El equipo de desarrollo de Open Roads, lo nuevo de Fullbright (Gone Home, Tacoma), ha publicado un comunicado en su cuenta de Twitter anunciando que Steve Gaynor, fundador del estudio, ha dejado su puesto como líder del proyecto. Las noticias llegaron poco antes de la publicación de un reportaje en Polygon en el que se exponía el entorno de trabajo tóxico que el propio Gaynor había creado en el estudio, especialmente hostil para las mujeres: desde 2019, quince personas, la mayoría mujeres, han dejado Fullbright, y en algunos casos la industria del videojuego por completo.
En el comunicado, el equipo de Open Roads explica que será el equipo en sí, sin una figura concreta, el que gestionará lo que queda de desarrollo, y esperan crear el entorno de trabajo «sano y colaborativo», en el que poder trabajar «con transparencia, autonomía y confianza», que necesita el proyecto. Gaynor sigue trabajando en Open Roads como guionista.
En el artículo de Polygon, Gaynor es definido como «controlador» y «humillante»; a menudo, explican las fuentes del reportaje (anónimas para proteger su carrera), Gaynor parecía ver Open Roads como un proyecto personal en vez de como un trabajo en equipo. Según Polygon, incluso Annapurna Interactive, que publica Open Roads, dio un toque de atención a Gaynor, preguntándole sobre el ritmo inusualmente elevado al que las empleadas de Fullbright estaban abandonando el proyecto y el estudio; al menos dos de estas antiguas empleadas se pusieron en contacto con Annapurna para denunciar las «dinámicas tóxicas y daniñas» que Gaynor provocaba en el equipo.
Ahora mismo, es de hecho Annapurna quien media entre Gaynor y el equipo de desarrollo de Open Roads, que ya no se espera para 2021.
A través de Twitter, el propio Steve Gaynor ha publicado un comunicado en el que confirma que ya no está a la cabeza de Open Roads y en el que reconoce que su «estilo de liderazgo era dañino para la gente que trabajaba en Fullbright»:
Alejarme un poco me ha dado la perspectiva necesaria para ver cómo tiene que cambiar mi papel y cómo necesito aprender y mejorar como parte de un equipo, trabajando con una consultoría de gestión profesional, y replantearme mi relación con el trabajo en Fullbright.
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Es una pena que juegos tan humanos y maravillosos como Gone Home o Night in the Woods hayan experimentado unos liderazgos poco sanos. Egoístamente espero que Open Roads salga bien y Fullbright se recupere del bache que supuso el decepcionante Tacoma.
Siempre le toca a las mismas. La casualidá.
@gordobellavista
Eh, que a los latinos tampoco lo tenemos fácil.
Y las latinas ni te digo, pa qué xD
Nunca me gustó Gone Home :s
Y me lo pasé eh? Pero no podía dejar de ver algo muy pretencioso. Que pretender no está mal, pero me quedo con Amnesia, Soma, o cualquier otro minimamente parecido.
Ahora quiero creer que de alguna manera está relacionado a esto, sea como sea me da pena. Seguro que la buena gente que está ahí podría por su cuenta hacer cosas grandisimas.
@mominito
Ídem con GH. Por ese juego yo decía «walking simulator»de manera peyorativa.
Luego conocí el Edith Finch.
@mominito
Curioso, yo también experimente eso pasado casi directamente de «Gone Home» a «Soma»
Se comenta que en Blizzard anda faltando gente…
Me gustaría que se hablará con más detalle en las conductas de los implicados, no por morbo, ni por nada en específico, pero de verdad creo que ejemplos concretos pueden ilustrar mejor el asunto y hacia donde va la cuestión. Más cuando no se habla de hechos tan rotundos como acoso, los cuales no necesitan explicación (al menos no para ser repudiadas socialmente).
No es para desacreditar la labor periodista o la palabra de los trabajadores, pero es que el artículo de Poligon es muy escueto en lo sucedido, va directo a las consecuencias y reflexiones. Uno se hace una idea de «ambiente tóxico», «entorno hostil», etc, pero son eso, ideas. Lo máximo que se llega a hablar son de microagresiones (que tampoco son tan micro seguramente) y las asociaciones de eso también pueden ser muy variadas. Cuando se menciona lo del liderazgo totalitarista, el menosprecio hacia las opiniones del resto del equipo y el trato humillante, parece ser algo más general debido a que el tipo es un imbécil que en su vida trabajo su ego y ni está enterado de su rol.
Acá se sabe que se han ido del estudio 15 trabajadores desde que empezó el desarrollo, algo inusual teniendo en cuenta el tamaño del equipo y que claramente es síntoma de algo. De esos 15, 10 son mujeres, pero el propio artículo señala después que el estudio suele ser un lugar buscado por ellas, justamente por los juegos que le otorgaron la fama. Entonces, ¿Cómo sabemos que la proporción 10/15 indica algo? ¿De qué estamos hablando al final?
@nahuelviedma
Tu comentario me ha traído a la mente el “dilema” whiplash vs good will hunting, dos formas opuestas de entender el cultivo y el cuidado del talento y la grandeza.
Aún me acuerdo cuando en la carrera fuimos sujetos experimentales de un estudio que trataba de demostrar qué era más productivo: la competencia vs la colaboración entre trabajadores. Y es un tema jodido, porque hay gente que se crece ante las adversidades y gente que se derrumba, sin importar si son genios u oportunistas.
Quedaba fuera de toda duda que competencia NO incluía ninguna falta de respeto o agresiòn de ningún tipo, por supuesto.
Da que pensar si toda esta gente que alimenta un entorno tóxico se justificará privadamente pensando que así saca lo mejor de sus empleados.
Aunque prefiero pensar que lo hacen más bien porque sencillamente no están a gusto y en paz consigo mismos y les resulta más satisfactorio que lo pague pebrereta que mirarse dentro.
@orwellkill
Qué interesante que se hagan ese tipo de experimentos. Según mi experiencia, creo que sus razones vienen desde las dos partes que mencionas. Con la excusa de sacar lo mejor de sus empleados, dan rienda suelta a dinámicas que son un espejo de sus problemas internos. Y con problemas internos me refiero a problemas muy importantes. Lo que no entiendo es qué hacemos mal para que muchísima gente de este tipo sea la que llega a los puestos más altos. Quizás sea la forma que tenemos de auparlos y sustentar sus desmanes durante años, y la manera que tenemos de hundir a otros por el camino. Cuestión de energías entre humanos, dicen.
@orwellkill
Es que palabras como «colaboración» o «competencia» (sobretodo está última) suelen ser señalizadores claros de metateoria, muy marcadas por el tono del discurso, por eso nos causan mucho rechazo según de quién venga.
Y sí, olvídate, lo que dices de las justificaciones íntimas es así, todos pensamos ser el bueno de la peli y tener nuestros motivos para actuar como actuamos. Yo mismo he tenido problemas con empleados o gente que está a mi cargo, me consuelo con la idea de que en líneas generales no ocurre y hasta diría que me quieren, pero el conflicto de intereses (y ni hablar de clase) va a estar siempre presente.
Yo lo que veo con esto es una lectura muy tendenciosa y al final no queda clara la raíz del problema. Sí, la industria tiene un problema gordo de machismo, no venía acá a negarlo, pero no parece la única lectura posible de lo que sucede en Fullbright, ni siquiera parece ser la que mejor lo explique. Probablemente el tipo tenga conductas machistas, pero el ambiente hostil parece consecuencia de que es simple y llanamente un pésimo líder más que otra cosa, que tiene el ego subido, que no visualiza mucho a los demás, y eso se sufre por igual siendo trabajador, ya sea hombre o mujer.
A lo mejor me equivoco, es lo que deduzco del artículo de Polygon que, como digo, no abunda mucho. Quizá haya un hilo de tweeter mucho más contundente del maltrato con las mujeres en el estudio, no lo sé.