Puede que las leyendas urbanas no sean del todo ciertas, pero es evidente que Dragon Quest es algo especial; quizá no fue el gobierno japonés el que prohibió por ley que las nuevas entregas se publicaran entre semana para evitar el absentismo escolar, pero sí se movieron los lanzamientos al sábado para intentar que nadie se quedara sin su copia cuando salía una nueva entrega. Esta idea del furor que despertaba, y todavía despierta, Dragon Quest en Japón está tan presente en el imaginario colectivo que todo el mundo que incluso sin conocer a fondo y de primera mano la saga es fácil entender el guiño que se hace en Yakuza 0 cuando, en una de sus submisiones más encantadoras, Kiryu ayuda a un niño a recuperar su copia de Arakure III: Quest For The Quantum Quill, cuando se lo roban después de hacer cola pacientemente en un Don Quijote que acaba de recibir una nueva remesa. «¡Es el juego más popular que hay en Japón ahora mismo!», te dice, después de contarte que ha conseguido reservar la última copia y confesar las ganas que tiene de leer el manual de instrucciones de camino a casa. («Vaya época nos ha tocado vivir si cuesta comprar un juguete», reflexiona Kiryu.)
Dragon Quest III se publicó en Japón en 1988, y su leyenda es suficientemente grande como para que incluso hoy, tres décadas y media después, la perspectiva de volver a él resulte emocionante. Es lo que propone Dragon Quest III HD-2D Remake, la nueva versión que se publicará, esta vez también en Europa, en noviembre.
A raíz de la reciente aparición de este remake en el Nintendo Direct de hace unos días, además de poder jugarlo en un evento de preview (podéis leer nuestras primeras impresiones aquí) también nos fue posible hacerle llegar unas preguntas a Masaaki Hayasaka, productor del juego. La carrera de Hasayaka en Square Enix está estrechamente ligada a la de su mentor en la compañía, Tomoya Asano, uno de los impulsores de esta línea de juegos HD-2D que se inició en 2018 con Octopath Traveler; después de unos años como asistente de producción en varios de los títulos de esta colección (en la que cabe de todo: desde RPGs originales hasta otros remakes, como el de Live A Live, o juegos que exploran fórmulas distintas, como Triangle Strategy), Hasayaka es productor de pleno derecho en Dragon Quest III HD-2D Remake.
Es otro juego HD-2D, pero no uno cualquiera; en Square Enix son perfectamente conscientes, por ejemplo, de la importancia del recientemente fallecido Akira Toriyama en la serie Dragon Quest. Al preguntarle sobre este tema, Hasayaka explica que «los anteriores cuatro juegos HD-2D tenían el estilo de los clásicos de Squaresoft; con esto me refiero a que era un arte sofisticado y estilizado, como el de los Final Fantasy», el otro gran buque insignia de la compañía. «Sin embargo, Dragon Quest transmite unas sensaciones totalmente diferentes. Tiene algo que es absolutamente único».
Aunque reconoce que «fue un desafío» traducir al formato HD-2D la «esencia» de Dragon Quest (con mucho tacto, Hasayaka evita mencionar a Toriyama; cuesta no pensar en él cuando se menciona esa esencia), «hemos conseguido dar con el estilo artístico del juego gracias a nuestra experiencia de primera mano jugando a Dragon Quest como fans, y gracias a hablar mucho con los miembros del equipo de desarrollo que jugaron a Dragon Quest III cuando salió», dice.
Esta experiencia de primera mano con el juego de 1988 parece haber sido una de las guías principales del equipo a la hora de aplicar cualquier cambio, no solo visual: recuperar un JRPG de NES en 2024 es un reto igual de imponente, como confiesa el propio Hasayaka. Los JRPGs de finales de los 80 eran de otra forma, y «esto no se aplica solo a Dragon Quest III, por supuesto», dice el productor: «si intentas jugar a cualquier juego de hace treinta años, suele ser difícil avanzar por ellos sin usar guías, y los enemigos pueden ser injustificadamente duros». Este remake busca «hacer el juego más accesible, flexible y directo», intentando no tocar más de la cuenta para que el material original siga siendo reconocible; que sus virtudes sean más fáciles de ver sin que pierda su personalidad, el carácter que lo convirtió en un clásico. «Nuestra aproximación a la hora de equilibrar el remake ha sido hacer el juego un poco más amable», dice Hasayaka, «sin llegar al punto de hacerlo tan conveniente o sin fricciones que le quitáramos lo que hace que sea divertido».
Para ello, de nuevo, se apoyaron en el recuerdo de la gente que jugó al original («famoso por tener un equilibrio excelente», dice) en su día y que ahora trabaja en esta nueva versión. «Tuvimos que ser bastante valientes para hacer algunos de estos ajustes», explica, precisamente por la vigencia de la tercera entrega, celebrada incluso cuando se relanzó hace ya diez años en móviles, con uno de esos ports de aspecto espantoso que no ponen las cosas fáciles a la hora de ver las bondades de un juego antiguo. «Los debatimos mucho con un equipo de planificación que había jugado al original cuando salió, y recurrimos mucho al ensayo y error para decidir hacia qué lado queríamos que se decantara el equilibrio en el juego final».
Con suerte, estas modificaciones servirán para hacer que Dragon Quest siga ganando popularidad fuera de Japón; para acercar a más gente un juego de aires legendarios y que llega en un buen momento tanto para su género como para la propia serie. «El primer Dragon Quest que se publicó en todo el mundo fue Dragon Quest VIII», recuerda Hasayaka. «Desde que salió, hemos disfrutado del apoyo entusiasta de una base de fans extremadamente fiel. El último juego de la serie, Dragon Quest XI, también tuvo muchos fans apasionados, sobre todo entre la gente que disfruta de los RPGs japoneses». No han faltado oportunidades para jugar a Dragon Quest, por supuesto (entre, principalmente, móviles y consolas portátiles, diría que todos han acabado saliendo en Europa, aunque en muchos casos solo en inglés; como curiosidad, el mítico anuncio del sueño de artes marciales es del remake para Nintendo DS de Dragon Quest VI), pero da la sensación de que el viento sopla más a favor que nunca para la veterana serie, entre estos nuevos remakes, el del III y los de los dos primeros, y el futuro Dragon Quest XII.
«Nos encantaría que más jugadores experimentaran lo que hace que Dragon Quest sea tan especial, a lo largo de toda la serie», termina Hasayaka. «Estamos publicando este juego dentro de la línea de juegos HD-2D ya existente, representada principalmente por el muy aclamado Octopath Traveler. Al optar por un estilo visual que mezcla lo antiguo y lo nuevo, esperamos inspirar a los jugadores que no hayan probado nunca un Dragon Quest a darle una oportunidad».
Foto de Masaaki Hayasaka: Famitsu
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Uf, qué ganas de poder probarlo. Estoy terminando el remake de SNES de DQII y con este juego quiero hacer lo que propuso Horii: jugar al III para continuar con el I y el II cuando salgan sus remakes. ¡Buena entrevista!
Qué genial giño en el Yakuza! Me ha encantado, sobre todo la reflexión de Kiryu.
Espero que se acuerden de traer el DQ X offline a occidente