Dicen los integrantes de Tarsier Studios que se basaron en ciertos tics visuales de la filmografía de Tim Burton para llevar a cabo el trabajo artístico tras Little Nightmares, un juego que ahonda en los terrores infantiles, los muebles asimétricos y los muñecos que se mueven tan del ojeroso cineasta californiano. Una niña encapuchada con un chubasquero amarillo avanza por las estancia desproporcionadas de lo que debe ser alguna criatura mucho más grande que ella, una especie de gigante que poco después descubrimos troceando carne, salando pescado y atendiendo de vez en cuando a varios calderos en ebullición en su inmensa cocina.
Aquí es cuando empiezo a pensar en otra referencia cultural, una que me parece más familiar que la de Burton y que me pinza algún nervio de la infancia que tenía oculto bajo alguna alfombra mental, ignorando su recuerdo. Os hablo de los Goris de la serie de marionetas Fraggle Rock, una familia de orondos gigantes que consideraban a los Fraggle una plaga y los perseguían siempre que aparecían para exterminarlos.
La bestia que guisa carne en Little Nightmares es gorda, torpe y tiene un rostro inexpresivo, como el de una anciana muy longeva: la frente se le ha caído sobre los ojos, su boca es un orificio torcido y su cara parece ropa doblada. Se mueve con esa especie de balanceo rítmico tan característico de los disfraces de personajes de peluche en los programas infantiles. La diferencia más inquietante es que los Goris ideados por Jim Henson, que a mí de niño me tenían aterrorizado, no estaban pensados para asustar a los críos y solo protegían su cosecha de rábanos, en cambio la cocinera del juego de Tarsier es un depredador terrible que nos persigue a nosotros. Impresiona especialmente la manera en que a veces trata de agacharse y estirar el brazo para alcanzarnos bajo una mesa, apoyando su grotesca papada en la superficie de madera y haciendo gestos de esfuerzo con tal de cazar a su presa. Cuando todo sale mal y la giganta consigue agarrar a la niña, la sujeta con sus dos manos rechonchas por debajo de los brazos, como si fuese una muñeca de trapo, y la pantalla se funde a negro para volver a empezar sugiriendo muy sutilmente que después de eso sucede algo mucho peor que la demo quizá prefiere reservarse para el juego final.
Junto al tramo de sigilo en el que debemos atravesar la cocina sin llamar la atención de la oronda criatura —magnífica, por cierto, la implementación de señuelos sonoros que podemos utilizar para engañarla: por ejemplo golpear un cucharón metálico o cerrar la puertecilla de un horno—, la mecánica en la que parece centrarse la experiencia son los puzles ambientales: buscar la manera de seguir avanzando en un camino prefijado, ya sea clásicos como encontrar vías de acceso a conductos de ventilación en lo alto de estantes que debemos escalar o manillas de puertas a las que tendremos que acercar otra plataforma más alta para alcanzar, o situaciones un poco más enmarañadas donde nos toca tirar de ingenio, movernos entre varias estancias y activar maquinaria peligrosa.
El escenario parece, de hecho, más protagonista que la propia niña que controlamos. Con una calidad gráfica sencillamente espectacular nos encontramos explorando los rincones de un lugar que a mí me recuerda un poco a la película Delicatessen, la extravagante chifladura vecinal de Jean-Pierre Jeunet: una ambientación agresivamente sórdida y oscura que en esta ocasión se entremezcla con la literatura infantil francesa tan particularmente propensa a las ilustraciones inquietantes y las historias aterradoras que giran de un modo velado y no del todo específico alrededor del abandono, el maltrato, la muerte, el secuestro o incluso el canibalismo.
En lo puramente lúdico parece que Little Nightmares estará emparentado con los también escandinavos Inside y Limbo, pero la cantidad de ADN que comparten va más allá de la forma de jugar. La presencia de niños como protagonistas es solo un rasgo genético en común con esos dos y con muchos otros videojuegos, pero es la manera cruda e impactante de mostrar en pantalla la muerte violenta de un niño lo que pone a los tres juegos en una especie de categoría truculenta separada del resto. Y, tal como se demuestra en el sobrecogedor final de la demo, está claro que el de Tarsier es un título que no va a tener nada de infantil, por mucho niño y mucha criaturita de papel que corretee alegremente bajo la cama: el mar de zapatos que atravesamos al salir del último túnel trae vibraciones muy oscuras, muy reales, que uno ya creía haber sentido antes.
Little Nightmares llega a Windows, Xbox One y PS4 en primavera de 2017.
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Ganas de este juego
La foto de los zapatos es desgarradora
Si vais a la Barcelona Games World, esta es la cola (en el stand de Bandai Namco) que deberíais hacer. Seguramente será de las cortas, además.
Y si el resto de Little Nightmares está al nivel de la demo, CUIDAO.
Muy buen texto, @pinjed.
Eso de «la muerte violenta de un niño» me ha hecho recordar algo más
Aunque nada hay tan perturbador como una montaña de zapatos…
Uno de mis primeros miedos reales cuando no era mas que un churumbel frente a la gigantesca crt de los 70 era ver a los trolls de Fraggle Rock, creo que es el miedo mas real y verdadero que he pasado jamas.
@cleses
Que juego es?
@pinjed
Es que nadie se acuerda de los Curris?!
@s0da
Yo sí, por el amor de Dios:
Yo me acuerdo de Dinosaurs…
@javieres
Lo que pone en la esquina, hotL#NiQ
O La ciudad de los niños perdidos, que cuadra bastantisimo con toda la ambientación.
@cleses
Buah ni me había fijado, como diría Justin Bieber sorry.
Moltes gracies 😍
Todo el rato estuve pensando que esa ambientación me recordaba a alguna película… y si joder, solo le falta las tonalidades ocre para ser Delicatessen.
Ganazas tremendas, hoy lo he probado. El primer trailer hace un año me lo vendió al instante.
Tiene muy buena pinta, ojalá el juego final esté a la altura.
Pero qué mierdas les pasa a los escandinavos con los niños? Ya lo pasé mal con Limbo, y repetí con Inside. Viendo los vídeos, prometo no caer con este.
Muchas gracias Pinjed y Pep por la recomendacion. Probado hoy en el Barcelona Games World y , quizas por vuestra influencia, la cola para tastarlo era bastante considerable. El juego pinta sublime, este cae seguro.
Es lo único que pude (y quise) probar ayer en la BGW y me gustó esa mezcla entre Inside con un poco de Luigi’s Mansion por el trabajo de cámara.
Por suerte o por desgracia la demo es tan corta y hecha para ferias que no despeja algunas dudas sobre mecánicas que se introducen (la función del mechero parecía bastante accesoria) pero tiene potencial para destacar al menos en la clase media de indies.
@chrom
La primera pesadilla que recuerdo de niño también tiene como culpable a los Fraggle Rock. Deberíamos montar una asociación de afectados o algo.
¡City of Metronome forever! Ser tenaz en el mundo de los videojuegos no es nada fácil pero esta gente han tenido un aguante admirable.
Cabrón @pinjed, cómo me has vendido el juego. Este es uno de esos textos/reseñas que mostraría a alguien que menosprecia los videojuegos.
Más que Tim Burton yo diría que el juego está gritando claramente Jeunet y Caró. Pintaza.
Fantástico texto para un juego que pinta de maravilla también.