NBA 2K pierde las cajas de loot en Bélgica y Holanda para adaptarse a la ley

Take-Two ha aplicado ciertos cambios al modo MyTeam de NBA 2K para acomodar el juego a las nuevas leyes de Bélgica y Holanda, que limitan el rango de acción de las cajas de loot. De manera similar a la de FIFA Ultimate Team, en el modo MyTeam se pueden comprar sobres con contenidos aleatorios, que se consiguen utilizando la moneda del juego o pagando dinero real por ellos.

La compañía explica en su comunicado que su intención es «ajustarnos a la interpretación actual de estas leyes de la Comisión de Juego de Bélgica», a pesar de que «no estamos de acuerdo con esta posición»:

Específicamente, vamos a desactivar la posibilidad de comprar packs con moneda premium (no ganada). Los jugadores podrán seguir comprando packs con puntos MyTeam.

Desde 2K afirman que seguirán «hablando con la Comisión de Juego de Bélgica para explicarles cómo las compras de packs de NBA 2K y MyTeam ya cumplen con las leyes locales», y animan a la gente a «contactar con un representante de tu gobierno local para comunicarle tu opinión».

No es el primer juego que se modifica para cumplir con estas recientes leyes belgas y holandesas. Valve ya tuvo que adaptar el intercambio de objetos en CSGO y Dota 2, primero, y desactivar las cajas de loot de CSGO, después; la compañía propietaria de Steam comentó entonces que «seguimos sin entender o estar de acuerdo con la conclusión legal», de manera similar a Take-Two, y anunció su intención de reunirse con las autoridades locales para explicarles cómo funcionan sus cajas de loot y que «pulan sus requisitos legales y podamos encontrar una solución que sea menos inconveniente».

Sin embargo, la solución a la que ha llegado 2K con su juego de baloncesto parece bastante conveniente: el modo MyTeam se mantiene intacto, porque sigue existiendo la posibilidad de comprar estos packs de contenido aleatorio, pero ahora dependen exclusivamente de las ganancias acumuladas jugando. Desconozco si la profundidad de los cambios es suficiente como para maquillar los posibles desequilibrios que se suelen aplicar para animar a la gente a invertir pequeñas sumas de dinero en vez de grandes cantidades de tiempos, pero quizá el mayor inconveniente sea ese: que los desequilibros los paguen, pun intended, justos por pecadores.

Por lo demás, merece la pena recordar que el 62 % de los ingresos de la compañía en el último trimestre del que han presentado resultados venían de los «gastos recurrentes»; 240 de los 388 millones de dólares que generó Take-Two entre abril y junio son micropagos de GTA Online y NBA 2K18, las dos minas de oro de una empresa para la que lo digital tiene cada vez más importancia.

Mientras tanto, la industria del videojuego apunta hacia otro lado cuando cualquier organismo pone pegas a sus violentos sistemas de monetización, rechazando cualquier tipo de responsabilidad y distrayendo la atención hacia territorios más amigables para sus objetivos empresariales. El dilema nominal de si las cajas de loot son apuestas o no, juegos de azar o juegos de azor, está en un primer plano inmerecido; incluso los organismos que no las consideran juegos de apuestas, como la Autoridad de Regulación de Juegos En Línea de Francia, asegura que sí hay aspectos problemáticos en el diseño de estos mecanismos de monetización, que ayudan a normalizar los juegos de azar eliminando las barreras de edad, esquivando cualquier compromiso de transparencia e imitando directamente algunas de sus mecánicas. 

La inclusión del gaming disorder en la clasificación de enfermedades de la OMS, también polémica, ha ayudado a crear otra cortina de humo; en una carta abierta dirigida a la industria del videojuego y firmada por decenas de profesionales de la psicología, la comunidad universitaria alertaba de cómo se están echando balones fuera, creando falsas equivalencias entre el impacto positivo de algunos juegos y el de todos los demás o utilizando de manera aprovechada las investigaciones académicas que más les convienen mientras ignoran otras, para evitar un debate sano y público sobre el impacto que tienen los videojuegos en las vidas de muchas personas. «La industria debe reconocer que su modelo de negocio, a pesar de sus muchos éxitos, tiene responsabilidades éticas y sociales», se lee en la carta; la referencia explícita al modelo de negocio me parece crucial. 

«Los juegos pueden enriquecer las vidas de la gente», continúa, «pero también puede tener un impacto adverso y generar daños entre los individuos vulnerables y sus familias. Como con cualquier producto que atrae un volumen de uso y beneficio desproporcionado de una minoría de consumidores, se anima a la industria a adoptar una aproximación que minimice el daño y tenga prácticas responsables consistentes».