El año pasado, decidí coronar mi podio de lo mejor del año con Captain Toad: Treasure Tracker, basándome en mi felicidad personal por motivos prácticos, pero también por lo que una decisión así puede enseñarnos. El del videojuego es un mundo lleno de conflictos: casi desde que el tiempo es tiempo la cosa ha ido de nosotros contra el resto, de ser algo en oposición con lo otro. Super Nintendo versus Mega Drive; casual versus hardcore; consolas versus PC. Sabemos porque no saben los otros. Jugando a Captain Toad me olvidé de todo eso; fue una partida marcada por la felicidad. La recuerdo con mucho cariño.
La semana pasada dediqué unas horas a Yoshi’s Woolly World, ya en mi consola. Lo combiné con Kirby’s Epic Yarn. Del primero hablé hace menos de un mes, y creo que no tengo, de momento, nada nuevo que decir; el segundo tiene ya un tiempo, pero lo han publicado de nuevo en la eShop de Wii U, a una distancia muy conveniente de lo nuevo de Yoshi. Los dos juegos comparten desarrolladora: Good-Feel; también parecen compartir intención, hasta cierto punto, y desde luego comparten lana.
En el Iwata Asks que le dedicaron al juego en su día, hablaban de tres temas centrales en el juego: sorpresa, diversión y calidez. El mayor logro de Epic Yarn está en cómo combina estas tres filosofías de diseño para crear una aventura en la que el suspense se mantiene a pesar de no tener pantalla de game over. «Es un juego de acción, pero pienso en él como un juego de acción lleno de diversión con algo para todo el mundo», cuenta Etsunobu Ebisu, de HAL Laboratory, que ayudó en el desarrollo. «Yo me aburro con facilidad, así que cuando hago un juego pienso en qué puedo hacer para mantener la atención del jugador. Esta vez incluimos algunos minijuegos al estilo de misiones, que cogen las cosas divertidas de los juegos de acción».
«Eso es divertido, así que aunque el juego se distribuye alrededor de la acción, hay muchos tipos distintos de juego que disfrutar. Espero que todo el mundo —la gente que no es muy buena en los juegos de acción, los recién llegado y la gente que se aburre fácilmente— se diviertan jugando durante mucho tiempo».
Hay algo mágico en la manera en que Epic Yarn te anima a seguir adelante. En otros juegos, el reto de superar desafíos a la vez que evitamos la pantalla que nos avisa de que el juego ha terminado antes de tiempo es clave; aquí, al contrario, es fácil no darse cuenta de que todos los engranajes están girando para que Kirby nunca muera. Es un juego fácil, pero que la muerte esté totalmente fuera de los planes de Epic Yarn es una decisión consciente que suma al tono del juego, a su intención. «Sin muerte, no hay superación ni un feedback fiable de cómo está actuando el jugador», decían en Game Report hace no mucho. Kirby busca la calidez, no la superación.
«Cuando vi por primera vez los gráficos, la calidez ya estaba ahí. Todo lo que faltaba era la sorpresa y la diversión. La lana tiene mucho potencial para los mecanismos sorprendentes, y ya hablamos antes de lo divertida que es, así que creo que pudimos seguir adelante con el desarrollo sin demasiado problema», explica Yoichi Yamamoto, uno de los productores de HAL Laboratory. Es una calidez de juguete, como la de los dioramas de Captain Toad o la que busca también la secuela espiritual de Epic Yarn, ese Yoshi’s Woolly World que tan cerca tenemos ya.
Es un acercamiento al videojuego muy diferente de ese masocore del que hablaba Lara Sánchez en un número de Mondo Pixel; aquí, la relación entre el jugador y la máquina está todo lo lejos del sometimiento como podamos imaginar: es horizontal y afable, como la de dos amigos. La coherencia de la lana y los botones de Epic Yarn crea una fantasía muy viva en la que Kirby está en un mundo real, y no en un escenario hecho de materiales reales; «si se pensara en la realidad, entonces no existiría ningún juego. Y si no hubiera juegos, ¿qué quedaría entonces?», escribió hace mucho Tolstoi.
Mi tiempo con Woolly World, como el que pasé con Captain Toad y el que estoy pasando con Epic Yarn, está siendo uno de sorpresas, diversión y calidez. No estoy capacitado para decir nada especialmente rotundo aún, pero puedo hacer suposiciones; supongo que Woolly World no será para todo el mundo, y habrá quien busque en un videojuego retos y propuestas diferentes a las que Good-Feel presenta aquí; supongo que no tendrá el peso ni el significado del Yoshi’s Island de Super Nintendo, aunque también parece buscar (sin llegar al extremo de Epic Yarn, donde las principales habilidades de Kirby ni siquiera estaban presentes) caminos más o menos distintos a otras secuelas que han ido más directamente a imitar a su antecesor.
Sé, y aquí no supongo nada, que estoy pasándomelo muy bien; así de básicos y simplotes están siendo mis sentimientos, y así he creído conveniente expresarlos. Me fío de Good-Feel; espero con ganas las sorpresas, la diversión y la calidez que me quieran dar con Yoshi’s Woolly World. (Y sigo sin saber qué papel tiene Poochy en este juego.)
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El epic yarn me aburrió soberanamente y se quedó en una esquina, hasta que se me ocurrió jugar a dos jugadores con mi sobrino de 5 años. Magia pura, declaración de amor a los videojuegos y a la amabilidad mejor entendida, no te castiga por fallar pero te premia por acertar.
Simplemente me faltó acercarme la primera vez con la inocencia de un niño, menos mal que la segunda vez me la prestaron 😊
El Estambre Magico
El Epic Yarn lo guardo en la estanteria….para nunca volver a tocarlo. Me pase las dos primeras fases y lo deje, aburrido a mas no poder. Eso si, muy bonito.
Este post es para enmarcar. Gracias por la historia 🙂
Vomito lana de colores!
Buen texto Víctor, y con el comentario de @elijah le da un plus de +10 en ternura.
@gegrmova
@gerir
Lo que me faltaba para ponerme moñas total 😀
Gracias bonicos, no hay muchos sitios por Internet donde poner un comentario así y que la gente lo entienda 🙂
a tope con el ESTAMBRI
Cuando empecé a jugar al Epic Yarn, me parecía un guilty pleasure, ese tipo de cosas que te encantan pero que sabes que no debería gustarte. Pero sabéis que? Eso se me pasó al poco tiempo: si algo te gusta, que coño es eso de sentirse culpable? Además, no hay nada más infantil que que algo no te guste por ser infantil. Al final, tengo un recuerdo genial del juego.
Y por cierto, a pesar de sus defectos, el Kirby y el pincel arco iris me está encantando también.
@chiconuclear, gran reflexión. Revisa el último párrafo, que se te ha colado en la primera frase un «nadam».
Tengo ganazas del nuevo Yoshi!
@chiconuclear, ¡OH! ¡Qué ilusión que nos citéis! Muchas gracias de todo el equipo de GameReport 😀 Estamos tan contentos que nos hemos animado a enseñaros una cosita. ¡Fuera vergüenzas!
Precisamente, muy en la línea en la que hablas, allá por el Septiembre pasado volcamos todo nuestro amor por Kirby’s Epic Yarn, y esperamos con ansia a Yoshi para ver si es capaz de recoger esas sensaciones tan únicas:
http://issuu.com/gamereport/docs/gamereport04/30
Yo me lo pasé en grande jugando al Epic Yarn con la novia. Lo recuerdo con mucho cariño.
Aquí un servidor es un grandisimo fan de jugar los juegos a 4 manos con mi señora, y todos los plataformas de Nintendo que lo permiten han pasado por nuestra consola (antes Wii, ahora Wii U). Y debo decir que éste Kirby fue el que peor experiencia nos reportó. Por un lado muy infantil (aunque rematadamente bonico), y por el otro muy corto y fácil. He de decir que veníamos del Donkey Kong Returns, dónde puedo asegurar que si que hay muerte y pantalla de Game Over, así que supongo que mi visión del juego está distorsionada. Aún así, espero que el nuevo Yoshi tenga más de Donkey que de Kirby (salvando muy mucho las distancias).
Aunque si que os doy la razón en que si alguna vez tengo un hijo o un sobrinito erá un buen juego para iniciarse en el mundo videojuerguista.