Primeras impresiones de Project P-100

Platinum Games son los mejores desarrolladores de videojuegos de acción que hay en activo; no hace falta que lo digamos nosotros ni que lo digan ellos, porque sus juegos tienen suficiente peso como para resistir afirmaciones mucho más arriesgadas que esta. La semana pasada, en el Gamelab, se ha demostrado que son la gente perfecta para dejarles a tu recién nacido: Nintendo les ha dado una Wii U y ellos han hecho Project P-100, un primer golpe ideal para dejar claro que buscas el favor de los hardcore y una primera toma de contacto con el nuevo mando y sus posibilidades inmejorable, que consigue lo que ni la propia Nintendo ha querido, o sabido, demostrar: que sí, que controlar los juegos con una suerte de tableta con botones y stick funciona y puede aportar a la experiencia cosas que no entran en conflicto con las sensibilidades más conservadoras, las formas de entender el videojuego de los que llevamos ya muchos años con esto y no queremos, por falta de interés o simplemente porque no queremos, salirnos de lo que conocemos y amamos. En Project P-100 controlamos a un héroe que va reclutando ciudadanos a los que transforma, cuando están con él, también en héroes, y a los que aprovecha para, unidos, formar armas especiales que le dan mayor poder de ataque. Todo es muy Platinum: tenemos el golpe normal y el golpe especial, que varía en función de qué formación demos a nuestro pikminiano grupo; podemos esquivar y podemos bloquear los ataques enemigos con los ya estándar gatillos derecho e izquierdo, y podemos saltar y aprovechar la altura para alcanzar con nuestros golpes puntos débiles o posiciones elevadas. Al final de cada nivel nos recompensan en función del tiempo, el daño recibido y los combos realizados, y nos dan una calificación que puede llegar, en las mejores partidas, hasta ese pure platinum que tanto nos trae a Bayonetta a la memoria. Es un juego ágil y cuya claridad, cuando sabes jugar bien, es tan pura como apabullante es la confusión para el que lo mira desde fuera sin saber qué está viendo. Donde Project P-100 destaca (donde Platinum Games destaca, evidentemente) es en la coherencia con que une su visión, a estas alturas ya innegablemente rotunda, de qué debe ser un juego de acción y las posibilidades tanto nuevas como heredadas de tener otra pantalla debajo de la pantalla que siempre hemos tenido presente. (¡Menuda frase! Da para un meme de Xzibit.) El ejemplo más directo es la forma en que disponemos a nuestro séquito para elegir las armas especiales: deslizando el dedo hacia arriba formamos la espada, haciendo un círculo, el puño, dibujando una L los convertimos en pistola. Ya había visto que funcionaba cuando lo jugué en Los Angeles, pero ahora que he podido jugar mucho más (muchísimo más, felizmente) no me cabe duda de que han encontrado la fórmula perfecta: se pueden elegir también de una forma más tradicional, utilizando el stick derecho, pero es mucho más ágil y cómodo usar la pantalla táctil. Han sabido además adaptarse a esa filosofía tan de Nintendo de juegos dentro del juego, haciendo que cada acción tenga una mecánica muy diferenciada y que tenga al jugador constantemente ocupado; cada partida promete ser un no parar, y eso siempre está bien. Por ejemplo, en la breve demo (apenas diez minutos) se ven dos usos peculiares del mando. Uno es cuando entramos a un almacén; en ese momento, la acción pasa a la pantalla inferior y la cámara isométrica deja paso a otra en tercera persona, y tenemos que usar a nuestro héroe para abrir la puerta de salida resolviendo un pequeño puzzle. Otro nos llega cuando la ciudad empieza a venirse abajo y tenemos que unir a nuestro grupo de héroes-ciudadanos para formar un ala delta y atravesar un precipicio. Son dos ejemplos de la demo, pero si Platinum consiguen mantener el nivel y ofrecer una variedad suficiente de retos (y dudo que vayan faltos de imaginación) la cosa pinta bien. Todo lo demás, muy Platinum: visualmente recuerda a Viewtiful Joe, con esos súper héroes cotidianos que lo mismo llevan un peinado loco y un antifaz de colores que se presentan con un retrete por casco (esto ocurre en el juego, de hecho; podemos elegir cuál es nuestro héroe principal, y la extravagancia japonesa no escasea), y han aprovechado la posición elevada de la cámara para darle un aspecto tilt-shift al mundo que queda muy bonito. Al final entre espadazos, tuercas volando y enemigos explotando no nos queda mucho tiempo para fijarnos en el mundo que nos rodea, pero todo suma: la verdad es que Project P-100 es, además de divertidísimo, muy bonito. Una de las sorpresas más felices de Wii U, tanto durante el E3 como en el Gamelab, fue este Project P-100 que la nueva consola de Nintendo se guarda como exclusiva de lanzamiento. No sé si tendrá la entidad y el peso suficientes como para ser un motivo de peso para comprarse una consola; en un mundo ideal debería ser así. Poco tienen ya que demostrar Platinum Games, evidentemente, pero todos deberíamos sentirnos afortunados por que exista una desarolladora que se saque de la manga cosas como este P-100 y Metal Gear Rising.