Monográfico #12

Exploramos a fondo el magistral juego de Obsidian, desde sus mecánicas y recursos narrativos hasta sus preocupaciones temáticas y narrativas, a lo largo de cinco piezas rematadas con un spoilercast, cortesía de Choquejuergas.

Quizás Pentiment sea un juego que habla sobre los grandes temas de la humanidad, o quizás sea un juego de minucias. Probablemente sea los dos, pero ante todo, quizás, el proyecto pasional de Josh Sawyer sea un juego de personajes, su reparto de little people carente de figuras famosas, de épica o de grandes hazañas. Un slice of life de la Baviera del siglo XV con un elenco de más de 100 personajes entre monjas y monjes, campesinos, pequeños burgueses, un molinero insufrible y muchos niños. Un murder mystery accidental cuyo detective ni siquiera se reconoce como tal. Una exploración de cómo vive y convive una comunidad, con sus arrepentimientos, sus esperanzas y sus perspectivas ante una vida entera.

Pentiment escribe en y desde los márgenes de la Historia una ficción sobre la naturaleza de la verdad, sobre el tiempo y la pervivencia de la(s) historia(s). Es un manuscrito jugable que no nos interroga sobre lo que nos cuenta, sino sobre su significado, sobre qué queda después de haberlo completado. De estas interpretaciones y revisiones de aquello que el juego de Obsidian nos contó hace dos años va este monográfico, ahora que parece que el tiempo ha sido suficiente para integrarlo, ahora que, como siempre, es necesario reivindicarlo. 

A lo largo de los textos de este monográfico exploramos ideas sobre el Pentiment juego —sus mecánicas, trucos y relación con Disco Elysium— y el Pentiment texto, sobre la Historia y sus relatos, sobre la escritura y la oralidad, la re-escritura y el borrado, sobre el protagonista Andreas Maler, su mentor y el laberinto en su cabeza. Y en voz y video, nos guía Marta Trivi en Choquejuegas a una discusión con spoilers sobre los entresijos del juego. Potius sero quam nunquam: más vale tarde que nunca.

Monográfico organizado y coordinado por Clara Doña,
que también escribe esta introducción.