Primeras impresiones de Halo 3 y de la farra con los de Bungie

La segunda parte del sarao del otro día, en el que pude entrevistar a Cliffy B., consistió en una presentación privada de la versión final de Halo 3 a cargo de dos diseñadores de Bungie, Jaime Griesemer, diseñador jefe, y Francois Boucher-Genesse, que trabaja en el modo multijugador. Yo la verdad es que nunca me he explicado tantos ríos de tinta en torno a la saga Halo. Es decir, me parece que las dos anteriores entregas son grandísimos juegos con un buen argumento lleno de momentos míticos, cosa que se agradece en un género tan lleno de tópicos como el de los FPS, pero las hordas de fanboys del juego o el excesivo hype que ha levantado esta tercera parte me han puesto un poco de los nervios. Pese al escepticismo con el que llegué, producto de mi sistema inmunológico frente al hype, el primer contacto con el modo campaña de Halo 3 me ha dejado completamente boquiabierto. Francamente, no he visto ni un solo defecto lo suficientemente considerable como para rebajarle del título de GOTY, compartido, eso sí, con otros cuantos títulos. Quizá los gráficos sean lo peor del conjuto, pero no se puede decir ni de coña que sean malos. Al contrario, teniendo en cuenta que el universo colorido del Master Chief y sus pandilocos nunca ha pretendido acercarse al fotorrealismo, creo que el motor gráfico de Halo 3 es una pequeña joya. Obviamente no es mejor que otros títulos que hemos visto en la 360, pero desde luego está a la altura del juego y tiene detalles muy buenos. A mí me gustó bastante el juego de luces de la iluminación, cambiando de un modo bastante real cuando vas de sol a sombra y viceversa. Quitando el hecho de que los gráficos no van a provocar ninguna erección a los graphic whores, se acaban las fisuras: Halo 3 es un juego tan descomunal como impecable. Ya leeréis el análisis más adelante, pero os voy haciendo un adelanto, que para eso tenemos la etiqueta primeras impresiones. El diseño de los tres niveles que jugué me pareció brutal, los márgenes de la linealidad habitual son más grandes que nunca, y la acción nunca decae y es un desfase continuo, la verdad. La sensación de inmersión en la batalla es total, y la IA de nuestros pandilocos sorprende porque es realmente buena. La IA de los enemigos es ya demasiado buena, ya saben que yo, de momento, no soy muy hábil con el mando de la 360, y tuve que rebajarle tres niveles de dificultad hasta quedar como el más inepto de la sala. Pero el buen acabado del gameplay y el excelente diseño de niveles es sólo el aperitivo de la cantidad de cosas buenas que trae Halo 3. Los más jarcor, que no saben ellos ni nada, se pusieron casi desde el principio a jugar al modo cooperativo a cuatro y no sé si se acabarían casi el juego pero aquello fue un no parar. Tras jugar al co-op a dos la mayor parte del tiempo y jugar yo solo un buen rato, al final conseguí jugar con otros tres, y la verdad es que es increíblemente divertido. Además, trae un modo de juego en el que si matan a uno muere todo el grupo, con lo que el modo de jugar cambia radicalmente, ya que la coordinación pasa a ser imprescindible. La parte más novedosa de Halo 3 es que va a exprimir la conexión a Internet como nunca habíamos visto. Trae ideas muy frescas, con la comunidad siempre en mente, y sinceramente creo que es algo que va a poner el listón muy alto. El Forge, el modo de edición de escenarios jugable, es lo mejor que he visto en mucho tiempo. Salvo el tocar la arquitectura de los escenarios, las posibilidades son casi infinitas: puedes colocar las armas o vehículos donde te salga de los mismísimos, lo que evita el hastío de acabar sabiéndose de memoria donde están las armas más pagüer. También se pueden cambiar las reglas de los modos de juego, poniendo por ejemplo invisibilidad a todo el grupo, o permitirla sólo para el jefazo, o muchas otras combinaciones, con lo que el límite está prácticamente en la imaginación de los jugadores. Pero aparte de los miles de escenarios distintos que hará la gente y que podremos descargar, además resulta que trastear con el Forge en sí mismo es divertidísimo. Cuando Jaimie y Francois tomaron los mandos para mostrarnos la herramienta, nos enseñaron que, por ejemplo, se podía jugar al béisbol con un pitcher armado con un lanzacohetes y el bateador usando un martillo de fuerza. Y eso es una posibilidad que no se habían ni planteado, ya que, según contaron, fueron los betatesters los que un día les sorprendieron haciendo el cabra de ese modo. El modo de vídeo con el que ver, grabar, editar y compartir las partidas es también bastante potente, y probablemente empuje el machinima hasta cotas nunca vistas hasta ahora. En definitiva, olvídense del limitarse a minucias como tomar fotos en PGR o esperar a que las desarrolladoras pongan contenidos extra disponibles para descarga. El rollito ése de la web 2.0, los contenidos hechos por la comunidad y esas historias han calado hondo en Bungie, y eso significa que la madurez del LIVE ha llegado. No habrá que esperar a LittleBigPlanet para ver esta clase de experimentos, porque Halo 3 los trae. Y la verdad es que molan un huevo y parte del otro. En un momento de relax entre tanto vicio, Francois y Jaimie nos preguntaron a los allí presentes por dónde podían salir esa noche. Dado que se trataba de un miércoles, al principio temí por su seguridad, al imaginármelos en las manos de los temibles argentinos de Huertas que te llevan a punta de pistola hasta los garitos para los que hacen de RRPP. Como me cayeron bien, no tenía nada que hacer esa noche, y no hay mejor modo de aprender idiomas que practicarlos, les di mi teléfono para enseñarles en persona lo bien que se come y las fiestas que nos gastamos en la piel de toro. Así pues, llamé a iTor y esa noche quedamos con ellos para hacer de anfitriones improvisados de su última noche en la capital. De todas las cosas que vimos aquella noche, creo que la que más cabe destacar fue el cómo cambió la cara de Jaimie cuando le dijimos lo que eran los callos, una vez los había probado y admirado. Es por cosas como éstas por las que merece la pena sacar a los extranjeros por ahí. La verdad es que tanto Jaimie como Francois se tomaban con bastante guasa todo el descomunal marketing en torno a su juego. Entre otras nos contaron que una vez fue Justin Timberlake a visitar sus estudios, y que tras la fachada de sex symbol en realidad es un bartolazo como la copa de un pino. También nos contaron que, tras años trabajando en el juego, no se terminaban de acostumbrar a ver de pronto al Master Chief por todas partes, al entrar en las gasolineras, en los supermercados, en las fachadas, y hasta en los chicles: el ¡Master Chew! En general, como personas cuerdas, creían que había una divergencia bastante considerable entre los creadores y jugadores por un lado, y la gente de marketing por otro. Dudaban completamente de la efectividad de tener a famosetes promocionando el juego: las adolescentes quinceañeras no van a jugar a Halo 3 por mucho que Justin Timberlake lo promocione, ni tampoco mi abuela va a hacer lo propio porque lo haga Carmen Machi aquí en España. Pero en general tampoco se quejaban: hacer un juego que antes de salir a la venta tiene dos millones de copias reservadas, infla el ego de cualquiera. Jaimie en concreto ha trabajado en las tres entregas de la saga, y nos dijo que ha disfrutado un montón, pero cree que el argumento de la tercera parte está bien como conlusión, y que él dejaría la saga tal cual, no le gustaría nada trabajar en una cuarta parte. Pero aunque no nos confirmaron nada, no dudaban que con el éxito que tiene la franquicia seguirá habiendo más entregas hasta el infinito. De otros temas jugosos que salieron, también hablamos del caso Manhunt, el eterno debate de la violencia. Ambos creían que es algo que va a seguir así indefinidamente, la prensa sensacionalista se quejará una vez tras otra pero los juegos violentos seguirán haciéndose y vendiéndose hasta el infinito, y que se acabará definitivamente la tontería cuando dentro de una o dos generaciones todo el mundo haya convivido con los juegos. Hablamos también de Wii, los dos creían que Nintendo estaba haciendo una buena cosa por la industria ampliando el mercado a los jubilados, aparte de ganar un montón de dinero. Aunque eso sí, no trabajarían en una aplicación para el Wii Fit ni hartos de vino. Tanto a Jaimie como a Francois les encanta trabajar en Bungie, nos pusimos todos de acuerdo en que ser diseñador de juegos es de los mejores trabajos del mundo, quizá solo superado por ser fotógrafo de la National Geographic.

Conclusiones

De lo que he podido catar de Halo 3, tiene madera para ser el mejor de la saga, con diferencia. Esa conclusión la tengo que matizar, ya que he jugado a las anteriores entregas hace relativamente poco en PC, y la verdad es que el primero puede que haya envejecido algo mal. Pero en general, por lo que he visto, Halo 3 es bastante superior a sus predecesores en casi todo. Jaimie, que ha trabajado en los tres, también creía que esta vez se habían salido. Dejando aparte el argumento, el gameplay, el diseño de niveles, el diseño de las armas, los gráficos y demás aspectos esperables de un Halo, hay que prestar especial atención a las posibilidades que han puesto para el online, que son frescas y potentes como nada que hayamos visto. Yo entré al sarao vacunado contra el hype y salí del mismo flipando en colores. Los anaitconsejos de hoy: cuando les deis a probar los callos a la gente de fuera, no le digáis lo que son hasta que lo hayan probado. Ver cómo les cambia la cara es algo increíble. Y por último, pero no por ello menos importante: jugar durante tres horas seguidas a dos palmos de una HDTV de 400 pulgadas hace sangrar los ojos. Mantened la distancia de seguridad, chicos, vuestros ojos os lo agradecerán.