SSX es un ejemplo muy bueno de lo que debería ser la evolución de una franquicia en los videojuegos, y de algún modo viene a representar con bastante buen gusto el progreso de Electronic Arts en los últimos años, desde que dejaron de ser la compañía más maligna del planeta para convertirse en una de las más fuertes del panorama actual. La franquicia SSX nunca se ha caracterizado por haber sabido evolucionar en el buen camino: como los Tony Hawk, en cierto punto simplemente la cosa ya no era sostenible, y llega un punto en el que no puedes seguir haciendo nuevas entregas añadiendo sólo chorradas; por suerte este nuevo SSX, ya desprendido del subtítulo que tanto mal hizo temer a muchos (a mí no: simplemente me daba igual) y más cerca del reboot que parece tónica en 2011 y 2012, parece dispuesto a pillar la pendiente con la nieve más virgen y más suave y bajarla a toda velocidad, esa pendiente gloriosa que llega directa al éxito. Igual es que yo soy muy impresionable, pero el hecho de que podamos elegir montañas de todo el mundo reproducidas siguiendo las originales y que no sólo tengamos la posibilidad de jugar siguiendo el dictado de los creadores, sino que se pueda elegir entre una serie de zonas de comienzo para explorar libremente las montañas, me deja con el culo torcido. No parece que SSX vaya a ir justo en ese aspecto; tampoco en el de los tipos de juego, donde bajo el eslogan «race it, trick it and survive it» se esconden los modos de carrera y piruetas que todo el mundo debería conocer a estas alturas de la historia y el de supervivencia, más único, aquel que dio al juego el subtítulo Deadly Descents cuando se anunció el año pasado. Que EA Canada estén haciendo el juego basándose en datos de la NASA no quiere decir que hayan perdido el norte y se les vaya a ir la pinza a la hora de entregarnos algo más que un montón de montañas muy bien modeladas. Su intención, según se dijo, es hacer «un Burnout en la nieve», algo que, si me preguntáis a mí, suena muy bien. Las carreras son frenéticas y se juegan como un sueño, pero además el diseño de niveles está muy enfocado a que cada partida en el mismo circuito nos lleve a encontrar atajos, nuevas rutas o recovecos que nos sirvan para llegar a nuestro objetivo más rápido o más seguro. En un ejercicio de trasvase de ideas realmente positivo, el modo de piruetas coge muchas cosas buenas de, se me ocurre, Skate y las sintetiza en su beneficio para conseguir una experiencia de esas en las que nos podemos tirar horas y horas simplemente dando vueltas y haciendo trucos, como pasaba, precisamente, en Skate. El control nos permite jugar con una configuración clásica o con la más novedosa de dos sticks, gracias a la cual la sensación de flow que buscan en EA Canada se potencia al mezclarse la suavidad del control con las dos palancas y las piruetas más basadas en físicas (de nuevo: ¡Skate!) que en la existencia de ciertos puntos u objetos del mapa donde se puede grindar, por ejemplo. Esta preferencia de la libertad sobre el script se ve también cuando tenemos que sobrevivir a avalanchas. Durante estas avalanchas, aunque parece haber ciertos puntos guionizados para beneficio del drama y del buen gusto, nuestro peor enemigo somos nosotros, que creamos con nuestra impertinente y extrema forma de descender por la nieve las ondas que, proceduralmente, van creando la mortal ola blanca de la que debemos escapar si no queremos (como en el caso de la partida guiada del E3) que se nos coma. En la redacción de AnaitGames siempre hablamos de SSX. Todo el día. Bajamos a tomar el café a la terracita y hablamos de SSX, ni que sea durante diez segundos. Todos los días nos pasa por la cabeza un poquito. Este es el primer logro que ha conseguido el juego: devolvernos el snowboard a la cabeza, volver a conseguir que su marca nos ronde el pensamiento aunque sea un poquito, después de cinco años sin una entrega potente de la franquicia que habían conseguido, básicamente, borrar esas tres letras de nuestra memoria. EA Canada tiene algo grande entre manos. SSX ha vuelto, y lo hace con la potencia de una avalancha.
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Y ahora, me voy a preparar la comida con una sonrisa de oreja a oreja. Pinta cojonudo, caerá sí o sí.
Buah, que ganas de que tenia de un buen juego de snow, los SSX siempre me gustaron, aunque acabaron mal, pero este pinta cojonudamente bien.
No hay ski como en anteriores ediciones? Decirme que si…
será un DLC
Si dicen que se están decantando por las físicas y no por el espectáculo dudo que lo metan como DLC, no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Ojalá les salga bien, ya hacía falta un buen juego de Snow con las posibilidades de esta generación.
El puto Casanova de la lengua escrita.
me encanta
Control al estilo skate?