez de tener un gran tablero procedimental para cada misión, las fases de Mario + Rabbids se dividen en varias arenas más pequeñas, que se conectan mediante tramos de «exploración» –así se etiquetaban en los documentos internos, aunque los pocos que pude ver eran completamente lineales. En ese momento pasamos a controlar a un un pequeño robot, muy similar a estas aspiradoras autónomas modernas, que es seguido de cerca por los tres miembros de nuestra patrullita. Solo vi ahí secciones sin saltos y sin gracia, un amago de laberinto en el mejor de los casos, que servían para cortar el ritmo y poco más. Para acabar convirtiendo eso en un trámite con cierto interés, deberían apuntar mejor con los chistes y los homenajes, además de mejorar el diseño de los bocadillos en los diálogos. No me queda otra que referirme a esta mezcla demencial como una sorpresa agradable. Su fórmula, de todo menos única, convence mucho más deprisa de lo que cualquiera esperaría. También en el apartado técnico queda claro que es una apuesta relativamente ambiciosa, con ganas: el motor gráfico de The Division ilumina de maravilla a personajes y escenarios bien detallados, aunque también rasca bastante más de lo que debería. Así que eso, Mario + Rabbids: Kingdom Battle llegará a Switch en agosto y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Es posible, aunque necesito ver más, que no queramos hacer nada para evitarlo.