Primeras impresiones - The Elder Scrolls IV: Shivering Isles (PC/XBOX 360)

Hagámonos una pregunta: ¿Cuál es la ciudad más elegante del mundo? Sí, has acertado. Milán. Trajes Gucci hasta en la sopa, camisas a rallas azules con cuellos y puños de camisa blancos (nunca entenderé esta moda, pero es ciertamente elegante) y espaguetis al pesto. Dulce, dulce Milán. ¿Qué mejor manera, entonces, para estrenar el periplo internacional de AnaitGames? Que ya hay nivel…¿O qué os pensabais? Sí, amigos, me fui a Milán. Me atavié con mi ropa de gala y subí al aeroplano para ir a probar la gran expansión de The Elder Scrolls IV: Oblivion. Su nombre: Shivering Isles. Saldrá el 30 de marzo para XBOX 360 (vía microtransacción) y para PC. Lo peor del viaje, sin duda alguna, es la tacañería de los de Take2. Les exigí que compraran billetes para Natalie y Angelina (lee el análisis de Oblivion para conocer más sobre nuestra vida sentimental), que si no yo no iba. Y se negaron. Decían que ahí íbamos a trabajar. Eh, mierda, quién te crees que eres. Ellas me ayudan a trabajar. Al principio, cuando supe que se negaban, decliné la invitación. Pero tanto Natalie como Angelina me dijeron “ay cari, no seas tonto, que a nosotras no nos importa… ya nos divertiremos las dos solas hasta que vuelvas”. Me convencieron. Eso sí, con la condición sine qua non de que se hicieran fotos y que pensaran en mi todo el rato. Kids playing games in my heart, in my heart Nos llevaron a un hotel y me engatusaron de mala manera. Me dijeron que la suite nupcial estaba entrando a la derecha, que buscara un cartel en el que ponía OBLIVION. Pensé que debía de ser un juego de palabras o algo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando entré y en vez de encontrarme una gigante cama redonda y Möet me topé cara a cara con Pete Hines, vicepresidente de relaciones públicas y márketing de Bethesda, y unos cuantos ordenadores con el Shivering Isles puesto. Pues bueno, a caballo regalado no le mires el dentado. Cuando iba a besar al tal Hines, él me apartó y me esposó al PC. Y jugué durante hora y pico. Y estas son mis impresiones. Vamos, vamos, vamoooos El mundo de Tamriel es enorme, gigantesco. Tiene un imaginario propio, forjado a base de años y años. Si había algo obvio en este mundo es que iban a sacar expansiones. Ya hicieron un amago con “Caballeros de los nueve”, que se integraba en la aventura original y añadía misiones extra. Shivering Isles, por el contrario, te presenta una nueva región (por tanto, sales de Cyrodiil). La parte positiva es que puedes seguir la aventura con tu personaje o crearte uno nuevo, así que podrás aprovechar las cientos de horas que hayas pasado frente a la primera entrega. Entre 30 y 40 horas de juego, que se dice rápido (¡Entretreintaycuarentahorasdejuego!). Es tan grande como el 25% de Oblivion. Y esto es mucho. Cerca de Imperial City aparece un portal al que podríamos llamar El portal del yuyu. Antes de entrar, un caballero te dice que todo el que cruza la puerta sale medio zumbado, y que él está ahí para advertirlo. Gracias majo, pero es que si no entro el Hines me pega un cate. Así que entro. Y me encuentro con un tipo que me invita a sentarme. Estamos en la típica habitación de castillo, con poca luz. Se presenta como Haskill (siberiano), la mano derecha del príncipe daédrico Sheogorath, y me comenta que si estoy dispuesto a entrar en este mundo. Tras aceptar, la habitación se desvanece (con un bonito efecto de mariposas volando) y me dejan de la mano de Dios. Poco a poco, charlando con la gente, me entero de algo del argumento. Una plaga llamada Greymarch está acabando con los habitantes de la contrada, y nadie sabe porqué. Sheogorath está buscando a un campeón que libere a la plebe de dicha amenaza. Este será, por tanto, tu cometido. A no ser que quieras dedicarte a matar ciervos, como Pep y yo. Pero yendo por palmos, lo primero que tendrás que hacer es vencer a un feo guardián que custodia dos puertas. Una lleva a Mania, un mundo colorista, con setas gigantes y cielos llenos de constelaciones, y la otra a Dementia, un escenario terrible y anegado de locura. Esta primera misión ya deja claro que Shivering Isles no revoluciona para nada el universo Oblivion. Los mismos gráficos, la misma mecánica de juego. Lo que me esperaba, vaya. Es decir, que si te vas a comprar la expansión hazlo porque quieres alargar la vida del título original, que esto es una expansión, y no porque quieras novedades a cascoporro. Obvio, sí, pero hay que decirlo. De todos modos, sí que hay algunas novedades. Aparte de la historia, lo más reseñable son los nuevos gadgets: armas, armaduras, magias, alquimia… Por ejemplo, hay una espada especialmente atractiva que se llama Dawnfang/Duskfang y que cambia según la hora del día que sea. Cuando te cargas a alguien con ella aparece un cartelito diciendo “te has zumbado a X personas con la Dawnfang/Duskfang”. Cuanta más destrucción siembres, más poderosa será la arma. Resumiendo: Shivering Isles es la guinda a uno de los juegos del año pasado. Oblivion es tremendamente bueno y si alargas lo terriblemente bueno tienes como resultado algo terriblemente bueno y largo. Es como cuando estás con una chica y estás ya apuntito apuntito pero sacando hombría consigues aguantar como un minuto o dos más, luego, al final, piensas, joder, qué bien me siento, soy el rey. Shivering Isles, además, promete tener un guión con pies y cabeza, que requerirá de bastante dedicación, y profundizará un poco más en el universo de Tamriel. Ficha: Plataforma: XBOX 360 y PC Desarrollador: Bethesda Softworks Distribuye: Take2 Fecha de salida: 30 de marzo de 2007 Web oficial: http://www.elderscrolls.com Más imágenes: Gamespot.