Botolo es el nuevo multijugador local del creador de The Floor is Jelly

El próximo 15 de diciembre se publica el nuevo juego de Ian Snyder, Botolo, una «frenética competición de leer mentes» en forma de multijugador local a medio camino entre una versión no agresiva de balón prisionero y Rey de la Colina. Arriba tenéis el tráiler de lanzamiento.

Sorprende el cambio después de The Floor is Jelly, un juego bien distinto. Botolo propone «una danza dentro del espacio negativo entre los pensamientos de tu oponente», y a mí me ha recordado, por densidad, a una suerte de lucha de pulgares con captura de zonas y envuelta en un apartado visual superdotado y kaleidoscópico. Por ahí va la propuesta de someter «mentalmente a tus oponentes hasta su sumisión dentro de hipnóticos campos de patrones y color».

Como sugiere el tráiler, al sugerencia de uso pasa por reunir a varios amigos y ejecutar un clásico ritual de pierde-pasa, pero para quienes no tengan a nadie cerca están los bots, o, como lo llama Snyder, «simulaciones de amigos». «Estos increíbles programas quizá no aprecien la belleza sencilla de un amanecer, o no te den un abrazo tranquilizador cuando lo necesites, pero se adaptan a tu forma de jugar en medio de la partida, que es casi igual de bueno», se lee en la descripción del juego.

Decía que me sorprende que sea Snyder en concreto el que haga este juego por la manera en que The Floor is Jelly llevaba su preocupación por contar algo hasta las últimas consecuencias, violentando cuando lo necesitaba sus propias tripas y sin miedo a ser injusto e incomprensible cuando tenía que serlo; un multijugador exige una rigidez mayor, aunque en el fondo sí entiendo por qué cualquiera apostaría por el multijugador local: son lo mejor. Probablemente el impacto de Botolo sea menor, o tenga menos espacio para impactar, sobre todo teniendo en cuenta que The Floor is Jelly era un juego del que se podía escribir sin demasiada imaginación esto:

cuando el juego considera que llevamos con él el tiempo suficiente como para tener confianza, empieza a desnudarse de una manera arriesgadísima, muy difícil de ver en un videojuego, sin aparente miedo al caos, a lo incontrolable, a lo imprevisible. El juego, el código, los mecanismos más básicos que hacen que funcione, como programa informático, se pervierte creando entornos extrañísimos, muy inesperados, que parecen animarnos incluso a olvidar por momentos lo que sabemos de mecánicas, de sistemas, como se ha olvidado él de cómo se supone que un juego debe funcionar, y juguemos de una manera visceral, experimental.

Sale en Steam, itch y Humble el día 15, como decía. Listo para ponerlo en la cena de Nochebuena y aplastar a tu familia, por n00bs.