Final Fantasy VII es un videojuego con muchas historias. Está la historia de Cloud, Barret, Tifa, Aeris y compañía, la de esos personajes idealistas que buscan conseguir un futuro mejor para el planeta y para ellos mismos, una historia sencilla al principio y que poco a poco va ganando matices, textura, zonas grises, contradicciones. Está la historia de su desarrollo y lanzamiento, una auténtica revolución que provocó movimientos sísmicos en la industria del videojuego; movimientos cuyas consecuencias, seguramente, están vigentes todavía hoy. Está la historia de sus spoilers, que marcaron a toda una generación y que casi tres décadas después de su publicación aún son uno de los secretos paradójicamente peor guardados de la historia de los videojuegos.
Está también la historia de sus remakes, en plural: un ambicioso proyecto con el que Square Enix ha decidido regresar a uno de sus universos más fascinantes, uno del que, por lo demás, nunca se fueron del todo. ¿Cómo pensar que algo como Final Fantasy VII es cosa del pasado, cuando la simple visión de la espada de Cloud Strife es suficiente para evocar sensaciones, situaciones e ideas tan poderosas? La influencia de Final Fantasy VII es insondable, mayor de lo que, sin perspectiva, se podía anticipar en 1997. Se podía intuir, pero nunca anticipar del todo. La influencia de Final Fantasy VII es tal que influye hasta a sus propios creadores, que orbitan obsesivamente, como enfermos de mako, alrededor de Midgar, Nibelheim y Cañón Cosmo.
Este monográfico es un intento de explorar desde distintos puntos de vista Final Fantasy VII, aprovechando que el reciente Rebirth (la segunda de las tres partes que compondrán el «proyecto remake») ha vuelto a poner a Cloud y su party en primera línea. Se hablará de los lugares, de los temas, del impacto; se hablará de amor y de esperanza y de nostalgia, y para hacerlo habrá que incurrir en algún spoiler que otro, por cierto: si no conocéis Final Fantasy VII, recomendamos jugarlo (al original, más accesible que nunca, o a los remakes, que son estupendos, por cierto) antes de leer lo que viene a continuación. Si lo conocéis, esperamos que disfrutéis la lectura. Dicho esto, y como dijo un sabio: «muy bien, allévoy».
Monográfico organizado y coordinado por Óscar Gómez.
Introducción por Víctor Martínez.