En septiembre de 1988 el escritor indio-británico Salman Rushdie publicaba su cuarta novela, Los versos satánicos, y el mundo islámico se rasgaba las vestiduras. En el libro hacía continuas referencias a elementos sagrados del Corán, y para muchos musulmanes era una burla directa hacia Mahoma de un hombre que se había criado en un entorno laico. Acusándole de hacer referencias blasfemas, la novela fue prohibida en India (incluida su importación) y algunos colectivos especialmente irritados organizaron quemas públicas de ejemplares en Reino Unido.
La escalada de represalias no quedó ahí: durante el siguiente lustro, varios de los traductores del libro fueron asesinados o agredidos por haber colaborado en su divulgación. En julio de 1993 un grupo de fanáticos suníes marcharon con pancartas pro-sharia hacia el hotel Madimak en Siva, Turquía, donde se estaba celebrando un festival cultural aleví (una corriente islámica muy tolerante con las otras religiones y a favor de la igualdad entre sexos) al que había acudido Aziz Nesin, el traductor de la versión turca de Los versos satánicos, y prendieron fuego al edificio. Nesin consiguió escapar, pero 37 personas perdieron la vida en aquel incendio.
Dibujo: Arnie Levin
El propio Rushdie ha sido víctima de numerosos intentos de atentado de los que ha salido airoso gracias a los escoltas con los que convive a todas horas, y en febrero de 1989 el Ayatolá Jomeini, la máxima autoridad islámica de Irán, promulgó una fatwa en su contra: un pronunciamiento legal del Islam que convocaba a todos los musulmanes a matar a Rushdie y a sus editores o dar pistas para que otros lo mataran. El gobierno iraní apoyó la fatwa y ofreció una recompensa de casi tres millones de dólares para quien asesinase al escritor.
El pasado mes de febrero, el Mulá de Irán celebraba el 25 aniversario de la fatwa contra Rushdie sumando 500.000 dólares más a la recompensa. Dos años antes, en junio de 2012, la Asociación de Estudiantes Islámicos de Irán presentaba en la International Computer Games Expo de Teherán su primer videojuego: The Stressful Life of Salman Rushdie and Implementation of his Verdict, una forma colorida de «hacer algo que debemos», decía su diseñador jefe, «como enseñar a nuestra tercera y cuarta generación la fatwa contra Salman Rushdie y su importancia». Un juego que en esencia explicaba a los jóvenes por qué deben odiar al escritor y fantasear con la idea de matarle.
No es el primer videojuego, ni será el último, que se aprovecha del atractivo del medio y su facilidad de entrar en el limitado radio de atención de los jóvenes, ni tampoco el único que utiliza ese arma para filtrar odio e ideas intolerantes. La guerra cultural es algo que conocen bien en los países más radicalizados, y no es casualidad que todo tipo de exposición a la televisión, el cine o la música occidental esté limitada o directamente prohibida bajo ciertos regímenes: saben que la cultura es un arma mucho más precisa, barata y efectiva que un bombardeo o una invasión militar porque seduce muy rápido a quienes no conocen otra cosa que la miseria y la opresión. Y si tu gente empieza a dudar de ti, es el principio del fin.
Recientemente conocíamos Hatred, un juego que con su ultraviolencia impactante y seductora nos recordaba la erótica del fascismo y su puño de hierro, su self-righteousness expansiva y sus códigos visuales. Sus autores hablaban de contradecir la «corrección política» como un ejercicio de honestidad, como si la violencia de su juego estuviese desligada de toda razón o argumento más allá de la pura subversión del sistema y el morbo por el morbo. En realidad, a poco que uno se fijase bien en el tráiler se daba cuenta de que la mayoría de la víctimas del asesino protagonista eran de minorías étnicas, y a las pocas horas de publicarse salía a la luz la militancia de varios de sus creadores en grupos de la extrema derecha polaca y varios movimientos anti-inmigración.
El supuesto agente del caos nihilista e ideológicamente aséptico que decidía acabar con todo ser humano vivo en Hatred se quitaba la careta y descubríamos que tras su concepto de «corrección política» se ocultaban cosas como la tolerancia, el respeto y la pluralidad de culturas, y que al final su juego no estaba tan cerca de Hotline Miami o Troma Films como de Ethnic Cleansing o Prussian Blue. La propuesta de Hatred como fantasía de la maldad se diluía para revelar la estafa moral de su auténtica naturaleza política y su voluntad de sublimar el odio y empoderar al intolerante. Que el shock value, en definitiva, era solo una herramienta para propósitos mucho más oscuros y peligrosos.
Juegos como The Stressful Life of Salman Rushdie o Hatred son una maniobra política burda, un panfleto propagandístico jugable, que acreditan, aunque sea por las malas, la validez del videojuego como parte integral de la cultura actual y como terreno fértil para la propagación de la ideas. Todo objeto o idea obra de la mano del hombre descansa sobre unos cimientos ideológicos, y eso es algo que nadie puede negar, sobre todo en un mundo en el que la adopción del consumismo como la nueva religión total ha instaurado una ilusión de democracia capitalista controlada por las oligarquías corporativas y el clientelismo estructural. Es imposible huir de la política, todo está politizado y todo está preñado de intereses ideológicos más o menos conscientes. En nuestra mano está, eso sí, discernir ese subtexto y decidir si hace más o menos daño al mundo que nos rodea, y defenderlo o criticarlo si nos parece conveniente. No es fácil, porque no todos son integristas locos o neonazis con esvásticas a los que uno distingue a la legua, pero como decía Liz Ryerson el otro día: una vez te pones las gafas que Rody Piper encontraba en Están vivos, ya nunca nada vuelve a ser lo mismo.
Solo los usuarios registrados pueden comentar - Inicia sesión con tu perfil.
¡Abandona este cuerpo, @wharfinger_kyd!!
Pues no me había enterado de lo de Hatred, y realmente esperaba que el juego tuviera, tras esa fachada de violencia gratuita, algún tipo de mensaje (un giro final que diera la vuelta a toda la situación o algo así, que se yo). Ya veo que estaba siendo demasiado optimista.
No puedo ni empezar a decir cuánto me gusta la corriente de artículos DE MOJARSE Y DAR LA CARA que estáis haciendo últimamente.
Cuando conocí Hatred por primera vez, justamente con este mismo video, yo ya sentí un distanciamento enorme con su propuesta. No me tranquiliza para nada que ahora se sepa que varios de sus miembros militan en la extrema derecha. Será que ya tengo cuarenta años y mi paternalismo va en aumento pero el hecho que hubiese tanta gente que se creiese eso de «Sus autores hablaban de contradecir la «corrección política» como un ejercicio de honestidad» daba miedo. Y lo peor eran los comentarios de los chavalines defendiendo esas imágenes e idolatrando la ultravioléncia. Todas estas fantasias pseudofascistas ya me quedan muy lejos porqué el problema no es que se puedan diferenciar «intelectualmente» de cosas como Hotline Miami, el problema es que quienes lo jueguen (y quienes lo hacen) puedan no tener esa capacidad intelectual. Si, la solución siempre es la educación, pero es que la educación está fatal… No estoy a favor de la prohibición de nada pero a veces dudas de ti mismo.
Edit: Hay un momento del video (1:15) donde aparece una porción de la imágen pixelada. Parece un escudo de la policia. Curioso.
Genial artículo :emo:
Para corroborarlo, acabo de revisionar el trailer, y en las ejecuciones cuerpo a cuerpo (que es donde se aprecia bien a las víctimas), cuento: 4 policías, 3 varones negros, 2 mujeres blancas y un varón blanco.
Sea como sea, la propuesta del juego es en cierto modo, original. No recuerdo ningún «juego, juego» (mojones freeware o ultraindies aparte) en el que la violencia indiscriminada contra inocentes sea el objetivo principal. Sí, es algo posible en multitud de títulos como los GTA o Postal, pero siempre es una opción. Con Hatred, la decisión se toma con el simple hecho de arrancar el juego, pero una vez dentro, el jugador sólo haría lo único que le dejan hacer, mientras que por ejemplo en un GTA, el sadismo contra los NPCs puede aflorar en cualquier momento.
Dicho esto, yo era de los que en la «partida seria» de GTA IV, no iba matando civiles. Incluso alguna vez recargué algún guardado tras atropellar un transeunte.
Joder, pues ahora que lo dice pinjed, aunque ya supiese lo de las ideologías de parte de los integrantes de este estudio, no me había parado a analizar el trailer al detalle y es que como bien dice, en cada ejecución, salvo por una vez que no se le ve la cara, a todos los que se cepilla son asiáticos, afroamericanos, sudamericanos… pensaba que era un juego descarado, simplemente, pero ahora veo mucho más claro que la cosa va de hacer pasar por videojuego, una gran mierda en HD.
Me da que voy a borrar un artículo de opinión que escribí hace días sobre el tema, porque ahora veo que no me enteré de nada xDD
El mismo hecho de estar tu escribiendo esta columna y nosotros leyendo y comentado es política. Así de simple.
Me parece muy interesante «apuntar con el dedo» lo que viene concebido como propaganda para generar simple odio, pero recordemso la siguiente frase: «El mejor truco del diablo es hacernos creer que no existe». Como dijo George Carlin, fuí creyente hasta que alcancé la edad de la razón, pero la frase es maravillosa en el sentido mas literal: nos presentan cosas que parecen una cosa pero en realidad son otra.
¿A donde voy con todo esto? Simple: con la misma fuerza que repudiamos estos juegos autoproclamados como instadores del odio deberiamos repudiar otras sagas mas, por decirlo de una forma, «instaladas» en la industria: Call of Duty, por ejemplo. Para mi no hay mucha diferencia, y supongo no tengo que explicarles por que un juego que promociona a USA como «la policía del mundo» también debería ser marcado como propaganda fascista.
A poner mas ojo en lo que jugamos, ya Anita nos advirtió y muchos nos burlamos de ella.
Saludos, interesantísimo debate.
@juancarloso Evidentemente, y de todo ello habla en la últimas lineas del artículo. De hecho los EEUU siempre hacen las cosas a lo grande, nadie lo pone en duda.
http://www.nuevamentes.org/2014/04/ex-piloto-de-drones-teme-ser-asesinado.html
Simplemente hay que tener la vista (y las gafas) para ver lo que nos venden en todo momento y luego ya obrar en consecuencia y distanciarse de lo que uno crea conveniente.
El último párrafo de este texto debería estudiarse en las escuelas. Todos los cursos y todos los días. No me suele gustar el peloteo masturbatorio pero tengo que decirlo: @pinjed, TE HAS SALIDO.
Yo, que siempre defiendo la libertad de expresión y hago apología de la misma, acabo de encontrar el tope que no quiero traspasar: Ambos juegos son creados con fines propagandísticos, para hacer más atractivo su mensaje real…La intolerancia.
Sigo pensando que alguien cuerdo puede crear una obra violenta, o ultra violenta, pero siempre que no pretenda inculcar nada. Yo me he criado con los juegos de Monolith, con los de Raven y con otros tantos del estilo, y no creo que el mal resida en la parte digital, sino en la personal: Aquí el gran fallo parte de su base, Neonazis haciendo juegos pro-nazis y Ultra religiosos asesinos haciendo juegos de ultra religiosos asesinos.
Por otro lado, señor @pinjed , hemos de reconocer que algunos ideales disfrazados de héroes tienen una mayor tolerancia aun siendo también discutibles: El pro-militarismo de ciertos títulos insiste en destruir siempre a los mismos enemigos, e incluso hace parecer atractiva la idea en sí misma. Y nos parece normal y no reprochable.
Quiero decir, y acabo, que quizá estemos sirviendo a otros intereses no tan evidentes pero similares…Aunque yo sigo pensando que el pixel no es trasladable a la realidad, y en los casos del artículo el problema es que esas personas están enfermas y no son creativas, son destructivas. (Falla el mundo, como siempre).
Genial y terrorífico artículo a la vez.
Grandísimo artículo. Absolutamente genial.
La explosión masiva que ha sufrido el mundo de los jueguicos no hacen sino afirmar la evidencia: son un medio cultural, y a través de ellos se pueden transmitir valores, ideologías, principios, etc. Como han señalado aquí arriba es importante tener los ojos ( y el coco) abiertos a lo que nos quieran intentar «inculcar».
Respecto a Hatred, cuando lo vi anunciado, quise imaginarme un «Madworld» (violencia sin freno pero con una idea crítica de fondo), error. Ya desde el argumento tiraba para atrás y lo de los creadores es la repanocha.
Siempre es un placer @pinjed.
Yo también lo he leído tres veces y voy por la cuarta, pero, nah es por los petas…
Me uno a la felicitación, y como no, a compartir!
@hermes_83
Ya me perdonarás pero nuevamentes.org y elmundotoday parecen tener la misma credibilidad.
Texto de los que se echan de menos.
Yo me remito a lo que mucha gente y a lo que yo mismo dije al florecer la ideolog’ia pol’itica de esta gente. Igual de jodido me parece lo que hace Activision cada 12 meses y se le deja pasar sin problema.
Este artículo es de lo mejor que han parido esta web y Pinjed, muy por encima de la gran mayoría de medios de comunicación grandes. Sois la polla.
Eso sí, que el tipo se apellide Rushdie le da un toque muy irónico a toda la parte de su historia.
@mrarbogast
xD tranqui que no pretendía ceñirme a ningún medio, ni lo que represente en concreto, si no a una realidad. simplemente he sacado de ahí cierta información como lo podría haber hecho de cualquier otro medio.
Un saludo
edit: Espero que el medio no sea impedimento o cause rechazo esta vez xd (Centre de cultura contemporanea de Barcelona), ahí dejo para quien quiera una conferencia interesante sobre el documental DRONE con su directora Tonje Hessen Schei y Chis Woods (The Guardian), con traducción al catalán.
http://www.cccb.org/es/video-debates_drones_el_asedio_a_distancia_tonje_hessen_schei_y_chris_woods_vo_en-47086
@hermes_83 El problema no es la etnia de a quien le vuelen la cara, el problema es que la premisa del juego es hacer lo mismo que hizo el Breivik en Noruega u otros muchos cobardes que decidieron matar a mucha gente solo porque podían. Porque resulta que ellos tenían un arma y los pobres fulanos que pasaban por ahí no.
A mi me encantan los juegos violentos tipo Hotline Miami o el GTA, el problema es que este juego parece glorificar no la violencia descerebrada, sino una idea bastante más jodida. Tu vas a morir por la única razón de que te cruzaste conmigo y resulta que no te podías defender.
No se, llamadme antiguo o mojigato, pero yo a esas mierdas, paso.
Muy buen artículo señor Pinjed, cada día se hace más imprescindible entrar en esta santa casa.
En cuanto vi el tráiler de Hatred, me pareció de un mal gusto de la hostia. ¡A mí, que los shooters arcade frenéticos me ponen brutote!
@roibot
http://es.gta.wikia.com/wiki/Masacres_de_Grand_Theft_Auto_2
Mis felicitaciones por este magnifico articulo.
A mi parecer la violencia en los videojuegos es esa droga que calma nuestros instintos. Siempre será perjudicial pero quien quiere hacer yoga en el GTAV. Es como todo, según como te hayan amueblado la chola en tu entorno mas cercano te influirá en mayor o menor medida.
Que dejen de fabricar armas e invadir países para saquear sus recursos naturales coño, y me dejen hacer cualquier cosa en esa ventanita negra. Nuestra sociedad se dirige hacia una recreación virtual de nuestras necesidades sensoriales y lo veo bien. Espero que esto llegue antes de que nos carguemos a todos los animalicos que hay en este puto planeta.
@hermes_83
Si, ahora a eso sumale la entradilla del Hatred y es cuando me niego a jugarlo.
Articulazo chaval!! Cuesta creer que el que ha escrito esto
sea el mismo que escribió
xDDDDDD
Mis dies, acá se los dejo :bravo:
@heinrich
Este comentario resume TAN BIEN a @pinjed…
Y sí, articulazo. Que no falten las felicitaciones.
Gran artículo, sí señor. Conocía la historia de la fatwa a Rushdie, pero no me imaginaba que a día de hoy no sólo siga vigente, sino que hayan aumentado la recompensa. 🙁
A colación de algo que se menciona en el artículo, siempre me ha llamado la atención la frecuencia con la que gente de la misma cuerda de los desarrolladores de ese juego enarbolan la bandera de la honestidad o la incorrección política como tapadera bajo la cual defienden barbaridades.
:bravo:
Soy de esos que os lee todo desde 2005 y opina más bien poco y por arrebatos.
@pinjed eres lo mejor que ha parido esta puta casa, y me alegro mucho de que alguien se siente a pensar sobre los videojuegos y vomitarnos estas cosas.
Grande @pinjed, grande artículo. Donde vayas te sigo.
Fantástico @pinjed . Sí, toda obra cultural ha estado siempre impregnada de ideología (mucho, poco, consciente o inconscientemente) y es un toque de atención necesario para los que consumimos videojuegos. Lo mejor del artículo es el último párrafo. Los ejemplos extremos, los blancos y negros los vemos todos. Pero hay toda una gama de grises que también exigen reflexión.
Estoy con el vídeo de Red Dead Redemption y no hago más que pensar en el maestro John Ford, el genio del western, y la mezcla de genialidad con esos valores americanos old school que a veces incomodan, y que son parte inseparable de su obra.
Bravo. El videojuego, posee un potencial extremo para, no ya promover ciertos mensajes, sino para crear ideas en chavales que están en edad de formación y son más receptivos (y menos críticos) que los adultos. Supongo, y tiemblo al pensarlo, que estos dos ejemplos que pones, «Hatred» y «The Stressful Life of Salman Rushdie», son sólo el comienzo de un nuevo tipo de propaganda, acción ideológica o adoctrinamiento y lavado de cerebro políticos. Ahora son, afortunadamente, dos malas anécdotas, pero a poco que los grupos radicales vean y entiendan el potencial de desarrollar un juego con mensajes de odio tanto implícita como explícitamente, éstos proliferarán. Si ahora hay grupos de música neonazis, ¿por qué no una desarrolladora de juegos neonazi a sueldo de un partido neonazi para difundir su mierda neonazi? Su público potencial se amplía, su mensaje detestable se multiplica. Su odio se difunde.
Pensad que ahora mismo los Call of Duty son las películas de Rambo de los adolescentes yanquis: una poderosa herramienta de marketing para que pobres, inadaptados y psicópatas fanáticos de las armas se alisten a un ejército estadounidense que es una poderosa herramienta de destrucción de culturas no capitalistas.
Fijaos que los malos siguen siendo los chinos (Battlefield 4, con un argumento absolutamente estúpido y gilipollas), los rusos (Modern Warfare) y los moros y a los comunistas, por supuesto. Cuando un malo es de nuestro bando es una oveja descarriada que o vuelve al redir o muere siendo ejemplo de lo que no debe hacerse.
La verdad es que es muy feo que los nazis hagan juegos de matar negritos y maricas en sus videojuegos. Pero hay otras formas de racismo, que ni siquiera intentan ocultar porque saben que no queremos verla, presentes en prácticamente todas las formas culturales occidentales: el sexismo y el racismo están en todas partes y el odio a otros países y culturas es plenamente visible en prácticamente todas las formas de expresión artística que viene a través de los mass media y los mass entertainment systems, y prácticamente a cada momento.
Ahora tengo curiosidad por saber que es lo que hace cada 12 meses(no es ironico, lo digo en serio)
@galth0r
Me refiero al Call of Duty y su propaganda. Pero como este podria haber dicho casi cualquier otro juego belico, porque siempre resuena la ideologia politica.
Perdon por la ausencia de tildes.
Recomendais Están vivos?http://www.filmaffinity.com/es/film855019.html
Creo que pinjed resume muy bien cómo hallarle el sentido ideológico al videojuego, su artículo reune cosas sobre las que muchos en algún momento hemos pensado y escrito. Debería ser un clásico para el público que lee en español y tiene un interés sociológico en los videojuegos.
Ahora que para nosotros es evidente el carácter ideológico de toda producción cultural, incluyendo los videojuegos, y al parecer muchos están dispuestos a reconocerlo (cosa que hace un año en esta santa casa aún era difícil, revisar los temas de anita y un artículo de mi mano sobre call of duty) el siguiente paso consiste en ponerse a ver la red de actores que engendran y hacen posible un título como Call of Duty, eso ya es un trabajo de investigación gordo, pero la cosa debe apuntar allá y no repetir ahora mil artículos mostrando que tan racista, militarista, xenofobo, etc, es un título del que la mayoría sabemos que lo es. Por cierto, nos merecemos un 10 en formación política!
A mi de todas formas me parece increible el trailer del Hatred, de verdad.
Me he hecho una cuenta exclusivamente para comentar la incríble calidad del artículo. Acabo de encontrar esta web y me parece MUY interesante, por mi parte felicitaciones. :bravo:
Grande! No me había fijado en hatred ya que el trailer me echa muy para atrás y ni lo vi entero.
No creo que nadie se trague el cuento fascista de COD a estas alturas, es como las pelis de acción solo te quedas con la explosiones y alguna teta si se tercia. A mi me parece legitimo que se usen los juegos o cualquier medio como propaganda siempre que no sea de forma ofuscada.
En eso consiste la vida del ser humano 😉