Lejos de conformarse con ser una obra derivada de Shin Megami Tensei o limitarse a suavizar los elementos más discordantes de su profundo lore para llegar al público generalista, Persona se distingue por su marcado carácter. Etiquetas como JRPG o visual novel costumbrista se quedan cortas en una saga que lleva 27 años siendo muy guay; utilizando sin complejo alguno mecánicas roleras clásicas y conceptos narrativos sacados la filosofía, la psicología y el ocultismo, para mezclarlos, por ejemplo, con elementos propios de los simuladores de citas. Persona nos permite ir de lo más grande a lo más pequeño, del héroe elegido capaz de vencer al mal con su poder interior, al estudiante japonés que compra novelas de segunda mano o pasa las tardes de lluvia estudiando en la biblioteca. Atlus no hace ascos a nada, ni a la mitología greco-romana, nórdica o hinduista, ni a la música urbana que marca tendencia en las listas de j-pop. Así, el enorme éxito de Persona 5 no es casual. Esta es una historia en la que el triunfo se esperaba.
Persona 5, su edición ampliada y sus dos spin-off (Strickers y Dancing in the Starlight) han vendido hasta el momento 8,3 millones de copias haciendo de esta entrega, no solo la más popular de la franquicia, sino también la que ha logrado dejar atrás definitivamente la sombra de Shin Megami Tensei. Pero lo más interesante en esta explosión de popularidad es la manera en la que los nuevos fans, los recién llegados a la Velvet Room, se han interesado por todo lo anterior, por ver más allá de la academia Shujin para resolver nuevos misterios, hacer más amigos y, sobre todo, recorrer todo tipo de imaginativas mazmorras. Atlus ha estado a la altura. Persona 4 Golden y Persona 3 Portable ya están disponibles en plataformas actuales. Hay mucho que celebrar.
Con este monográfico queremos saldar una deuda con la franquicia. Examinar Persona desde ángulos que van más allá del análisis y detenernos en varios de los pilares de su carácter que se dan por supuestos. Empezamos la semana con un repaso histórico y retrospectivo a la franquicia que va desde la novela de Aya Nishitani hasta aquellas representaciones que han envejecido de forma cuestionable. Nos detenemos después a examinar qué aporta la música a la saga y por qué los spin-off de baile se encuentran entre los mejores juegos de ritmo del momento para pasar, en el tercer artículo, a un análisis más profundo de los temas de Persona 3. Cerramos nuestro recorrido con la ayuda de una mirada externa que nos permita, desde el humor, comprender la experiencia del jugador casual y con un artículo centrado en el reciente interés de Microsoft por los juegos japoneses
Textos anteriores sobre la saga
El otro lado: la cotidianidad y la fantasía en Persona 4.
De David, Goliat y la opinión pública en Persona 5
