Pizza Kidd
Desarrolla: Kidd Games, Raging Slime, Pixel Cereal // Publica: Kidd Games
Lanzamiento: diciembre de 2023
No sabía absolutamente nada sobre Pizza Kidd antes de cruzarme con su demo cuando, sin ningún objetivo concreto en mente, echaba un vistazo a lo que se destacaba en el Next Fest. Ni siquiera vi un vídeo: algo me llamó la atención en un par de capturas de pantalla y decidí hincarle el diente a la demo. Recuerdo poderosamente qué fue: era Pizza Kidd, si es que así se llama el protagonista del juego (¿cómo si no?), lanzando una patada voladora a un grupo de enemigos, cayendo desde el aire como una flecha, haciéndoles comer zapatilla desde las alturas.
No soy particularmente fan de los beat ‘en up, por motivos que no vienen al caso, pero por eso mismo vuelvo una y otra vez a este venerable género. En el caso de Pizza Kidd, hay una parte obviamente nostálgica que no me interesa demasiado: la glorificación del Saturday morning cartoon ha dado alguna que otra alegría, pero en general reconozco que me cuesta empatizar con estos puntos de partida porque la infancia de la que hablan me resulta un poco ajena; por el motivo que sea, los yo contra el barrio parecen muy afines con este revival artificial del dibujo animado yanki. Pero sí me gusta cuando un beat ‘em up entiende que uno de sus puntos fuertes está en el puro placer cinético de mover cuerpos de un lado a otro de la pantalla: el de tu avatar, (yo), corriendo y saltando y deslizándote para cascar a tus enemigos (el barrio), y el del resto de muñecos, volando dramáticamente por los aires gracias al poder de tus puños, una ley demasiado simple para la realidad pero que en cine y videojuegos es irresistible.
La generosa demo de Pizza Kidd deja ver, primero, un gusto en las animaciones que salva medio juego. La patada voladora es, como anticipaba aquella captura de pantalla, un placer; lo mismo el resto de movimientos, animados con una frescura y una agilidad formidables. Los sprites huyen tanto del pixelote retro como del vector demasiado limpio, y se quedan con un tipo de dibujo en el que se nota mucho el pixel y a la vez no se escatima en detalles. Pizza Kidd es un personaje utilitario y lujoso al mismo tiempo, un oxímoron que hace que jugar con él sea muy interesante. El escenario es un plano por el que avanzas sin posibilidad de moverte arriba o abajo, esa icónica simulación de profundidad que a la vez es seña de identidad y talón de Aquiles de los beat ‘em up; sin necesidad de preocuparse por esa dimensión, Pizza Kidd busca que su control se parezca más al de un juego de lucha en 2D, ataques especiales incluidos.
También deja a la vista esta demo unas cuantas dudas, sobre todo relacionadas con la solvencia con la que el juego sabrá llevar sus buenas ideas y sus puntos fuertes a un lugar suficientemente interesante como para destacar, aunque sea un poco, en un género saturado incluso estando claramente infrarrepresentado en la actualidad: con que salgan uno o dos beat ‘em ups genuinamente buenos al año parece que basta y sobra, y entre pitos y flautas llevamos una racha bastante fina. Aquí, unos cuantos tipos de enemigo más y un diseño de niveles menos plano habrían hecho muchísimo para animar a esperar un tipo de creatividad que funcionaría muy bien con el combate tan ágil y satisfactorio de la demo, que por desgracia solo puedes poner a prueba con un tipo de masilla (y sus variantes, casi cómicamente diferenciadas por sus colorines) y un boss invencible por motivos argumentales. Con todo, sigo pensando en esa patada voladora, ese no sé qué que me llamó la atención de Pizza Kidd y que sigue viniéndome a la memoria sin demasiada dificultad ya con la demo más que procesada y digerida. Me confío a ella. Ninguna luz más fuerte que la de una buena patada voladora.
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