The Witness estuvo en la PAX sin decir nada

Hace unas horas decía, sin querer faltar, que el rincón de la Penny Arcade Expo donde se mostraban SpyParty y Monaco era un stand «de mierda». Tal vez precisamente por eso, el amigo Jonathan Blow, pícaro como buen calvo que es, decidió meter ahí, sin nada que lo indicara, una demostración de su próximo The Witness. Quería observar la reacción de la gente y, dice él mismo, dejar que jugaran sin sentir la presión de la cola que espera para hacer lo propio. Stephen Totilo fue uno de los que descubrió el pequeño secreto del creador de Braid. Dos cosas interesantes tiene este buen hombre aparte de un apellido que suena a Ghibli: una cámara de vídeo y un curro en Kotaku. Ahí hay que ir, pues, para ver por primera vez The Witness en movimiento. Muy work in progress todavía, a mínimo un año de su lanzamiento, el proyecto se ve bonito y sigue con ese tono misterioso que tan bien le sienta. Sabíamos y confirmamos que la cosa va de exploración y descubrimientos a golpe de rompecabezas. Sin embargo, no me esperaba esta especie laberintos sacados de un libro de pasatiempos de varios niveles; para niños de dos semanas cuando se usan para acciones simples como abrir puertas y más complicados para otros menesteres que vaya usted a saber. Nada de esto es definitivo tampoco, en cualquier caso.