Si sois gente de bien supongo que habréis visto The King of Kong, un tremebundo documental de 2007 que ilustraba la cruenta guerra psicológica entre dos de los más grandes jugadores de Donkey Kong de todos los tiempos, Steve Wiebe y Billy Mitchell, al que poco después se sumaría otro recordman histórico como es Hank Chien. La película mostraba todo un mundo desconocido para la mayoría, lleno de extravagantes personajes e instituciones ancestrales encargadas de oficializar las puntuaciones que se habían fundado mucho antes de que se acuñara siquiera la palabra «eSports». Todo el mundo se lo tomaba muy en serio, y quizá eso era lo más impactante, junto al histrionismo de diva pasivo-agresiva de Billy Mitchell. El caso es que no hemos estado siguiendo muy a fondo la competición desde que en 2011 un nuevo contendiente, el neoyorkino Hank Chen, superase las cifras de las dos superestrellas erigiéndose en nuevo rey del Donkey Kong. Un lustro después volvemos de nuevo la mirada al loquísimo mundo del Donkey Kong competitivo, y lo cierto es que si uno mira los números que se manejan ahora le hacen los ojos chiribitas. Es un poco como comparar los pichichis de Messi y Cristiano Ronaldo (50 y 48 goles; seis años seguidos superando los 40 goles, una cifra que jamás se había alcanzado en casi noventa años) con los pichichis de 25 goles de la década anterior. El récord de Chien de 2011 situado en 1.068.000 puntos (3.500 por encima del anterior) parece el ridículo aporrear los botones de un crío de tres años frente a los 1.218.000 puntos que acaba de lograr un señor llamado Wes Copeland. Al parecer el tipo consiguió batir el último récord en enero, pero en abril fue superado por Robbie Lakeman, y solo ha tardado un mes en recuperarlo de nuevo. Se terminó el juego de principio a fin, en recreativa y muriendo una sola vez. Dicen los expertos que este podría ser el récord definitivo de Donkey Kong, que se antoja literalmente insuperable, y de hecho el propio Copeland ya admitido que él mismo se ve incapaz de hacerlo: «Este será mi último récord, no creo que pueda jugar una partida mejor que esta». Pero lo mejor es la respuesta de su máximo rival, Lakeman, llena de matices que esconden frustración y quizá algo de odio: «Yo no soy tan suertudo. Soy lo suficientemente bueno, pero no tan suertudo». ¿Veremos secuela a de The King of Kong con esta nueva generación? Ojalá.
Redactor
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Me parece una noticia fake del Pequeño Nicolás. (¿¿Little Nicky?? Acabo de caer ahora mismo en la relación).
Pero sí, ojalá una segunda parte con todas las «novedades»
El documental es oro y la noticia es genial.
Me encanta la respuesta de Robbie Lakeman.
Igual no haria falta un King of Kong 2, pero un DLC con lo que nos hemos perdido seria magnifico.
Sea como sea, que el documental no lo haga la MTV
Necesitamos una secuela de «Pixels» para inmortalizar esta hazaña.
Aqui nosotros amirando el trabajo de DIOSES
No lo pillo. Estaba mirando el vídeo del record de Wes Copeland y cada loop del juego no es más difícil que el anterior. Es siempre igual. Parece que juega hasta que se cansa.
El tal Copeland ganará en puntuación, pero pierde claramente en pelazo porque ese «flequillo Nuevas Generaciones» nada tiene que hacer frente al planchado perenne del «Mitchell wig».
The King of Kong es la película con uno de los villanos más hostiables, a mano abierta con carrerilla y reverb, del cine reciente.
Deliciosa Sangre de Satán especial para servir en misas negras. La cago yo mismo.
Jope, no veía banners desde las anaitwars.
Yo era más fan de Walter Day, ese señor con camisa de árbitro que era el que más en serio se lo tomaba todo.
El puto Mitchell tiene que estar ahogandose en su salsa patentada, como me gustaría verle ahora… ojalá se pique, que es fijo.
Que se había metido en eso por las chicas, decía.
Un héroe.
Fixed. Creo.