Rockstar: Llevamos cada desarrollo «hasta sus límites»

Sam Houser, el fundador de Rockstar, ha concedido una entrevista (algo raro en él) en la que habla de su relación con el desarrollo, su aproximación hacia la explotación de sus juegos y cómo se vive habiendo llegado al puesto en el que están ahora; no todos los estudios pueden presumir de tener el prestigio, los medios y la experiencia de Rockstar, desde luego. «Aunque llevo haciendo esto durante bastante tiempo, todavía me tengo que pellizcar y pensar, «¿Cómo me metí en este tren en el momento adecuado?» [Ningún otro medio] tiene la misma capacidad infinita de expansión que [los videojuegos]. El tren todavía sigue adelante», dijo Houser a The Sunday Times. A pesar de que no son pocos los juegos que Rockstar podría exprimir como hace todo el mundo, Houser explica que su decisión de no hacerlo «se remonta a las raíces de la compañía»: para él, «si vas a coger 60 euros de la cartera de alguien, es mucho dinero para un objeto de entretenimiento; tienes que justificarlo», explicó. Su aproximación es otra: ellos, en palabras de Houser, intentan llevar las cosas hasta sus límites. «Estamos, desde luego, en el terreno de la emoción y la miseria al mismo tiempo. No se supone que deba ser fácil. Cada vez llevamos todo hasta sus límites. No creo que sea consciente, pero es así como debe ser. Tiene que doler más. Quieres encontrar a Kurtz cada vez», dijo, en referencia a El corazón de las tinieblas, la novela de Conrad. También tiene un par de palabras para las polémicas que levantan sus juegos por tratar temas adultos y complicados, como el bullying, el crimen, la inmigración o el ping pong. «Los jugadores están creciendo, aunque sigan teniendo 10 o 20 años menos que toda la gente del gobierno o las autoridades que no entiende que [los videojuegos son] lo mismo que cualquier otra forma de arte, y no se les debería dar un trato especial», según Houser. «Estamos evolucionando. Este tipo de cosas no ocurren de la noche a la mañana». GTA V sale un día de estos, el 17, creo recordar. No os lo sabría decir exactamente; no es como si lo tuviera marcado en gigantesco en todos los calendarios que he conseguido amontonar en los últimos meses.