Cliffy B. justifica la violencia en Bulletstorm

El amo del cotarro en Epic Games, el ilustre Cliffy B. (a quien, como sabéis, no le gusta que se le llame Cliffy B.), ha intentado con sus últimas declaraciones algo tan noble como defender la violencia en Bulletstorm y, en general, en los videojuegos. El problema, queridos lectores, es que B. ha metido la pata sin saberlo y se ha echado piedras sobre su propio tejado. Leamos primero sus palabras a CVG y luego lo comentamos:

Todas esas cosas sobre la violencia en los juegos, el lenguaje soez, son temas que… Por un lado siempre me ha dado mucho miedo, es gente que ataca a la industria. Por otro, lo encuentro algo halagador porque es una de esas situaciones en las que el hecho de que la gente piense «ooh, los horribles juegos están arruinando el mundo», supongo que significa que somos el nuevo rock and roll, el nuevo Elvis, el nuevo Dungeons and Dragons, el nuevo cinematógrafo. Significa que estamos tocando alguna fibra. Podría pasarme el día hablando del tono de la violencia en Bulletstorm. Es muy en plan coña. No hubo ningún tipo de proceso [durante el desarrollo] en el que consideráramos el arrancarle la cabeza a un enemigo y cagarnos en su tráquea o algo así. Era todo en nombre de la diversión.

Muy bien, amigo Cliff, ahora explícame por qué ese ejemplo que pones no es divertido y sí lo es reventar un ano con una escopeta. ¿Hay algún tipo de línea invisible que haga lo cafre más aceptable que lo aún más cafre? ¿El límite no debería ser, simplemente, ninguno? ¿No estamos al fin y al cabo ante un montón de píxeles sin vida danzando ante nuestras córneas? No hay más preguntas, señoría.