Riot Games anuncia un puñado de juegos para celebrar los 10 años de League of Legends

Coincidiendo con el décimo aniversario de League of Legends, Riot Games anunció ayer… bueno, un poco de todo. La prioridad del estudio californiano, claro, sigue siendo mantener y expandir su franquicia estrella. Para eso, siguiendo los pasos otros tantos, hay un nuevo juego de cartas free to play: Legends of Runeterra saldrá para móviles y PC en algún momento de 2020, con juego cruzado entre esas plataformas. En ordenadores hay una suerte de acceso anticipado, puedes descargar el cliente de turno en la web oficial, pero después igual te toca esperar para que te activen la cuenta. Supongo que lo irán aceptando solicitudes de forma escalonada, siguiendo una hoja de ruta que prevé un par de periodos de inactividad y una beta cerrada para principios del año que viene. La característica diferencial de la propuesta tiene que ver con las cartas más destacadas de la baraja, esos campeones de League of Legends que aquí mantienen mecánicas únicas y transformaciones decisivas. Prometen, además, «ofrecer a los jugadores mucho más poder de decisión en lo que respecta a conseguir cartas» –que se podrán obtener jugando o pagando, evidentemente. Está todo bastante bien explicado en este vídeo: Después están las nuevas versiones de los viejos conocidos. TeamFight Tactics (que por lo visto en castellano se llama Tácticas maestras; me sorprende que, como futuro experto en Auto Battlers, no conociera ese dato) llegará «pronto» a dispositivos móviles y League of Legends: Wild Rift servirá para «reconstruir desde cero» el omnipresente MOBA 5 contra 5 y traerlo también a Android, iOS y consolas. Van para largo los otros tres, todavía con el nombre en clave: Project A, Project F y Project L. El último es el más fácil de recordar, porque la ele es de lucha. Se dejó caer ya durante el último EVO y parece claro que son justamente ese tipo de torneos los que tienen la culpa de que, efectivamente, los personajes del LOL también vayan a calentarse en un título de peleas en dos dimensiones. Del desarrollo se encarga Radiant Entertainment, aquel estudio que Riot compró en 2016 y que tiene a Seth Killian –veretano de Capcom y nombre muy destacado en la comunidad de los juegos de collejas– como cabeza visible. Project F es el único que se aleja un poco del rollito competitivo, que quiere que «varios amigos exploren el mundo de Runaterra» y que, a juzgar por lo poquísimo que se ve en el vídeo, recordará bastante a los Diablo y compañía. Y dejo Project A para el final porque es el que servirá para estrenar una franquicia nueva. Se trata de un «FPS táctico y basado en personajes», futurista pero ambientado en la Tierra, al que también le va a tocar aguantarse con los prejuicios; hasta que se demuestre lo contrario, es una mezcla entre Counter-Strike y Overwatch. Pensando de nuevo en los benditos proplayers, sus responsables comentan que desde el primer comento están trabajando para evitar problemas relacionados con todo aquello de la latencia, el ping y los servidores. Es una cosa seria lo de esta gente, desde luego. Después de haber estado una década con un único juego –uno de los más populares en todo el mundo y durante todo este tiempo– en una única plataforma, se animan con varios géneros en todo tipo de dispositivos. El potencial de todos estos títulos es enorme, porque Riot está en una posición envidiable a nivel de alcance, recursos y experiencia en el terreno de los eSports. Para los fans de League of Legends, sin duda, lo de la pasada madrugada fue una celebración a la altura. Para los que vemos todo esto desde una cierta distancia, sin embargo, cuesta no pensar en todo aquello de las modas y las copias. No se les puede culpar por ello, desde luego, pero precisamente estos días es muy fácil dibujar flechitas entre Blizzard, Riot Games y Tencent, la empresa china que en 2011 pagó unos 400 millones de dólares por el 93% de los del League of Legends.