Primeras impresiones del multijugador de Halo: Reach

En AnaitGames son amigos de hacer las cosas de manera diferente: se visten por la cabeza y no por los pies, pelan las barbas del vecino cuando les da por remojar las suyas, todo lo que es cazuela lo echan a volar, desean a la mujer del prójimo y la aman como a sí mismos. Es por esto que, para la primera toma de contacto en toda Europa con la beta multijugador de Halo: Reach, en vez de mandar a alguien que tuviese la menor idea de lo que estaba haciendo, decidieron mandarme a mí, que no soy capaz de acertarle a un Warthog a dos metros de distancia ni aunque la vida de mi madre dependa de ello. Algunos lo llaman “política editorial”, otros “periodismo de base”, muchos “único tío que estaba disponible”, pero eso poco importa ya: fui, vi, palmé. Palmé de muchas y muy variadas maneras, os lo aseguro. Por ejemplo, me mataron con todas y cada una de las armas que trae la beta. Muchas ya las conoceréis, pero algunas son nuevas o son versiones remozadas de armas familiares, como el DMR (a.k.a. “rifle para camperos”). Me dieron de tiros con una Magnum, con el Needle Rifle, con un Repetidor de Plasma, con el Lanzagranadas (resulta que se puede retardar la explosión de los proyectiles manteniendo el gatillo pulsado), o el Lanzador de Plasma (que dispara bolas adhesivas que estallan a mala leche). Me pasaron por encima con un tanque, con un Ghost y también, por si lo dudabais, la palmé cayéndome por uno de los bordes del mapa. También tuve la oportunidad de ser vaporizado en diferentes modos de juego, empezando por el de Caza-recompensas. En este modo, el que recibe los disparos (en adelante: “yo”), suelta suculentas calaveras que los demás se apresuran a acumular para luego llevarlas a unos depósitos móviles y sumar puntos mientras yo muero una y otra vez. Stockpile es un modo en el que los demás se dedican a coger banderas para sus equipos y llevarlas a las bases, que sólo están abiertas en momentos determinados. Mientras las bases están disponibles o no, los jugadores se entretuvieron disparándose entre ellos y, finalmente, acribillándome sin piedad. Luego hay otros dos modos de mayor carga estratégica: en Defensa de generador, un grupo de Elites tiene que destruir unos generadores antes de que el tiempo se agote y mientras los Spartans lo defienden. Por el camino, matarme era obligatorio. En Invasión, un comando de Elites tienen que birlar un módulo de una base Spartan y llevárselo en un Phantom. Según progresa la partida, van cambiando los objetivos, pero parece ser que matarme a mí era un requisito de todos ellos. Mi avatar conoció el abrupto fin de todas sus constantes vitales en los cuatro mapas que incluye la beta, algunos especialmente diseñados para los modos de estrategia, pero todos compatibles con todo. Las nuevas habilidades, por lo demás, no sólo no me impidieron morir, sino todo lo contrario: parecían pensadas para hacer que matarme fuese aún más sencillo. Así, me mataron a la carrera (Sprint) y protegidos por un escudo de invulnerabilidad temporal (Bloqueo de Armadura); los Elite me dieron para el pelo mientras hacían volteretas (Maniobra de Evasión, sólo disponible para ellos); un indeseable me mató envuelto en un halo de invisibilidad (Camuflaje Activo) y con el Jet Pack hubo un poco de todo: muchos me mataron a la que cruzaban el escenario volando, pero también me maté yo solito dejándome caer desde demasiada altura. Estas habilidades se activan con el bumper izquierdo y tienen que recargarse cada cual a su ritmo, así que siempre que las necesité anduve corto de energía y me mataron por intentar usarlas en vez de agacharme y esconderme en un rincón, que es mi estrategia de supervivencia básica. Suponen un acierto jugable en toda regla y, como añadir un poco de azafrán a un mísero caldo de pollo, hacen que algo añejo tenga un sabor y una intensidad renovados. Me mataron de todos los colores, literalmente: en Halo: Reach puedes personalizar el aspecto de los avatares hasta un nivel absurdo, y también comprar equipamiento personalizado y ventajillas con los créditos que se ganan en cada combate. Hasta yo, con el triple de muertes que de bajas enemigas, me pude comprar una hombrera Nokia ahí tó puntera, así que se prevé un mercado potente en este aspecto. Todos los créditos y estadísticas, por cierto, os los guardarán de la beta al juego completo cuando salga, así que es buena manera de ir cogiendo experiencia y ventaja si empezáis a matar gente a partir del 3 de mayo. Esto de las estadísticas tiene su miga, porque Halo: Reach tiene una especie de liguilla mundial para los más quemados y para los quinceañeros de Iowa llamada “Arena”, en donde habrá torneos y demás para determinar quién es el mejor de los mejores de entre todos los más mejores del mundo mundial. Yo de eso no entiendo, pero tal como me lo dijeron os lo cuento. Por increíble que parezca, pude morir también durante el Matchmaking, que ahora es bastante más intuitivo y fiable que antes. Además, es también muy personalizable. En mi caso, cuando se abra la beta al público, podré elegir si quiero que me maten en mi idioma, con la mejor conexión, insultándome impunemente, en silencio total, gente de mi nivel (parece ser que habrá una versión adaptada para primates en breve), en partidas con la mayor velocidad posible, en solitario o en equipo… Son filtros de partida bastante estupendos que deberían hacer más rápida la configuración del juego. También organizar matanzas con los colegas parece bastante sencillo, y se agradece. Todos vosotros podréis, en cualquier caso, crear y compartir con gran facilidad mapas en los que matarme, películas en las que me estéis fusilando o capturas de cómo me hicisteis un headshot a setenta metros de distancia. No os digo más: si el multijugador de Halo: Reach es divertido hasta para mí, que no soy capaz de mantenerme vivo más de veinte segundos, cómo no os lo pasaréis vosotros, los que no tenéis las manitas de trapo. Tiene todo lo bueno del multijugador de Halo 3, pero mejorado. Los nuevos modos y mapas estratégicos, las ejecuciones silenciosas, el Jet Pack y algunas de las armas nuevas ya justificarían por sí solos el deseo irrefrenable de probar la beta. Técnicamente no hay nada nuevo bajo el sol (o yo, desde luego, no lo noté) y no sabemos cómo de representativa será ésta del conjunto final que debe ser Halo: Reach, pero jugablemente tiene una pinta estupenda. Si todo esto está disponible en la beta, el multijugador completo seguramente será una perita en dulce. Habrá que verlo, pero mientras tanto podéis asesinarme impunemente en la beta siempre que queráis. Será un placer: aquí en Anait estamos para serviros; oh, todopoderosos lectores.