Sekiro: Shadows Die Twice es un juego de acción sin estadísticas ni clases, y otros datos de interés

Si bien Sekiro: Shadows Die Twice fue uno de los juegos más aclamados en la conferencia de Microsoft del E3, esto no se debe exclusivamente a que el juego tenga buen aspecto (que lo tiene), sino que también tiene gran parte de culpa el hecho de que sea From Software quien lo está desarrollando. Esto para los seguidores del estudio nipón ya es una razón para seguirlo de cerca, pero a juzgar por cómo funcionan Demon’s Souls, Dark Souls y Bloodborne algunos hemos dado por sentados algunos rasgos que ya hemos trasladado mentalmente a Sekiro. Y por lo visto estamos equivocados. En PC Gamer han estado echando un detenido vistazo al juego en Los Angeles y han sacado algunas conclusiones reveladoras. Quizá la que más es el hecho de que Sekiro: Shadows Die Twice será definitivamente un juego de acción, y no un RPG, así que no contará con clases y que no tendrá estadísticas, algo que elimina de un plumazo una parte importante de la influencia de los Souls y Bloodborne. Es cierto que este último ya no contaba con clases, pero si por «estadísticas» entendemos todo el desfile de numeritos y valores de ataque, defensa, bonificaciones y penalizaciones, eso sí que ha estado presente en todos sus juegos famosos y parece relevante que no vaya a figurar en Sekiro. Que no haya numeritos no significa que el juego no vaya a tener algún tipo de progresión. Según cuentan en PC Gamer, iremos explorando el mundo y encontrando piezas que nos servirán para fabricarnos miembros prostéticos que harán más fuertes y rápidos los ataques en un giro remotamente cyberpunk muy interesante. Al parecer el brazo izquierdo, que será ortopédico, podrá llevar armas y utensilios que sirvan apara combinarse con el arma de la mano derecha, normalmente una katana. Hablan de hachas para partir escudos antes de soltar el tajo, pequeños explosivos para aturdir a enemigos o incluso una antorcha que puede servir para prender fuego a la espada. El gancho que se ve en los vídeos sirve para aprovechar la parte vertical del diseño de los mapas, y su uso no dependerá de áreas predefinidas en las que pueda engancharse, sino que será bastante libre. También se podrá utilizar para atraer a enemigos y situarse detrás de ellos. Al parecer la clave del sistema es la firmeza de la guardia. Tanto el jugador como los enemigos podrán bloquear fácilmente los ataques; los oponentes irán perdiendo la postura de defensa a medida que son presionados a base de golpes hasta que finalmente podamos lanzar un golpe de gracia (ahí lo llaman «shinobi death blow»), y el jugador sufrirá la misma pérdida de postura a menos que haga los bloqueos perfectos, dominando los tiempos y sabiendo cómo se bloquean ataques específicos que deberemos leer en la animación del enemigo, aprendiendo sus patrones de ataque. Cuando un bloqueo sea perfecto la perdida de postura rebotará al enemigo, que bajará gradualmente la guardia en una mecánica que parece interesantísima. La muerte es una oportunidad. Cuando el protagonista sea derrotado en combate, el enemigo inmediatamente perderá el interés y se irá a hacer otras cosas, así que podemos resucitar in situ (un número limitado de veces) para retomar el combate y atacarle por la espalda aprovechando esa circunstancia. Es algo que se ve en el tráiler de la conferencia y que nos llamó la atención a muchos. El mapeado de Sekiro también constará de espacios interconectados entre sí como sucede en los Souls o Bloodborne, pero se desprende de la demo que será un poco más abierto, más cercano al concepto de mundo abierto con la correspondiente libertad para explorarlo. Sekiro: Shadows Die Twice sale a principios de 2019 en Xbox One, PS4 y PC.