McMillen: Super Meat Boy fue «lo más cercano que he hecho a venderme»

Edmund McMillen ha hablado sobre el proceso de desarrollo de The Binding of Isaac, al que considera la respuesta arriesgada a Super Meat Boy, que, según él, fue «lo más cercano que he hecho a venderme», por considerar que rehaciendo Meat Boy lo que hacía era «ir sobre seguro». Lo explica él mismo así:

Es difícil para mí decirlo, porque odio decir que iba sobre seguro; pero iba sobre seguro con Super Meat Boy. Estaba arriesgando muchísimo, así que por supuesto fui sobre seguro. Nos metimos en ello sabiendo que podíamos conseguir este acuerdo [el de Xbox Live]. Así que, ¿qué juego vamos a hacer? Bueno, rehagamos un juego. No hagamos algo nuevo, porque es peligroso. No quiero arriesgar toda mi puta carrera y mi futuro en algo que no es seguro. No estoy cómodo con ello. No estoy cómodo arriesgando el futuro de Tommy [el programador del juego] y el de mi esposa y el de todo el mundo. Voy a hacer algo que sé que a la gente ya le gusta. Y el juego más popular que había hecho recientemente era Meat Boy. Super Meat Boy es lo más cercano que he hecho a venderme, pero no es eso. Aun así, es seguro. Es muy, muy seguro, y sabía que era seguro ir a por ello, y estaba yendo sobre seguro porque estaba arriesgando muchísimo.

«Y había una parte de mí que, después de Super Meat Boy, sentía que necesitaba… Necesitaba no ir sobre seguro. Necesitaba hacer algo peligroso», explica McMillen; de ahí surgió The Binding of Isaac, su dungeon crawler plagado de fetos, heces, sangre y figuras religiosas.

Hay temas recurrentes en mi trabajo, y generalmente son cosas que creo raro que la gente considere desagradables. Suelo centrarme en las etapas fetales del nacimiento, la vida y la muerte, pero generalmente el nacimiento, el proceso de desarrollo y la muerte y la decadencia. Esas son las cosas misteriosas. Tripas. Lo que hay dentro. Esa clase de cosas. Religión y sexualidad y… genitales. La gente se pregunta por qué hay tanta violencia en mi trabajo. Crecí con la imagen de un hombre ensangrentado y moribundo que sufre por todos, un martir, y que es la idea de auto sacrificio. Tu Dios exaltado, tu Dios, se hace trizas el cuerpo por el bien del mundo. La violencia de hace sagrada. Y de muchas maneras, en la Biblia y el Catolicismo, la violencia y el gore se consideran sagrados. Bebes la sangre de Cristo, te comes su carne. ¿Cómo no me va a entrar eso?

A pesar de la inseguridad de hacer un juego así y tratar de que no fuera una inversión perdida de forma irremediable, McMillen sacó fuerzas paras continuar. «Simplemente quería ir a por todas», dice. «Había muchas veces en las que estaba como, «no puedo poner eso ahí». Y después: «¿qué hago?, ¿qué estoy haciendo?, ¿estoy haciendo esto de nuevo?, ¿estoy cometiendo un suicidio profesional?, esto es estúpido, ¿por qué estoy haciendo esto?» Y siempre que pensaba esto, era como «sí, sé que esto es bueno. Es emocionante otra vez. Estoy bailando con cosas peligrosas. Me gusta».» «Realmente empecé a pensar cosas como «voy a tener que dejar esto. Será un juego gratis, esponsorizado, porque nadie va a querer pagar por esto. Es demasiado raro». Había una oscuridad tan oscura… Por eso tuve que hacerlo realmente mono, porque no podía… No puedo destruir a la gente con este juego. Esto va a ser demasiado pesado y raro y oscuro para que la gente lo disfrute. Pero eso era lo más interesante, así que seguí con él; seguí yendo adelante y adelante y adelante». La libertad creativa, gracias a esta apuesta fuerte por la idea propia, fue enorme: «Nunca censuré nada de lo que hice. Nada fue retirado nunca». Las cosas acabaron yendo mejor de lo esperado, y ahora, con un DLC ya estrenado y las recurrentes noticias de posibles adaptaciones a consola, Isaac ha demostrado que, después de todo, es posible hacer un juego con caca y fetos y que sea la hostia. Podéis leer la entrevista completa aquí.