Primeras impresiones de PlayStation Vita

No sólo vimos a Jane’s Addiction en concierto y bebimos Maker’s Mark como cosacos en la fiesta post-conferencia de Sony: veloces como la luz, Xavi y yo pudimos ser de los primeros de todo el E3 en jugar a PlayStation Vita, la nueva portátil de Sony. La sesión de juego fue, obviamente (cuando salimos de jugar, la cola para probar la consola era tan brutal que llegaba casi hasta los morros de Dave Navarro), corta, pero pudimos ver unos cuantos juegos que aprovechan muchas de las características de la consola. Iré por partes. LittleBigPlanet Que Dios me libre si puedo considerarme fan de LittleBigPlanet: me parece un plataformas un poco mediocre al que le veo infinidad de aciertos, pero son aciertos que no acaban de convencerme, principalmente la edición de niveles; soy más de que me den todo hecho. En la versión para Vita, se añaden capacidades táctiles y en general parece que el concepto encaja perfectamente con la filosofía de la consola, así que es una apuesta segura para aquellos a los que les guste la franquicia. Jugué un nivel y los ingredientes principales estaban ahí: saltos, varios niveles de profundidad, agarrarse a cosicas, etc.; se añadían, además, zonas en las que había que utilizar la pantalla táctil y el touchpad trasero para superar ciertas zonas. Por ejemplo, en una zona había un teclado de piano y una puerta cerrada: teníamos que tocar todas las teclas para que la puerta se abriera. En otro caso, utilizando el touchpad trasero teníamos que traer al frente unos bloques para saltar sobre ellos y llegar al otro lado del nivel. Parece que este tipo de cosas serán un punto principal del juego, así que todo depende de lo brillante que sea el diseño de los niveles. Un juego sólido. Virtua Tennis 4 Sin duda, el que más me gustó de Vita. Utilizando la pantalla táctil dibujábamos la trayectoria que queríamos que llevara la pelota, pudiendo hacer la línea hacia abajo o hacia arriba para hacer voleas y globos. El movimiento era medio automático, medio manual, con un sistema de asistencia que hacía que nuestro tenista (Nadal, en mi caso) se moviera hacia la pelota más o menos automáticamente, aunque podemos también utilizar el stick para afinar la posición del jugador. Los partidos son vibrantes y divertidos, gráficamente es estupendo y en general es bastante mejor que la versión para sobremesas, si os soy sincero. Según me dijo el señor que estaba protegiendo la consola, habrá minijuegos y demás cosillas marca de la casa, aunque parece que la parte fuerte, los partidos de tenis, está más que presente, y en muy buena forma. Little Deviants Una colección de minijuegos que aprovechan, cada uno a su manera, las posibilidades de Vita. En los cuatro minutos que se nos permitió jugar, sólo pude probar dos: en el primero, debemos proteger a las naves aliadas de los enemigos que quieren llevárselas. Moviendo la cámara alrededor (de nuevo, como dije en el artículo de Wü, un poco rollo Atrapacaras) apuntamos y disparamos a los bellacos; no tiene mucho más, pero es un pasatiempo simpático. En el segundo se nos presentaba la fachada de un edificio con muchas ventanas; cada cierto tiempo, una ventana se abría y en ella aparecía un enemigo o un niño: el objetivo, lógicamente, era golpear a los enemigos usando la pantalla táctil y dejar en paz a los niños. La peculiaridad de este minijuego era que algunas veces los enemigos aparecían de espaldas, y dado que teníamos que golpearles directamente en el jeto teníamos que utilizar también el touchpad trasero para zurrarles a base de bien. Como digo, un entretenimiento simpático con un apartado gráfico acorde: agradable, muy dirigido a público infantil, sencillo pero efectivo. Sound Shapes Uno de los más interesantes del catálogo. Controlamos a una pelota con pinchos y el objetivo es, desplegando o guardando los pinchos para adherirnos o no a las superficies (estilo Gish), ir superando una serie de plataformas mientras recogemos unas bolas que hay por el escenario, hasta llegar al final del nivel. Dos puntos clave hacen de este juego una experiencia muy satisfactoria: el primero y más evidente, el hecho de que las bolas que cogemos lo que hacen es añadir pistas y sonidos a la banda sonora, con lo que cuantas más recojamos, más compleja será la música. El segundo, el editor de niveles: podemos crear escenarios añadiendo, de forma muy intuitiva, plataformas, obstáculos y, lo mejor, crear nuestras propias canciones escogiendo entre una variedad bastante amplia de instrumentos. Muy, muy divertido. ModNation Racers Sólo pude probar el editor de niveles, pero por lo que se veía al probar la pista creada el juego es esencialmente igual que en PS3, es decir: suficientemente potente como para ser una alternativa en Vita al omnipotente Mario Kart. El editor funciona tan maravillosamente bien como parecía en el vídeo de la presentación: usando el dedo dibujamos la pista en la pantalla táctil y luego, mediante las mil y una opciones que nos propone el editor, refinamos cada milímetro del trazado, añadimos atrezzo, colocamos power ups, turbos, etc., cambiamos la iluminación… Así como en PS3 no me terminó de convencer del todo, a pesar de ser un buen juego, en Vita lo veo como una opción muy apetecible: un ModNation Racers portátil, refinado y con un editor tan jugoso es justo lo que la consola necesita para empezar con buen pie. Uncharted: Golden Abyss El sabor de boca que me dejó la aventura para Vita de Nathan Drake es agridulce: por un lado, me impresionó lo bonito que se ve todo, lo parecido que es a su hermano mayor de PS3, pero por otro no me terminó de convencer cómo se jugaba. Sí, es igual que en PS3, pero algunos pequeños problemas de lag y los sticks de la consola no me dejaban apuntar con toda la precisión que me habría gustado. Otra de las novedades, el añadido de controles táctiles, tampoco me pareció del todo bueno, aunque al menos es opcional. La cosa va así: con el dedo dibujamos la ruta que queremos que Nathan tome cuando estamos trepando y demás, y él lo hace, así que básicamente nosotros nos dedicamos a mirar cómo él se lo pasa bien sin hacer demasiada cosa más. Se puede jugar a la manera clásica, saltando manualmente y demás, pero la sola presencia de una forma de juego tan brutalmente asistida me causa cierta perturbación. Uno de los gordos del catálogo, de todos modos: no cabe ninguna duda.