Enjoy What You've Voted, el sistema que sustituirá a Greenlight en Steam

Con el inabarcable coño de la Bernarda en que se ha convertido Steam en el último año y medio, especialmente en su vertiente indie donde lo cutre, lo derivativo y lo irrelevante son la paja que cubre el grano del talento y las cosas bonitas, estaba claro que Valve debía hacer algo. Ya se sabía que Greenlight se va directo a la papelera de las no tan buenas ideas, pero quedaba por ver qué vendría después. Ahora ya lo sabemos: se llama Enjoy What You’ve Voted y los responsables de Steam lo definen como «democracia de alto compromiso». Hasta ahora en Greenlight uno podía explorar los distintos proyectos ofrecidos por los creadores y votar Sí o No a una sencilla pregunta: «¿Comprarías este juego si estuviera disponible en Steam?» Obsérvese que el condicional en este caso nos libra de cualquier responsabilidad posterior. Esto es: Greenlight es en esencia una encuesta de opinión en la que el usuario no está sujeto a nada y puede decidir si opina con cierto criterio y honestidad, si juega al vandalismo de consumo votando «No» o todo, o si ejerce de buen samaritano y apoya todo lo que desfile por su pantalla, sin importar si se trata de un interesante RPG o de una estafa evidente. El resultado llevamos mucho tiempo sufriéndolo: montones de basura totalmente olvidable que eclipsa cada día más lo poco que de verdad merece la pena. Con Enjoy What You’ve Voted, que en español recibirá el nombre de Disfruten Lo Votado, pretende acabar con la lacra de la solidaridad indiscriminada. La idea es que al participar en el sistema de aprobación de propuestas y dar luz verde a un proyectos en concreto, el usuario firmará automáticamente una cláusula que le obligará por ley a comprar el juego resultante sin importar cómo ha quedado y sin saber el precio de antemano. Al parecer la legislación de la Unión Europea prohíbe este tipo de prácticas, y en Valve lo saben, pero dicen estar tan seguros de su idea que ofrecerán a los consumidores europeos la posibilidad de cancelar su cuenta e irse a la competencia. «Si es que la hay», remata la nota de prensa, «jeje». Previniendo la posibilidad de que nadie se atreva a votar positivamente a ningún proyecto por miedo a perder dinero, Valve ha confirmado también que las propuestas que reciban luz roja (es decir, que no lleguen al aprobado) privarán a sus autores de volver a participar en la industria del videojuego, independiente o no, echando mano de la tremenda influencia que la compañía posee en el sector. La idea es, tal cual lo expresan ellos, «tocar el bolsillo o la conciencia». Ante la más que probable abstención de la mayoría de jugadores de Steam, la compañía de Gabe Newell dice estar planteándose también hacer estas «encuestas vinculantes» obligatorias en el futuro si se quiere seguir accediendo a la colección de juegos de cada uno. La idea es que tengamos que votar en al menos un proyecto cada vez que arranquemos un juego de Steam, algo que en Valve asocian ya con una nueva y rompedora capa de gamificación extra, una suerte de ruleta rusa digital en la que jugaremos con nuestros dinero o con la vida profesional de los creadores: «Si acabamos implementando esta medida», explican, «la emoción estará asegurada antes incluso de poder jugar».