E3 2012: El multijugador de Halo 4

Una vez elegido el casco y el color para la armadura, empieza la acción. Somos cuatro Spartans, los mejores soldados que la humanidad ha conocido, y nos disponemos a reconocer el terreno en el que aparecemos, una zona rocosa que un sol parecido al nuestro baña con tonos anaranjados. Corremos, saltamos y, no falla, mis tres compañeros lanzan una granada. No había enemigos cerca ni querían disparos en la brecha, solo pretendían levantar el rifle para apuntar. A Microsoft no se le escapa que Halo 4 tiene un trono que recuperar en Xbox Live y su apuesta para conseguirlo se llama Infinity: un punto de encuentro especialmente definido, con el empaque y la continuidad como piezas clave. No tenía nada claros los objetivos, porque el diseñador de misiones Tom French —su barba compensa lo del apellido— me había distraído durante la introducción: «Todo esto es provisional; en lugar de bocetos, en la versión final habrá cinemáticas para contar la historia de un modo familiar». El formato episódico de Spartan Ops, este nuevo modo cooperativo, lo deja a medio camino entre la campaña paralela y las mini-misiones sueltas. No tardamos más de 15 minutos en completar un nivel simple y lineal, el típico de activar un par de interruptores bien protegidos para poder abrir la puerta de salida. Directo, sin interrupciones ni complicaciones, debe ser el sustituto del modo Tiroteo. Y aun así, ya digo, tendrá su argumento: uno que sucede seis meses después de lo que sea que ocurra al Jefe en el mismo Halo 4. Para hacer avanzar esa historia, cada semana desde el lanzamiento se irá publicando un nuevo episodio formado por cinco capítulos como el que allí podíamos probar. «Y los de la primera temporada serán totalmente gratis». Aunque de momento no saben cuántas semanas son cada uno de esos arcos, parece una buena forma de alargar la vida del juego. Puede ser, además, una forma interesante de destacar ciertos elementos del juego más de lo que permiten los típicos mapas grandes: el capítulo del cuadrunee, el del francotirador… Suena bien. En el que me disponía a jugar no había vehículos, seguramente porque 343 Industries quería usar este E3 para presentar por fin a una pieza clave de este universo: los Forerunner y su tecnología son protagonistas en esta sesión, igual que lo fueron en la conferencia de Microsoft. Es pronto para describir sus características de forma mínimamente detallada, pero por los paralelismos con viejos conocidos, uno podría ver una mezcla de enemigos anteriores con muchas pizcas de hi-tech; los Crawler, pequeños animales salvajes que atacan en manadas, podrían sustituir a los Flood, los Knight son claramente equivalente a los Elite y los Watchers que vuelan cerca de los anteriores para “repararlos” recuerdan, por motivos evidentes, a Centinelas sin su típico rayo. Son los del medio, pues, los que sueltan armas: equivalentes avanzados y de fuego rápido al rifle y a la escopeta, que desintegran a sus blancos de un modo bastante resultón. El arsenal de la UNSC, claro, es tan familiar como casi todo en Halo 4. No sé si decir lo mismo del multijugador competitivo. Las sensaciones son las de siempre, por lo agradable y suave del control, por lo peculiar del salto, por lo que determina el sistema de escudo y vida, aunque no será por novedades y cambios: agradezco el sprint por defecto y no me parece mal lo de la personalización del Spartan con habilidades típicas y accesorios varios. Tampoco llegué nunca a aprender lo de la reaparición de armas en momentos y lugares conocidos, así que me preocupa poco el salto a lo aleatorio. Sin duda notarán los cambios los que se toman más en serio los enfrentamientos y está claro que tocará variar algunas estrategias; serán ellos los que puedan hablar de esto en propiedad, aunque —un saludo, Forja— el diseño de Halo está pensado para ser especialmente versátil y maleable. No debería tener problemas adaptarse a estas variaciones, pues, del mismo modo que pasa sin tropiezos de un mapa enorme, con los vehículos de siempre, al típico laberinto con trampolines y pasillos que rodean una zona central donde las explosiones no paran ni un segundo. Sí, esos dos son los dos que vi. Ese punto más de cohesión está en el contexto —cada partidas en los llamados War Games es simulaciones en salas de entrenamiento de Infinity, por eso se acabó lo de controlar a bichos de El Pacto— y en los puntos, compartidos con otros modos, para desbloquear de todo. Halo 4 parece poner a prueba la identidad de la propia saga. Se deja seducir por algunos convencionalismos, pero tiene muy claro que no va a ceder en los puntos determinantes. Parece incluso un test de paternidad: aunque todo se considera intocable, es posible que la prioridad para 343 Industries sea por ahora demostrar que no pasa nada, que la marcha de Bungie no se va a notar. Hay buenas ideas en sus nuevos planteamientos, en su plan para expandir el juego y convertirlo en una mejor inversión, pero más importante es ver si, dentro del mismo, sabrán caminar entre el respeto y el conservadurismo excesivo. Llamadme clásico, pero prefiero comprobar eso en la campaña.