Uncharted iba a ser un juego fantástico

Pero no fantástico de muy bueno, como acabó siendo; fantástico de mundo de hadas y mierdas por el estilo. En sus inicios, Uncharted «tenía elementos de Tolkien» y todo, pero Sony pidió, gracias a Dios, que se convirtiera en algo más realista. Lo cuenta Don Poole, que solía currar en Naughty Dog modelando entornos, en una entrevista a la revista inglesa Play. Poole recuerda que el asunto se discutió bastante, pues los «perros viejos» —I see what you did here— del estudio, los que venían de Crash y Jack, preferían un «estilo místico». Pero los que ponían la pasta lo tenían claro, sabían que el realismo era la nueva moda y querían plantar cara a los «shooters ensuciados» de Xbox 360. Se supone que ese es nuestro amigo Gears of War, aunque con sus alienígenas y sus paranoias no es precisamente lo más creíble del mundo. De hecho, casi se le parecía más ese otro Uncharted, que tenía «un bosque donde los enemigos vivían bajo tierra». Sea como sea, y aunque debería estar más a favor de la libertad creativa que de las imposiciones de los jefes, no podría alegrarme más de que el gran Nate dejara su varita mágica para pillar una AK-47 y los montruitos se convirtieran en piratas y maleantes por el estilo.