Die Gute Fabrik ha anunciado su cierre. El estudio danés conocido por Sportsfriends, Mutazione o el más reciente Saltsea Chronicles ha dado a conocer la noticia a través de sus redes sociales esta misma tarde, 16 años después de que Nils Deneken lo fundara oficialmente en 2008.
El equipo con sede en Copenhague ha confirmado que detuvieron de forma definitiva la producción el pasado 19 de febrero debido a las dificultades para un estudio de su escala de encontrar inversores que garanticen la financiación de su próximo proyecto sin un déficit de ingresos. Todo viene del «panorama editorial y de inversión» actual que impera en la industria del videojuego, cuentan en el comunicado, aunque han tratado de emplear los recursos que les quedaban para garantizar un mes de sueldo añadido para que las personas que vayan a perder su trabajo puedan «recuperar el aliento».
En el mismo mensaje aseguran que seguirán buscando financiación con la idea de retomar la producción, aunque el anuncio también sirve para que todo el equipo pueda encontrar nuevos roles, incluidos el propio Deneken, fundador y director de arte, o Hannah Nicklin, CEO y directora creativa. En el caso de que logren hacerse con esa financiación durante los próximos años, Nils Deneken pasaría a ser el nuevo director ejecutivo.
Die Gute Fabrik es un estudio que gusta mucho por aquí, sobre todo por ese cuidado especial a la hora de escribir, transmitir y encontrar formas distintas de contar sus historias. Saltsea Chronicles nos encantó, de hecho, un juego con un potentísimo mensaje de unión y comunidad que, por desgracia, no logró demasiados números: aunque cuenta con un 83 en Metacritic y muy buenas valoraciones en Steam, la plataforma de Valve muestra tan solo 71 reseñas de los usuarios.
Aquí podéis echarle un vistazo a nuestro análisis de Saltsea Chronicles.
En este enlace, además, tenéis la opinión de la compañera Marta Trivi sobre Mutazione.
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Joder, qué tragedia. 🙁
La situación de los estudios indie es cada vez mas dramática, la mayoria de grandes publishers están tratando de exprimir al máximo a los pequeños desarrolladores sabiendo la competencia que hay a día de hoy y ofreciéndoles unas condiciones que a duras penas les permiten pagar los desarrollos, eso sumado a las politicas de algunas plataformas de venta y motores gráficos hacen muy dificil tirar adelante estos proyectos. Daños colaterales de la codicia de algunos grandes publishers que sacaron «indies» con sus megapresupuestos reclamando una parte del pastel que nunca les correspondió. Un drama.