Not a Hero: el prototipo, la demo y el juego

Los londinenses de Roll7 están en racha. Apenas un par de meses después de publicar su magnífico OlliOlli 2: Welcome to Olliwood, vuelven a la carga con este Not a Hero. Hay truco, claro: el juego parte de una suerte de prototipo, UR NOT A HERO, desarrollado por Peanut Butter Fingers –o John Ribbins, director de Roll7. El proyecto empezó a llamar la atención a principios de 2013, así que decidieron llevarlo para el estudio y hacer algo más grande. Con el anuncio de Not a Hero se marcaron un P.T. y borraron esa versión preliminar, algo que no acabo de entender. Sin embargo, ayer volvía a las profundidades de mi viejo disco duro para recuperarla, porque me pareció una buena idea compararla con la demo que hay actualmente en Steam. A eso vamos. Lógicamente, UR NOT A HERO es el esqueleto del nuevo proyecto. Poco más que una prueba de concepto, unas pocas misiones y varios personajes para comprobar si es posible hacer un shooter con coberturas en dos dimensiones. Y sí, lo es. Me parece un ejercicio de diseño interesante: todas las mecánicas nacidas en la era de los píxeles se han acabado adaptando a entornos tridimensionales, pero pocas han hecho el salto inverso. Y aunque títulos como Bonanza Bros ya jugaban con niveles de profundidad para hacer algo parecido, no es lo mismo. Parece evidente que la idea aquí sale de aplanar, casi literalmente, el sistema popularizado por Gears of War. La base del control es idéntica, de hecho: con el mismo botón que usas para deslizarte –o dar una voltereta, vaya–, te quedas pegado a la protección si la tienes lo bastante cerca. El propio Ribbins reconocía que para la representación visual se había basado en el Blackthrone de Blizzard, pero que la cinética se siente más parecida a la del shooter de Epic Games. Tirar de forma tan descarada por el camino del medio resulta ser una buena decisión, porque gusta lo de obtener resultados distintos aplicando la misma fórmula. La acción aquí es mucho más rápida y directa, porque la situación se estudia de un simple vistazo. No es ese Vanquish en 2D que decía uno –para Platinum, las coberturas son un mal necesario–, pero se puede entender la comparación a nivel de ritmo e intensidad: te vas parando detrás de mesas y armarios, sí, pero precisamente porque te sientes más seguro tiendes a lanzarte a por los enemigos con mayor decisión. Lo de hace dos años, pues, era ya un experimento divertido. Demasiado simple como para venderlo, demasiado limitado como para que el las puntuaciones y bonificaciones tuvieran sentido, pero sin duda un buen punto de partida. Not a Hero adorna la premisa como era de esperar. Mejora los gráficos sin renunciar al pixelote y le añade un contexto absurdo: un conejo mutante del futuro, enviado a nuestra era por el Consejo Galáctico, debe hacerse con la alcaldía de Londres para evitar no sé qué catástrofe. Le toca hacerlo por las malas, contratando a sicarios para que se carguen a cualquiera amenaza para su carrera política. Veremos si de ahí acaba saliendo algún mensaje destacable, pero tanto el juego como su promoción agradecen desde ya ese humor con algo más. En cuanto a diseño, lo mismo: unos poco añadidos bastan para ganar en variedad y potenciar la base. No podía faltar una mecánica de riesgo y recompensa, que llega con las segadas para habilitar ejecuciones. Con la necesidad de recargar –me sorprende no haberlo echado de menos en UR NOT A HERO–, te obligan a usar un poquitín más la cabeza. Lo justo. Finalmente, también de manual, los power-ups son distintos tipos de munición para aportar algo de variedad y fuegos artificiales. Menos me convence la barra de salud, que se regenera y lo hace todo bastante más fácil, o el sistema de objetivos y medallas, muy básico en las misiones de la demo; quizás hay poco margen para mejorar puntuaciones. Not a Hero debería haberse puesto hoy a la venta, coincidiendo de forma muy conveniente con las elecciones en Reino Unido, pero en el último momento decidieron los de Roll7 que faltaba una cosilla más en este proceso de evolución: 60 fps. Suena a broma, con lo que se suda hoy en día para ganar 180 líneas de resolución vertical y lo que cuesta arañar unos seis o siete fotogramas por segundo, esto de retrasar el juego una semana para duplicar el framerate. No creo que fuera necesario –a Nuclear Throne me remito; últimamente no sé hacer otra cosa–, pero tampoco viene de aquí: el próximo jueves sabremos qué tal acaba saliendo Not a Hero, qué nos ofrecen sus misiones más complicadas y qué aportan el resto de personajes. Nos compensa por el GIF.