E3 2017: Primeras impresiones de Star Wars Battlefront II

Soy incapaz de imaginar cuántos Jedi, cuántas naves, cuántos planetas y cuántos robots había en ese Universo Expandido de Star Wars que dejó de ser canónico con la llegada de la nueva trilogía. Sí me parece claro que, a diferencia de lo que sucedió con la primera entrega, Battlefront II está más que servido con los Jedi, las naves, los planetas y los robots que hemos visto en los siete –el octavo estará al caer cuando se publique el juego– episodios de La Guerra de las Galaxias.

Con tanto donde escoger, con todo ese contenido de más, el shooter de DICE –también de Motive y de Criterion– puede permitirse una cuantas novedades especialmente acertadas. Añadir Duel of Fates a la banda sonora, claro, pero también ordenar las armas y las habilidades de una forma mucho más lógica con un sistema de clases: los cuarenta soldados que se llegan a juntar en una partida pueden ser de asalto, pesados, oficiales o especialistas. Por sus atributos y su arsenal específico, el papel de unos y otros en el campo de batalla es justo el que sugiere su etiqueta. Asalto es la primera opción en la lista, como siempre, por ser especialmente versátil y directa –armas automáticas de medio y corto alcance, buena movilidad, granadas de toda la vida y una barra de salud estándar. Yo suelo ser de esos, Ryuista también en los juegos de tiros, aunque vi cosas que me gustaron en otras clases: el especialista tiene un rifle de ráfagas como alternativa al fusil de francotirador y al pesado, un ariete de manual, le compensa perder velocidad a cambio de recibir un escudo y una cadencia de disparo que tiende hacia lo absurdo cuando guarda la ametralladora normal y saca la Sentry. Más complicado será, me temo, convencer a alguien de que se centre en tareas de apoyo con una miserable pistolita.

Lo de enfatizar el juego en equipo, lo de querer recordar un poco más a Battlefield –o a los Battlefront de Pandemic, cierto–, encaja perfectamente con los objetivos dinámicos en mapas que se presentan por fases. En el ejemplo que nos toca ver y jugar estos días, los droides de la Federación del Comercio empiezan protegiendo los tanques flotantes que avanzan hacia el Palacio Real de Theed; si consiguen aparcar justo delante y echar abajo la puerta, son los clones del Ejército de la República los que deben reagruparse para defender la sala del trono.

Nada de eso es especialmente nuevo. Conocemos bien esas partidas largas, de desgaste, y las dinámicas que predominan en cada etapa lo hacen de forma muy evidente –el combate aéreo y a larga distancia desaparece cuando la acción se mete bajo techo. Sin embargo, los juegos con un apartado gráfico como el de Star Wars Battlefront II suelen tener pocos problemas para sorprender. El inicio de la batalla, con ambos equipos enfrentados sin obstáculos de por medio, es un festival de láseres y chispas tan simple como espectacular.

Un discurso muy similar debería valer para las mecánicas y el control. Vuelven el pulso firme y el apuntado generoso, la posibilidad de alternar entre primera o tercera persona y también las habilidades con un tiempo de enfriamiento más bien corto. Decisiones comprensibles, creo yo, que ya no conviven con los absurdos power-ups de la última vez. Las chapitas flotantes, que premiaban sin preguntar al primero que pasaba por ahí, dejan paso a los Battle Points: los puntos que se obtienen con las bajas y los objetivos cumplidos se pueden invertir para reaparecer pilotando un caza estelar N-1 o en el cuerpo de Han Solo –con los héroes, pero no con la infantería, se permite la paradoja temporal.

Entre lo que he probado, visto y leído, Battlefront II parece demasiado bonito para ser verdad. «Todos los fans recibirán contenido gratuito*», empieza la última nota de prensa de Electronic Arts. Y ni siquiera ese asterisco tiene truco: «requiere una copia de Star Wars Battlefront II en la plataforma necesaria (se vende por separado), conexión a internet, una cuenta de EA y para los jugadores de consola, también una suscripción a Xbox Live Gold o PlayStation Plus». Coño, faltaría más; no esperaba que George Lucas me pagara la fibra. Habrá que ver cómo les queda la campaña y sobre todo si la tentación del Lado Oscuro asoma en forma de micropagos. De momento, decir que esto es lo que debería haber sido el anterior Battlefront es quedarse muy, muy corto.