Konami represalió a Kojima y sus empleados, según un informe de Nikkei

Dos años después de que Nikkei sacara a la luz la descorazonadora situación de los empleados de Konami y las terribles condiciones laborales a los que les sometía la compañía, el mismo diario ha publicado hoy un nuevo informe sobre Konami que sigue dejándola en un lugar muy poco favorecedor como empresa, sobre todo en su relación con Hideo Kojima y los empleados de su estudio. Parece que el último y más impactante episodio de este divorcio con rencores infinitos se remonta a septiembre del año pasado, cuando Kojima fue cuestionado en el TGS sobre su posible implicación en el desarrollo de Metal Gear Survive y él respondió con una sonrisa y la frase «eso no tiene nada que ver conmigo». Por lo visto el gesto no sentó nada bien en Konami, hasta el punto de que consideran que es una ofensa que viola las condiciones del contrato con Kojima y se niegan a pagarle parte del finiquito acordado previamente. Pero la cosa no se acaba ahí. El pasado mes de abril, Kojima Productions solicitó la incorporación a ITS Kenpo, una sociedad pública de seguros de salud específicamente dedicada a los empleados del sector de videojuegos y servicios de internet, pero el presidente de ITS Kenpo vetó la votación y Kojima Productions se quedó fuera. El dato curioso es que el presidente de esa sociedad es Kimihiko Higashio, un directivo de Konami que además parece que pudo sobrepasarse en sus competencias: un artículo de la normativa de seguros médicos estipula que el presidente solo puede decidir en caso de un empate en la votación de la junta, pero nunca impedir ese proceso. Según el artículo de Nikkei, Kojima Productions no es la única damnificada por la filosofía de empresa de Konami: hablan de un alto cargo en una agencia de empleo que asegura haberse visto obligado a notificar a las compañías cuando un candidato es exempleado de Konami. Dice que lo hace porque Konami tiene la costumbre de enviar quejas formales a quienes contraten a trabajadores que hayan estado en su compañía, en algunos casos llegando incluso al extremo de interponer denuncias. La fuente anónima enumera casos de auténtico disparate: desde altos cargos de canales de televisión instruidos para no relacionarse con exempleados de Konami, hasta un ejecutivo que tras abandonar la compañía abrió su propio negocio y tuvo que cerrarlo poco después debido a las presiones del gigante del videojuego, pasando por el exempleado que solo logró encontrar trabajo en el sector del videojuego borrando su rastro: trabajó durante un tiempo en la construcción antes de volver a ejercer su profesión en otra empresa. De hecho Konami les obliga a eliminar el nombre de la compañía de su curriculum vitae cuando dejan su puesto, y si un ex-Konami es entrevistado por un medio de comunicación se expone a que la empresa le haga llegar una notificación a través de su departamento legal para llevarlo a juicio. La mano de hierro de Konami llega a extremos patológicos: los empleados de la compañía tienen prohibido usar un correo electrónico corporativo propio, y cuando deben comunicarse con alguien de fuera se le asigna una cuenta de correo cuya dirección consiste en caracteres y números aleatorios que es temporal y es eliminada en cuestión de meses. Hay unas tarjetas para medir exactamente el tiempo que utiliza cada trabajador para almorzar, y si se sobrepasa el límite su nombre figura en una lista pública que circula por toda la compañía. Konami monitoriza toda actividad de sus trabajadores en las redes sociales y, según Nikkei, en 2014 la compañía cambió de puesto a todos los empleados que dieron un «Me gusta» en Facebook a un excompañero que celebraba haber encontrado trabajo en otro sitio. El artículo cierra avisando de que, a pesar de los buenos números que figuran en los registros de beneficios de Konami (debidos, sobre todo, al reciclaje de antiguas propiedades intelectuales en el mercado móvil actual), se ha producido una gran fuga de talentos y creadores de la compañía, y no parece que su actual filosofía de trabajo sea sostenible a medio plazo.