Sony patenta su versión del Power Glove para PlayStation VR

De todos los fracasos históricos en la industria del videojuego, uno de los recordados con más cariño es sin duda el Power Glove que Nintendo tuvo la desvergüenza de vender en 1989. Creo que se ha quedado en la memoria colectiva de todos como ese objeto kitsch hijo de su tiempo, tan particularmente loco e inútil que no hemos logrado sacárnoslo de la cabeza en 27 años, un aparato que no tendría sentido en otra época. ¡O quizá sí! Según han descubierto los chalados de NeoGAF, Sony tendría presentada la patente de un invento extremadamente parecido para utilizar junto a PlayStation VR. En realidad se trata de tres patentes para un solo cacharro que solucionaría esa limitación de la que muchos se quejan cuando prueban la realidad virtual: la imposibilidad de tener manos en ese mundo digital resta inmersión a la experiencia. O no la lleva más allá, mejor dicho. El asunto funcionaría utilizando una cámara además de una suerte de sensor alrededor de la muñeca para que la cámara identifique cada mano a través de una pequeña pelotilla luminosa. Parece más o menos el mismo sistema que usaba otro invento del que nos reiremos a carcajadas dentro de unos años como era el Move, un cacharro que según la propia Sony vendió más de 15 millones de unidades que ahora languidecen en sus respectivos armarios de los trastos, contándole sus miserias al polvo y las pelusas. De hecho el Move ha aparecido en varios vídeos promocionales de PS VR como el complemento que lo acompañaría en algunos juegos, y tenía cierto sentido como estrategia para rehabilitar su uso con la novedad de las gafitas, así que es probable que tenga una segunda oportunidad a partir del próximo otoño. En cuanto a los guantes locos, si reconocen los movimientos de los dedos individualmente y las muñecas con la precisión que esos esquemas sugieren, además de proporcionar respuesta háptica (lo que vendría a ser la vibración de toda la vida) puede ser un periférico la mar de útil. Ahora solo falta que Sony haga una película entrañable de mierda que sea el equivalente a lo que Nintendo hizo con el Power Glove en The Wizard, el anuncio de videojuegos más largo de la historia.