El multijugador de Singularity pinta muy, muy bien

Acostumbrados como estamos a que los juegos centrados en el modo campaña nos meen en la cara con un horrible modo multijugador puesto ahí porque les obliga su distribuidora, uno agradece que en Singularity se lo hayan currado y las batallas online presenten más de un aliciente inesperado y francamente molón. Ya no es sólo que nos enfrentemos a bicharracos vomitones controlados por otros jugadores, o engendros deformes capaces de moverse en el tiempo, o incluso putas arañas gigantes con las que hasta Jon Peters tendría pesadillas. Lo que más me ha llamado la atención, al menos a mí, son una especie de bichitos con los que por lo visto podremos poseer el cuerpo de soldados del otro equipo y pasar desapercibidos entre el pelotón hasta que decidamos liarla gordísima. Si a eso le añadimos el ya conocido por todos dispositivo de manipulación con el que podemos teletransportarnos o hacer avanzar y retroceder el tiempo, lo cierto es que el conjunto queda la mar de cuco.