Primeras impresiones sobre la Nintendo 3DS

La imagen de Reggie rodeado por docenas de consolas portátiles atadas a bellas damas es algo que no olvidaré fácilmente. No sólo por lo impresionante y gracioso de la escena, sino por lo bien que resume un E3 que Nintendo se ha llevado de calle. La nueva Nintendo 3DS, anunciada en marzo de un modo bastante triste, anteponiendo los accionistas a los jugadores, no decepcionó. Cuando vi su logo, el que siempre ha tenido la portátil con dos pantallas, pero con un tres puesto por ahí, me temí lo peor: «Esto será una DSi con un añadido cutre». Pero Nintendo había venido a Los Angeles para hacer las cosas bien, y la 3DS es una sucesora con todas las de la ley. Al acabar la conferencia pudimos, efectivamente, probar una primera demo técnica, un vídeo interactivo que permitía ligeros giros en la cámara, con breves clips protagonizados por personajes Made in Ninty, que nos convencieron al instante de las posibilidades de la pantalla. Mario con Bowser, Mario y Yoshi sacados de Super Mario Galaxy 2, Samus, Link blandiendo su espada, un grupo de adorables Pikmins rodeados de vegetación… éste último me pareció especialmente efectista, con un par de dientes de león tan volumétricos que apetecía soplar. La sensación de profundidad, ajustable hasta el desactivado mediante un botón deslizante que habréis visto, es justo lo que se podía esperar: más o menos la misma que en el efecto 3D que ya conocemos, incluso con la imagen más nítida, pero sin las estúpidas gafas. Algo menos resultón, tal vez, para objetos que quedan más cerca del espectador, pero sin duda vale la pena ese pequeño sacrificio. Cinco segundos mirando esa pantalla bastaron para saber que jamás entraré en el mundo de 3D como el que Sony vendió también ayer; no teniendo que pagar un peaje tan incómodo, especialmente si ya llevas gafas. Cualquier opción que no sea esperar a que se pongan a la venta teles de 40 pulgadas con la tecnología de Sharp y Nintendo —sea la que sea— me parece desde ya una tontería. Evidentemente, desaprovechar una pantalla así con gráficos desfasados haría llorar al niño Jesús en 3D. Lo único que he podido ver son demos técnicas, que uno debe agarrar con pinzas por muchas razones —el ahorro de recursos que supone no mostrar nada en la pantalla táctil, los entornos diminutos y la experiencia guiada—, pero la potencia del cacharro parece mucho más que suficiente. Yo esperaría, a juzgar por Kid Icarus: Uprising, algo similar a lo que ofrece Wii, pero con las ventajas que ofrece una pantalla pequeña —las texturas mejorables cantan mucho menos, por ejemplo—. Eso, como mínimo. El máximo me lo imagino al nivel de la alucinante demo de Resident Evil; no llega, claro está, al nivel de la quinta entrega para plataformas HD, pero se queda más cerca de lo que podía esperar. Awesome es la palabra que más se escuchaba por aquí. La otra gran novedad de la consola también me causó muy buena impresión. El stick analógico es, para que os hagáis una idea, similar al de PSP, plano y con un movimiento similar, aunque bastante más suave y preciso. Hacía tanta falta algo así que no sé si no habría estado bien otro igual en la parte derecha del aparato. La verdad, no presté especial atención al peso, pero si no me sorprendió ni para bien ni para mal. Ahora acabo de ver que sus 225 gramos son más o menos lo mismo que una DSi, así que normal. En definitiva, Nintendo 3DS bien podría llamarse Nintendo DS2. La apariencia, que recuerda demasiado a la de su antecesora, engaña. Las únicas pegas que le veo son un diseño me parece mejorable —aunque en negro gana; el modelo turquesa mostrado en la conferencia dejó ciega a la primera fila de butacas— y una pantalla que podría ser un pelín más grande; ambas cosas pueden y seguro serán solucionadas vía 3DSi o sacacuartos similar. Poco importa. Nintendo ha hecho muy bien los deberes, sacándose de la manga un hardware casi mágico y asegurándose un software a la altura. No soy muy de portátiles ni muy de Nintendo ((Aunque desde ayer me siento como atraído por el lado oscuro)), pero no me entra en la cabeza que alguien pueda no ser muy de Nintendo 3DS. Y eso, sin saber el precio ni haber probado juegos, tiene especial mérito.