Primeras impresiones de Naruto: Ultimate Ninja Storm 2

No todo fue «se mira, pero no se toca» en Level Up, el evento Pre-E3 que Namco Bandai montó en Barcelona. Una de las salas del Hotel Melià estaba llena de consolas en las que uno podía probar, entre otros títulos, el nuevo Naruto para PS3 y Xbox 360. Y aunque en mi cabeza, ninja+anime es igual a Hatori, el Cel Shading de Cyber2Connect es demasiado hipnótico como para negarle una partida. Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm 2 abarcará, como dice el título, la segunda parte de la serie; de ahí va a sacar a cerca de 40 personajes, recreados con una fidelidad absolutamente impresionante. Sus historias y demás, ya las sabéis. O no. Yo tampoco. ¿Importa eso? Siempre que me toca hablar de esta franquicia me obsesiono con los gráficos, pero eso no es lo único que me gustó de la anterior entrega. En primer lugar, el control es una delicia, suave y preciso. Más importante, la base y las mecánicas de los combates están realmente bien; particularmente acertado, en mi opinión, es el tamaño de los escenarios, grandes como para que los enfrentamientos puedan recordarnos a los del anime, pero no lo suficiente como para que el juego acabe teniendo más de pilla-pilla que de lucha. Todo esto se mantiene, como no, en la secuela. Igual cambia algún botón, algún detalle que se me pasó, pero por lo general se juega igual: combos con un solo botón —eso es lo que menos me convence—, cargas de Chakra, troncos para esquivar y personajes de apoyo… Aunque el multijugador será más importante que nunca gracias al online, la demo —que acabará llegando a PSN y Xbox Live, me temo— era para un jugador por una buena razón. Lo que empieza siendo un combate normal, un Naruto contra Kakashi de los de toda la vida, cambia totalmente cuando nuestro rival recibe cierta cantidad de guantazos ninja; un ataque del copón, con la ayuda de Sakura, crea un mini-cráter rollo el de Guatemala que los riachuelos del bosque pronto llenan de agua. Magistral cambio de escenario, por dinamismo y espectáculo visual, para permitir la metamorfosis ninja de Kakashi: de rival en un juego de lucha a final boss en uno de plataformas-aventura. Desde lo alto de una roca, inalcanzable, deja que una especie de dragón hecho de agua —brutal el efecto con el que se representa el líquido— haga el trabajo sucio. Al ninja butanero le toca esquivar las embestidas del bicho y evitar los ataques eléctricos de nuestro antiguo maestro, esperando el momento adecuado para volver a zurrarle. Yo no lo hice lo suficiente; perdí miserablemente. No estaba entrenado, porque jugué muy poco al primer Ultimate Ninja Storm. Aunque la demo me enganchó un par de tardes, el juego parecía ofrecerme poco más. Lo poco que he visto y jugado me hace pensar que la cosa será distinta esta vez; más variedad en el modo historia y todas las opciones que debe tener un multijugador en 2010. Me queda la duda de si el sistema se quedará algo falto de profundidad tras unas horas de juego. Entre los miles de juegos basados en manganimes que hay en Japón, posiblemente alguno habrá que traslade mejor al videojuego lo visto en el cómic o en la tele. Casi seguro. Pero creo que no ha salido en Europa y sé seguro que yo no lo he probado.