La ESRB nos explica cómo es Dead Island

Cada vez se prodigan menos estos señores de la ESRB, pero siguen siendo un remanso de lulz en mitad de un vendaval de despropósitos, declaraciones vergonzosas y burda promoción. Con Dead Island era de esperar cierto escándalo con sus niveles de violencia, pero lo que no sabíamos es que además de sangre y cráneo aplastados también habrá botellón, yonquis con el mono y sesiones de bondage filmado. ¡Viva!

Es un juego de disparos en primera persona en el que los jugadores se unen a un grupo de supervivientes que deben luchar contra una plaga zombie en una isla tropical. Los jugadores usan bates de béisbol, cuchillos, hachas, escopetas y rifles para matar oleadas de zombies. Los combates vienen acompañados de gritos de dolor, disparos realista y efectos en cámara lenta. Cuando los zombies son derribados, los jugadores a veces pueden pisarles la cabeza para rematarlos. Enormes chorros de sangre manchan el entorno y el arma del jugador. También es posible desmembrar zombies y en varias escenas se muestran torsos ensangrentados, piernas u otras partes mutiladas. A medida que el juego progresa, se pueden consumir bebidas alcohólicas para aumentar los daños infligidos, resultando en efectos de distorsión y pantalla emborronada; en una cinemática, algunos personajes ebrios aparecen tambaleándose en una fiesta. Algunas secuencias también hacen referencia al uso de drogas; en una misión se requiere al jugador que consiga drogas para un personaje (p.e. «Llevo desde antes de ayer sin meterme un tirito y estoy empezando a tener escalofríos.»). El juego también contiene un puñado de referencias sexuales en sus diálogos (p.e. «Un capullo adinerado al que investigué estuvo abusando de su hija de catorce años.»); una escena muestra a una mujer en bikini amordazada a una cama y rodeada de videocámaras. Las palabras «j**er» y «m***da» se oyen durante los diálogos.