Counter-Strike: Global Offensive, en el punto de mira por su «mercado de apuestas online ilegal»

Un jugador de Counter-Strike: Global Offensive ha denunciado a Valve por mantener «un mercado de apuestas online ilegal» dentro del shooter multijugador. Se refiere, claro, al mercado de skins que de un tiempo a esta parte ha empezado a ser tan popular como la be cuatro tres o cs_assault; quizá más. Michael John McLeod, habitante de Connecticut, asegura que Valve (desarrolladora del juego, y propietaria de Steam) «ha sido cómplice en la creación, mantenimiento y promoción de un mercado» en el que los jugadores y terceros utilizan skins como si fueran fichas de un casino. «En la economía de los eSports, los skins son como fichas de casino que tienen valor monetario fuera del juego mismo, por la posibilidad de convertirlos directamente en dinero», explica la denuncia. Valve, explica McLeod, «permitió, dio apoyo y/o esponsorizó las apuestas ilegales permitiendo que millones de americanos enlazaran sus cuentas de Steam individuales con webs de terceros» que permiten comprar y vender skins, que pueden «ser intercambiados y usados como aval para apostar». La ausencia de una verificación de edad en algunas de estas webs «permite a los menores hacer apuestas ilegales», explica. Se menciona un reportaje de Bloomberg en el que se habla de las apuestas de adolescentes con skins de Counter-Strike como una de las realidades de ese negocio, que mueve 2.000 millones de dólares. En ese reportaje se dice, de hecho, que «como hay un mercado líquido para convertir cada pistola o cuchillo en dinero, hacer una apuesta con skins es esencialmente lo mismo que apostar con dinero real». «Valve es dueña de la liga, vende las fichas de casino y recibe una parte de los beneficios del casino a través de webs extranjeras para mantener la farsa de que Valve no promueve o se beneficia de las apuestas online», dice la denuncia. «Que la mayoría de la gente que participa en la economía de apuestas de Counter-Strike: Global Offensive sean adolescentes de menos de 21 hace que Valve y las acciones de otros acusados aún más inadmisibles». McLeod dice haber sido seducido por las apuestas de skins, y haber perdido dinero por ello; de esa revelación por las malas surge la denuncia. Aunque pueda sonar extremo, el caso de McLeod apunta en una dirección interesante. La conexión entre videojuegos y casas de apuestas o juegos de azar no es nueva; es más, a medida que pasa el tiempo, más evidente se hace. El truco aquí está en cómo Valve se beneficia gracias a que sus apuestas son virtuales: Estados Unidos es el segundo país que más apuesta en CSGO Lounge, una de esas webs de terceros que menciona la denuncia, y aunque las apuestas deportivas son ilegales en 46 estados no se aplica ninguna restricción territorial a la hora de apostar; tampoco se comprueba la edad. Y es un terreno feo y al que no gusta acercarse, pero lo cierto es que cuanto más dentro del ADN del videojuego estén los pequeños pagos con dinero real (y creo que ya están muy dentro: todos los últimos súper éxitos incluyen micropagos de una especie u otra), más control deberá haber para evitar abusos y prácticas oscuras. Denuncias como esta o casos como el de TinyBuild y G2A son signo de que la economía digital tiene algunos problemas que aún debemos solucionar.