I Am Future
Desarrolla: Mandragora // Publica: tinyBuild
Lanzamiento: 18 de mayo del 2023
En I Am Future no tomamos recursos renovables de la naturaleza sino que, encallados en una azotea, tenemos que buscar, aprovechar y reaprovechar una serie de recursos finitos bastante limitados. Por eso mismo, la característica que marca el progreso en este autodefinido cozy survival no es el tiempo de aparición de los recursos sino nuestra capacidad para construir, reciclar y transformar los materiales ya existentes. Y este alegato ambientalista y anticapitalista permea en todo en todo el diseño del juego o, al menos, en todo lo que podemos conocer a través de su demo. El mundo postapocalíptico que propone Mandragora nos conecta con otros seres humanos incluso aunque no estén con nosotros. Porque lo que ellos fueron es ahora lo único que tenemos.
El título comienza con el protagonista, un hombre amnésico, despertando en una azotea tras pasar seis años y medio criogenizado en una cápsula. Aunque no llegamos a reconocer el mundo que nos rodea, sí podemos percibir que ha sido azotado por algún tipo de catástrofe que ha llevado a que todas las calles se encuentren inundadas y a que la mayoría de artefactos a nuestro alcance estén en mal estado. Nuestro objetivo a corto plazo es mantenernos con vida, descansar y comer lo suficiente como para no desfallecer, mientras descubrimos un poco más sobre quiénes somos y qué hacemos solo en ese lugar tan extraño. Nuestras primeras interacciones con el mundo se basan en podar, desmontar, cocinar y cortar. Pero las posibilidades se multiplican a buen ritmo. Lo que antes era un montón de basura pronto se convierte en clave para avanzar. Para expandir nuestras fronteras y aprender algún que otro truco más.
Aunque es evidente que los desarrolladores de I Am Future aún tienen bastante trabajo de cara al lanzamiento —faltan algunas animaciones y la interfaz está bastante menos desarrollada de lo que debería—, la demo deja muy buen sabor de boca en cuanto al ritmo y las posibilidades del juego. A través de pequeñísimos objetivos, que se van complicando poco a poco, este adelanto establece que lo importante aquí es encontrar la forma de cubrir nuestras necesidades inmediatas en lugar de acumular recursos a la espera de utilizarlos más adelante. Por ejemplo, cortar todos los elementos de madera en el escenario y reducirlos a tablones nada más encontramos la sierra es bastante menos eficaz que cortar algún elemento cuando lo necesitamos, manteniendo las estructuras lo más íntegras posibles y el consumo de energía al mínimo. Una idea interesantísima que se apunta, pero que no llega a desarrollarse en esta demo, es que nuestro protagonista intentará automatizar la mayoría de procesos, no para explotar los sistemas en sí sino para ahorrarse el trabajo manual. Porque a diferencia de otros simuladores con componentes agrícolas y de crafteo, aquí no podemos hacernos ricos. La única «moneda» que encontramos son los beneficios por reciclar materiales, una idea que parece querer reflejar la transformación como último paso tras la reducción y la reutilización que tan bien refleja el juego.
Los pequeños momentos que rompen el crafteo, la exploración y la recolección de materiales, minijuegos como los de la pesca o los que nos llevan a desmontar los aparatos, le dan a I Am Future la suficiente variedad como para que no echemos de menos el diálogo o las interacciones con otros personajes. Con tantas cosas que hacer, y una lista de tareas tan satisfactoria, es fácil olvidar que en realidad nos encontramos muy solos. Por eso, incluso si la historia prometida finalmente llega para decepcionarnos, siempre nos quedará el disfrute de la agradable soledad.
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