Primeras impresiones en 3DS de Mario Kart, Super Mario 3DS, Zelda: Ocarina of Time 3D y Star Fox 64 3D

Tras una conferencia de prensa que fluctuó entre la decepción y la fascinación (todavía no sé si Wii U va a reemplazar a Christina Hendriks en mis sueños más húmedos o si la compraré sólo para estamparla contra el suelo mientras lloro), pudimos jugar a algunos de los nuevos juegos del catálogo de Nintendo 3DS. Antes de ponernos al ajo, dejadme hablar un poco de la conferencia. No sé si alguna vez habéis pensado cómo debe ser meterse dentro del cerebro de Miyamoto, pero yo a menudo reflexiono sobre ello y creo que es un poco como lo que sentimos al entrar al Nokia Theatre para ver la conferencia. La orquesta tocando música de Zelda me emocionó profundamente, y para cuando Miyamoto, con una sonrisa tan sincera y tan fantástica que conseguiría que un suicida se quitara la soga del cuello y saliera corriendo a amar a la humanidad, empezó a hacer su paripé, mi erección era tan grande que tapaba el teleprompter de donde Iwata leía su discurso; por eso se equivocó un par de veces. Para cuando se anunció Wii U, el calvito se relajó y puso la misma cara que yo (algo a medio camino entre el escepticismo y la ilusión máxima), pero en general, aunque la conferencia ha sido flojilla (el apoyo de EA y el anuncio de Darksiders II, Ninja Gaiden 3 y demás está bien, pero faltó una traca final más ruidosa, como un Battlefield 3 corriendo en Wii U), la sensación de confianza en el género humano que me da Nintendo es algo que creo que todo el mundo merece sentir algún día. Sin más dilación, vamos al turrón. Mario Kart Cuando uno compra una consola de Nintendo, hay una cosa que puede darse por segura: como mínimo habrá un Mario Kart y será la hostia. Este nuevo Mario Kart, sin 3DS adjunto, es la enésima prueba de que Nintendo ha dado con la fórmula: tienes las carreras de karts, le añades alguna floritura y tienes uno de los indiscutibles de cualquier catálogo. En este caso, las adiciones son el ala delta y los tramos submarinos; los dos funcionan bien, especialmente el ala delta, que añade un no-sé-qué bastante interesante a las carreras. Los conductores son los clásicos: Mario y familia siguen siendo suficientemente potentes como para no jubilarse en un tiempo, y Toad, el que yo elegí para mis carreras (con kart y ruedas normales; estoy chapado a la antigua. La posibilidad de elegir el tipo de rueda es nueva, por cierto), sigue siendo el rey. Los circuitos que pudimos probar tenían el diseño a prueba de balas marca de la casa, con sus atajillos, sus zonas clave donde recoger ítems y dar un vuelco a la carrera y demás. El único pero que le podría poner es que es, quitando el efecto 3D (muy suave y agradable, por cierto), podría ser una expansión de la versión de DS sin ningún problema: tanto gráfica como jugablemente es lo mismo (ni siquiera pude ver ningún ítem nuevo), y quizá esperaba un poco más, pero aun así puedo jurar y juro que es furiosamente divertido. A falta de ver el esperable componente social y algunas opciones para jugar con amigos, tenemos un caballo ganador bastante claro. Super Mario 3DS Otro de los más esperados del catálogo de 3DS es, sin ningún género de dudas, Super Mario. Pudimos jugar cuatro niveles, variaditos y con protagonismo absoluto del traje de mapache, y las sensaciones son muy buenas. El principal diferenciador de este nuevo Mario es el juego con la profundidad: el efecto 3D, que es bueno pero un poco más brusco que en Mario Kart, se aprovecha para crear niveles que combinan movimiento omnidireccional rollo Mario 64 con zonas de planteamiento bidimensional en las que vamos pasando del fondo al frente para superar las plataformas que nos plantean. Los homenajes a la franquicia se suceden: desde las banderas de final de fase hasta la pantalla de barco volador que pudimos jugar, todo el rato estamos al borde de las lágrimas recordando aquellos años en los que jugábamos mientras mamá nos preparaba la cena. El diseño de niveles bebe también de todos los juegos de la serie, desde Super Mario Bros 3 hasta Super Mario Galaxy, y como siempre tiene para ofrecernos un buen montón de plataformas de pata negra. En algunos momentos me dio la sensación de estar jugando a un LittleBigPlanet donde el personaje se controla como tiene que controlarse, y parece que la variedad en los niveles será crucial para definir su experiencia. The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D Ocarina of Time en 3D: period. Lo que pudimos probar, el pueblo Kokiri y la primera mazmorra, fue como un viaje en limusina por el espacio tiempo, una experiencia mágica. No puedo hablar de este juego sino desde el amor más profundo, así que lo único que añadiré es que el efecto 3D me pareció demasiado brusco, y llevar la mirada a la pantalla inferior para mirar el inventario y demás hace que perdamos el foco en el efecto y acabemos con la cabeza un poco jodida. Aparte de eso, el mejor juego de la historia. Star Fox 64 3D Como pasa con Zelda, Star Fox 64 3D es lo mismo pero con la floritura del efecto tridimensional, que en este caso sí funciona muy bien. Teníais que haber visto lo gracioso que era jugar rodeado de peña que hacía barrel rolls mientras gritaba “I NEED TO DO A BARREL ROLL, MAN!«. Pude jugar tres fases (Corneria, Solar y otra que no recuerdo) y dejé impresionado a las chicas Nintendo que nos guiaban durante la partida con mi habilidad: no he chupado tanto Starfox en mi vida como para estar ahora haciendo el tonto. Se puede jugar con los controles clásicos o ayudándonos del acelerómetro para mover la nave, rollo Atrapacaras, y lo cierto es que es tan divertido y tan sólido como en su día. Aunque no pudimos jugar al multijugador, quizá el extra más interesante de esta versión, los nostálgicos y los que en su día no lo jugaran lo disfrutarán enormemente, con toda seguridad.