E3 2016: Electronic Arts y Bethesda inauguran el E3 a medio gas

La edición del 2016 del E3, la feria de videojuegos más importante del mundo (suele decirse), comenzó anoche con las conferencias de Electronic Arts y Bethesda. Fueron dos presentaciones con un ojo puesto en YouTube y el público, con los medios en un lógico segundo plano y definitivamente menos emocionantes de lo que nos esperábamos.

Aunque este año no tenga su espacio en el Convention Center de Los Angeles (el recinto en el que se reúnen compañías de videojuegos de todo el mundo para mostrar sus novedades a la prensa), la conferencia de EA abrió el E3 con una alineación de lujo que no consiguió, aun así, causar el impacto que se esperaba. Ni Titanfall 2, que ya pudimos ver horas antes de la presentación, ni Battlefield 1 le dieron, sorprendentemente, a EA la victoria de la que presumía Peter Moore en cierto momento.

Y es una pena, porque en realidad la lista de juegos que se mostraron, en frío, es más que apetecible: en principio no hay mucho motivo para desconfiar de los dos shooters con un ojo puesto en el multijugador que EA tiene para este año, y el livestream de Battlefield 1 que siguió a la conferencia dejó, al menos por aquí, un sabor de boca muy bueno; Mass Effect: Andromeda, los nuevos Star Wars (mención especial al de Amy Hennig), el giro narrativo de FIFA 17 (con ese modo The Journey, que, después de tantos años, introduce una historia de ficción dentro del simulador deportivo), peligroso pero desde luego interesante… Estoy tan a favor como el que más de celebrar y reconocer el trabajo y el talento de las personas que crean los videojuegos, pero ayer me dio la sensación de que se enseñaba mucho ordenador y poco lerele: la lista fría de títulos es más apetecible que lo que se pudo ver durante la presentación, y eso es un pecado que no se puede cometer en un circo tan necesitado de espectáculo como el del E3.

En ese sentido, la presentación de EA Originals, un nuevo sello que busca apoyar y proteger a estudios pequeños para sacar adelante proyectos de corte más alternativo, es una propuesta que no cuesta aplaudir. Aunque la relación debería ser horizontal, Fe, el primer juego en aprovecharse de los beneficios de Originals, tuvo que anunciarse bajo la sombra de Unravel, el juego indie de EA; los nervios de Klaus Lyngeled, de Zoink (el estudio que desarrolla el juego), casi parecían un guiño a los que nos ganaron el año pasado.

Bethesda no empezó mal: el latigazo a los sentimientos con esa pantalla de inicio de DOS, el recuerdo de los juegos clásicos de id Software mezclado con las nuevas entregas de Wolfenstein o Doom y la sorpresa de Quake Champions ponen a cualquiera de buen humor, aunque luego se permitiesen dedicar más tiempo de la cuenta a varios DLCs y juegos con, a priori, menos interés, como The Elder Scrolls Legends (el clon de Hearthstone ambientado en el universo de Bethesda). Seguro que la remasterización de Skyrim despertó más sonrisas en los usuarios de consola que en los peceros, que tienen derecho a no sentirse impresionados con las mejoras (visibles y muy agradecidas) que implica esta revisión para nueva generación; habrá quien se sintiera intrigado por el nuevo Prey, y no faltan motivos, pero algunos necesitamos todavía hacer un pequeño esfuerzo extra para olvidar la primera entrega (no parecen tener mucha relación) y lo que se había visto de la secuela, cancelada y recuperada por Arkane Austin, un rumor que lleva circulando un buen tiempo y que anoche se terminó de confirmar, como la intención de convertirlo en una suerte de sucesor espiritual de System Shock.

El plato principal fue Dishonored 2, que estuvo al borde de repetir la jugada de Fallout 4 en la conferencia del año pasado (una manera de estrenarse tremenda: era la primera vez para Bethesda y se metieron al público en el bolsillo con una habilidad difícil de ver en la feria), pero terminó no haciéndolo: todo lo que se vio estuvo bien, pero tengo la sensación de que le faltó un poquito, un último empujón, para condensar la complejidad del juego en una presentación de 15 o 20 minutos. Fue una presentación tibia en la que el juego hizo casi todo el trabajo; eso está muy bien, claro, pero sigo teniendo la sensación de que el año pasado Todd Howard puso el listón demasiado alto con su presentación de Fallout 4, completa, bien dirigida y con la sorpresa añadida de presentar el juego pocos meses antes de su lanzamiento.

Han sido, en fin, dos conferencias más o menos mediocres a las que ha terminado traicionando su contexto: EA Play no ha conseguido desligarse del E3 para tener entidad propia y Bethesda, con las expectativas altas después del año pasado, ha sacado adelante su presentación enfrentándose a muchos problemas que no tiene una primera conferencia, como la necesidad de repetir títulos o la losa de tener que defender con dientes y uñas juegos y ampliaciones necesariamente menos impactantes que el material de base sobre el que trabajan. Se han matado no sé cuántos millones de cangrejos en The Elder Scrolls Online: entiendo por dónde va la broma, pero no termina de arrancar una carcajada. Bien por los juegos que vimos ayer; la forma en que se nos presentaron es otro cantar.

Podéis seguir las conferencias del E3 con nosotros en nuestras retransmisiones comentadas en directo. La de Bethesda se puede volver a ver aquí; con la de EA hemos tenido algún problemilla, pero estará disponible aquí en cuanto YouTube se saque la cabeza del culo.