«Mi primer contacto con la escena 8 bits vino por sorpresa, al asistir a un concierto de Meneo por casualidad», me dice Javier Polo, el director del documental Europe in 8 Bits. «Meneo actuaba después de un grupo compuesto por amigos míos y cuando lo vi en directo me quedé pasmado. Un hombre desnudo armado únicamente con una Game Boy haciendo bailar a cerca de un millar de personas, fue increíble. En ese momento me sorprendió mucho pero no me imaginé que existiría un movimiento detrás, ya que nunca antes había oído hablar de nada parecido. Al poco tiempo comencé a averiguar más cosas y muchas preguntas empezaron a venir a mi cabeza: ¿por qué existe este movimiento y de dónde viene?; ¿por qué la gente no conoce nada sobre esto?; ¿qué tipo de gente está involucrada en esta escena y con qué fines?; ¿cuáles son esos sonidos y esa estética?; ¿por qué son todas las personas involucradas tan devotas?; ¿qué lo hace tan único y especial?» Son muchas preguntas, desde luego, y Javier no es la primera ni la última persona que se las hace cuando descubre la música chip y la escena enorme que hay detrás; yo mismo viví algo similar después de ver, precisamente, a Meneo. Lo mío se quedó en ir a conciertos, claro, pero la curiosidad de Javier fue más allá: «Pronto comencé a investigar por mi cuenta y textos como la tesis escrita por una figura como goto80 o el libro publicado sobre la exposición Playlist en el centro Laboral de Gijón, abrieron aún más mis ojos y así fue como rápidamente me empapé de la cultura chip». La terminología para referirnos a este tipo de música no está clara todavía («algunos hablan de música en 8 bits, otros de chiptune, otros de micromúsica y otros de música chip; personalmente el término que me parece más apropiado es el de música chip, ya que es música basada en el manejo del chip de sonido de ordenadores y videoconsolas de la era de los 8 bits», dice Javier), pero creo que todos tenemos en mente de qué estamos hablando: música creada con ordenadores y videoconsolas obsoletas. A los que llevamos ya un tiempecillo jugando el chiptune nos toca más de cerca: es inevitable, escuchando la música de Goto80 o Ralp, no recordar las rudimentarias pero profundamente creativas melodías de los juegos a los que jugábamos cuando éramos más jóvenes. Pero la música chip no se ha quedado en algo aislado o anecdótico: una gran escena ha florecido alrededor de los sonidos de NES o Commodore y las imágenes de baja resolución. Hay una tendencia que identifica algo más de la cuenta la música creada con hardware antiguo con el techno o algo parecido a la IDM; no lo veo del todo desencaminado, pero tampoco creo que sea tan preciso como debería. Como me explica Javier, «podemos hablar de una consola como de cualquier otro instrumento musical. Y como todo instrumento musical, nos permite crear una gran variedad de sonidos con los que se pueden componer diferentes géneros musicales. Por ello yo veo la música chip como una plataforma alternativa para crear música, pero siempre como un contenedor de géneros. Sabemos que los sonidos emitidos por el chip tienen un componente electrónico, pero con ellos puedes hacer desde rock, funky, hip hop, música ambiente o chill out, hasta techno, trance, electro… Todo depende de como los combines, teniendo presentes las limitaciones del hardware. Sabiendo esto, resulta difícil imaginarse la música chip en su esencia como mayoritaria, ya que existen muchos instrumentos hoy en día para crear música. Aun así, vamos viendo como los sonidos producidos por estos dispositivos se oyen cada vez más en la radio, la televisión o en internet, combinados o no con otros instrumentos». Como escena, el chiptune «engloba a los artistas visuales, al DIY, a los programadores, a internet, a los promotores y a los artistas visuales»; pero, ¿de dónde surge la idea de hacer un documental sobre la escena chiptune europea? «La idea de realizar un documental sobre la música en 8 bits surgió tras conocer de primera mano este mundo gracias a mi amigo Bartolomé Moreno, artista español de música chip», me cuenta Javier. «Decidimos grabar un primer evento organizado por él en Valencia con varios artistas de diferentes nacionalidades y la experiencia fue increíble. Desde entonces comenzamos a investigar sobre el movimiento y nos pusimos en contacto con artistas de diferentes partes de Europa para saber más cosas sobre la historia y el establecimiento de esta peculiar escena musical. Rápidamente surgió la idea de retratar la escena europea, muy amplia y variada, pero muy esparcida y poco conectada. Todo ello con el objetivo de mostrar sus orígenes y de darla a conocer, enseñando de qué forma se ha vivido en cada país. Nos resultaba cuanto menos extraño que nunca nadie hubiera tratado el tema con profundidad en nuestro continente, más aún cuando fue el continente que en mayor medida propició su desarrollo». Es un movimiento moderadamente nuevo: los primeros recuerdos que tengo de escuchar sonidos de chip en música son de aquel EP de Beck en el que su canción Hell Yes era remezclada con sonido 8 bits y renombrada como Ghettochip Malfunction; por aquel entonces, en 2005, todavía no hacía demasiado que el movimiento había empezado a revitalizarse hasta ser lo que es hoy en día. «A mi modo de ver las cosas, el momento que significó un cambio importante en la popularidad de la escena chiptune, fue cuando la Demoscene comenzó a perder fuerza y a principios de siglo, tras aparecer publicaciones como el 8-bit construction set, los software para la Game Boy de Nintendo Nanoloop y Litle Sound Dj y la página web micromusic.net, la escena se propagó por todo el mundo, en gran medida gracias a Internet, llegando al punto de que dos artistas suecos fueron nominados a los Grammy y gente reconocida como Beck y Malcom Mclaren experimentaron con esta tecnología. Fue el tiempo en el que la Microdisko de Estocolmo era el centro mundial del chiptune y llamó la atención de los medios internacionales; lo calificaron como el nuevo punk». Tiene algo de punk, sin duda, en esa filosofía DIY de hacer lo máximo con los mínimos recursos, de reaprovechar, reciclar y no conformarse; su popularidad ha ido creciendo, también, y «cada año que pasa aparecen más artistas nuevos y cada vez hay más conciertos, más colectivos, más festivales, más talleres y el movimiento aumenta en número de seguidores». El mainstream, siempre atento, no se ha resistido a incluir esos sonidos en su repertorio. «Mientras tanto los sonidos de 8 bits se van expandiendo y aparecen por todos lados en géneros musicales mainstream como el rock, el hip hop, el electro, el drum&bass o el dubstep y pienso que aunque la gente no se da cuenta directamente, se va familiarizando con los sonidos. Prueba de ello son el superhit de Ke$ha Tik Tok, Girl de Beck, Stand Up Tall de Dizzee Rascal, o U should know better de Robyn con Snoop Dogg. Esto demuestra como estos sonidos que la generación de los 80 escuchó en su infancia, influyen en la cultura popular actual. Pero la escena de 8 bits no crece únicamente debido a la utilización de sus sonidos», explica Javier, «sino que los gráficos de 8 bits son usados cada vez más en animaciones, video creaciones, videoclips, anuncios y en todo tipo de expresiones visuales como el pixelart. Existen gran cantidad de ejemplos como el videoclip de Lenny Kravitz Breathe, realizado con gráficos de la Commodore 64, el videoclip de YourFavouriteMartian con Hoodie Allen, 8-bit World o muchos de los trabajos de Eboy». Es imposible pensar en música chip sin tener presente el componente visual. «Sin lugar a dudas los visuales juegan una parte casi igual de importante que la música en esta escena. Ambos se complementan y se necesitan y la mejor manera de entenderlos es combinándolos. Tanto los gráficos como los sonidos 8 bits son muy primitivos y salvajes si los comparamos a los de hoy en día, pero son auténticos, representan a toda una generación que ha vivido la aparición y evolución tecnológica hasta nuestros días y poseen mucha más personalidad. Los gráficos de 8 bits están basados en animaciones poligonales sencillas y en una gama de colores más básica, pero esto no evita que se sincronicen a la perfección con la música chip, ya que comparten unas limitaciones que vienen condicionadas por el hardware con el que son creados. Un aspecto que encuentro muy interesante en el método de creación de estos gráficos es el componente aleatorio que posee, como ocurre con el sonido, al trabajar por ejemplo con una Commodore 64, a veces no sabes como va a responder el propio hardware y te encuentras con resultados inesperados», me dice Javier. La aceptación de la música hecha con cacharros anticuados no es, ni mucho menos, mayoritaria. Recuerdo un comentario que se hizo en esta misma web a raíz de un vídeo de cTrix, nombre importante en la escena chiptune; «Es brillante. Es curioso. Es ingenioso», decía el comentario. «No es musica», remataba. Cabe recordar, como hace Javier, que «la música es un conjunto de sonidos ordenados que transmiten ciertas emociones y sin duda Ralp y goto80 lo consiguen. En su día hubo gente que decía que la música electrónica era ruido y no música, también dijeron lo propio del scratch, pero pienso que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Por hacer una comparativa, para mí goto80 es a la Commodore 64 lo que Jimmy Hendrix fue a la guitarra eléctrica. Tanto él como Ralp son auténticos genios que han marcado un estilo propio y que han influenciado a muchos artistas posteriores». En Europe in 8 Bits, Javier entrevista a un buen montón de artistas muy destacados de la escena chiptune europea; no duda a la hora de reconocer que está «muy contento con la suerte que hemos tenido hasta ahora», habiendo podido entrevistar a gente como Johan Kotlinski, Oliver Wittchow, Goto80, Bit Shifter, Gwem, Tonylight o Henry Homesweet. Entre los nombres que están planeando incluir próximamente están Meneo, Fela Borbone, Gebhard Sengmüller, Gino Esposto, Michael Burkhardt «y muchos otros artistas europeos de diferentes nacionalidades» («aún nos queda un largo camino», reconoce), aunque «habrá gente a la que no podamos entrevistar como es el caso de Beck, Pepino o de Malcom McLaren, lo cual nos hubiera encantado para que nos dieran su versión personal sobre la escena». Es un documental importante para el movimiento de la música chip, no me cabe ninguna duda, y ahora está buscando financiación por medio del tan popular crowdfunding. «Actualmente nos encontramos con bastante material grabado», me explica, «lo que ha significado una gran aventura recorriendo países como Noruega, Suecia, Holanda, Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y España. Pero aún nos queda un largo camino por recorrer y nos gustaría visitar otros países como Polonia, Austria, Grecia, Suiza, Hungría o Rusia que también tienen una escena de música chip importante. Por ello nos encontramos intentando conseguir los medios necesarios para poder completar un documental bien contrastado. Acabamos de lanzar una campaña de crowdfunding para recaudar fondos a través de Internet con la página web española Verkami, esperando así obtener una mayor difusión y financiación que nos permita seguir con el rodaje y cubrir los gastos de la posproducción, que requerirá de mucho trabajo para componer una obra vanguardista como la que nos proponemos». Me gustan este tipo de iniciativas; demuestra que el videojuego, como creación donde confluyen muchas disciplinas, tiene una presencia cultural más importante de lo que a menudo pensamos incluso nosotros, jugadores. Si queréis, podéis ayudar en Europe in 8 Bits dando algo de dinero en su proyecto de Verkami; no os olvidéis tampoco de echar un ojo a su web oficial.
Redactor
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Genial artículo-entrevista.
Anait is diferent.
Mi nick viene del Punk guarro americano y el punk rock español más combativo, grupos que me encantaban hace 12 años pero que he dejado bastante de lado, movidos por el Heavy más puro, así que poco he tocado de todo esto. Aun así, recomiendo encarecidamente a estos señores:
http://www.myspace.com/8bitoperators
Tiene cierto tiempo ya, pero cuando los descubrí me gustaron bastante. Muy en la línea de lo que aquí se comenta.
Y ya más nuestro, están Retoyon, a los que tuve el gusto de ver en la retromallorca de 2011.
Bieeeen por el chicoN! Este docu lo va a petar! Mark my words.
Aprovecho para SPAMEAR como loco: El 23 de Agosto cTrix toca en Barcelona con Ralp y más gentuza de [url=www.lowtoy.com]Lowtoy[/url].
/SPAM
http://www.youtube.com/watch?v=KqQybzfpUPQ
Os recomiendo bucear en su canal tiene 3 o 4 temas.
TRE-MEN-DO
Flipo con Meneo, pero odio a SMËGG
Que yo sepa, el videoclip de Lenny Kravitz – Breathe no tiene gráficos de Commodore 64…
http://www.dailymotion.com/video/x6u0t_lenny-kravitz-breathe_music
Joder, qué bien todo. Leyendo la entrevista -en concreto cuando he visto nombrado al tronado de Fela Borbone- no he podido evitar acordarme de Olaf y sus Doo Rags, que vienen a ser la versión extrema del chiptunismo: instrumentos fabricados a partir de cualquier juguetito que lleve un altavoz.
Yo estuve presente en el momento que se decidió crear este docu!
Grandes Polo y Bart.
Por cierto, el 8 de junio 8bit party en Valencia!
Lenny Kravitz lanzó una campaña con Absolut y se eligieron 10 videos de todo el mundo sobre el mismo track, y uno de ellos fue editado por the C-men utilizando la Commodore Amiga y la MSX con gráficos de 8 bits, todos fueron aprobados por el propio artista.
Aquí lo tienes:
http://www.youtube.com/watch?v=w6h6Ao582n0
10/10
Gracias ChicoN por descubrirme este mundo!
Papppppiiiiiii, solo tu papi, tu único papi, TREMENDOOOOOOOOO!!!! PAPIIIIII!!
x’DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Con todo el respeto que le tengo al amigo Rigo (Meneo) aquí el que parte el bacalao en tres es Ralp.
Escuchen el último disquito entero. UNA gameboy hace todo esto:
http://www.lowtoy.com/releases/ralp-fuldatax
@jarjar
Yo también odio a smëgg. Y a tí.
Yo estuve el verano pasado en un concierto de Meneo en Bilbao, previo al festival hóPLAY, y disfruté como un enano. No sólo por la música y los vídeos, sino porque el tío es un auténtico crack capaz de animar a bailar a cualquier persona.
Impagable cuando sonó su temazo Tiger Woods is Gay, y él cantaba a grito pelado ahí, delante de familias con sus niños y todo XD
Al pirado de Fela Borbone le conocí gracias a este reportaje de La 2. No es un Celebrities, pero lo parece.
Estupenda entrevista.